María Ruiz
Lejos de ser una solución, la propuesta de trasladar los antros de la avenida Himalaya a la avenida Carranza podría convertirse en un nuevo foco de conflictos y riesgos para la zona, alertaron vecinos y representantes del Corredor Cultural Carranza.
Alberto Narváez Arochi, vocero del Corredor Cultural, advirtió que esta medida no generaría beneficios para la avenida, sino que agravaría los problemas existentes.
“La llegada de antros no generaría valor para Carranza, al contrario, significaría más ruido, inseguridad, desorden vial y el deterioro de lo que queda del corredor cultural. Esto podría ser el golpe final para Carranza”, señaló.
El dirigente cuestionó si la propuesta está respaldada por un estudio de factibilidad serio, pues a su parecer todo indica que no.
Recordó que los problemas que aquejan actualmente a los vecinos de Himalaya como ruido excesivo, invasión de cocheras, basura y riñas, serían trasladados directamente a Carranza, una avenida donde aún habitan muchas familias y donde persisten pequeños comercios que ya enfrentan serias dificultades para mantenerse.
Uno de los principales puntos críticos es la falta de infraestructura para soportar este tipo de actividad nocturna.
“¿Dónde se van a estacionar los clientes y empleados? Ya sufrimos con el tráfico diario y el poco espacio disponible. Sumemos el caos que generaría una vida nocturna intensa en la zona”, subrayó.
Narváez Arochi también refutó el argumento del alcalde sobre la necesidad de bajar las rentas para atraer a los empresarios de antros.
“En Carranza ya hay locales con rentas bajísimas, casi regaladas, y ni así se ocupan. El problema es más profundo, tiene que ver con la falta de políticas públicas que realmente impulsen la reactivación económica de la avenida”, dijo.
El vocero enfatizó que esta decisión no puede tomarse sin escuchar a quienes viven y trabajan en Carranza.
Recordó el caso de la ciclovía, cuando los comerciantes advirtieron que podrían cerrar hasta 20 locales, pero la realidad superó las proyecciones.
“Ya van cerca de 100 comercios cerrados y sin posibilidades de reactivarse pronto”.
En lugar de trasladar antros, Narváez Arochi sugirió que el gobierno municipal considere alternativas reales para rescatar la zona, como eliminar el impuesto predial a los negocios del tramo entre Tequis y Uresti.
“Esas fincas están prácticamente muertas. Ahí es donde se debe actuar si realmente se quiere reactivar la economía de Carranza”, concluyó.