Ciudad de México (18 de abril de 2016).- La venta de azúcar es un buen negocio y a ello obedece la gran resistencia de la industria a la aplicación de impuestos a las bebidas endulzadas, a pesar de que el gravamen provocó una baja de seis por ciento en el consumo de esos productos en un año y evitaría que para 2050 unas 400 mil personas desarrollen diabetes, de acuerdo con especialistas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Especialistas participantes en el Curso de actualización: Prevención y Tratamiento de la Obesidad en el Curso de Vida, organizado por la UAM, precisaron que la medida era necesaria debido a la pretensión del sector a seguir obteniendo grandes ganancias económicas a partir de “engordar” a la población, en especial a los niños.
El doctor Ricardo Uauy, presidente de la Fundación Internacional de Nutrición Schrimsaw para países en desarrollo y profesor del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile, explicó que si el impuesto ha logrado disminuir el consumo de ese tipo se debidas “estoy en favor” de que se mantenga.
“Engordar a los niños “es una mala idea y una mala inversión”, tanto para ellos –que como obesos enfrentarán problemas de salud– como para el Estado, que gastará después en curar a los enfermos de diversos padecimientos, sobre todo de diabetes, por lo que es necesario poner la atención “en los alimentos que estamos consumiendo y no en cómo reparar la salud, una vez que el daño ya ocurrió”.
Alrededor de 70 por ciento de los mexicanos adultos tiene sobrepeso u obesidad y lo mismo ocurre con uno de cada tres niños en el país, sostuvo el doctor Juan Rivera Dommarco, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública.
Las consecuencias de esa situación se relacionan con diabetes mellitus tipo 2, trastornos del aparato locomotor –osteoartritis– enfermedades cardiovasculares –cardiopatía y accidente cerebrovascular principalmente– y varios tipos de cáncer.
El especialista sostuvo que entre los factores que causan obesidad se identifican los estilos de vida sedentarios y el consumo de alimentos ultraprocesados con alta densidad energética –muchas calorías por gramo– y de bebidas azucaradas, sobre las cuales hay suficiente evidencia de que ocasionan obesidad.
Respecto de este este tipo de bebidas citó estudios que han mostrado que el consumo habitual de dichas bebidas aumenta el riesgo de diabetes en 26 por ciento, “es decir, hay un efecto en obesidad, pero también en diabetes”.
Debido a que son líquidas “no llevan a la compensación dietética, es decir, no son reconocidas por nuestros mecanismos de saciedad y apetito por lo que acaban siendo calorías extra durante el día”, lo que lleva a ganancia de peso, resistencia a insulina y, por tanto, a diabetes y problemas de inflamación, hipertensión, adiposidad visceral, síndrome metabólico y riesgo de enfermedad cardiovascular. La fructuosa produce hiperglucemia y gota.
El gran problema es el elevado consumo en el país, ya que 75 por ciento del total de las calorías que ingieren los mexicanos es proveído por los grupos de alimentos básicos: granos, leguminosas y oleaginosas, leche y derivados, alimentos de origen animal, frutas y verduras, aceites y grasas.
El otro 25 por ciento lo aportan los “alimentos discrecionales”, conocidos como comida chatarra, del cual 13 por ciento proviene de las bebidas azucaradas y el alcohol, y el resto de los alimentos energéticamente densos, pero pobres en nutrientes y en general altos en azúcares y grasas saturadas no indispensables.
Las bebidas del tipo proporcionan más de 70 por ciento del azúcar adicionada que se consume en México: 12 por ciento los niños menores de 12 meses; 36 por ciento los de seis a once meses, y 65 por ciento los de dos a 23 meses.
El investigador defendió el impuesto a los refrescos porque la medida logró disminuir la compra en seis por ciento, pero advirtió que en septiembre próximo será discutida nuevamente la aplicación del gravamen en el Congreso, ante el “fuerte empuje de la industria para retirarlo”.
La diminución en el consumo llevaría a que en un periodo de diez años 300 mil personas pasarían de obesidad a sobrepeso o de sobrepeso a normal, y en 2050 habría 400 mil casos menos de diabetes.
La obesidad es un problema multifactorial y una medida aislada no va a resolverlo; se requieren etiquetado frontal de alimentos, regular la disponibilidad de bebidas y alimentos en escuelas, el mercadeo dirigido a niños, educación, impuestos, entre otras acciones.
Rivera Dommarco instó a exigir que esas medidas se apliquen, evalúen y mejore su implementación. Los efectos serían de largo plazo, mientras que el impuesto disminuye el consumo y por eso “soy de la idea de defender que se mantenga”.
El doctor Simón Barquera Cervera, egresado de la Licenciatura en Medicina de la Unidad Xochimilco de la UAM, informó que dos terceras partes de las 57 millones de muertes que ocurren cada año en el mundo están relacionadas con enfermedades crónicas asociadas a la dieta, la actividad física y los estilos de vida; 80 por ciento de esos fallecimientos tiene lugar en los estratos bajo y medio de la población.
En el mundo hay más de dos mil millones de personas con sobrepeso y obesidad; la principal prevalencia de esa condición se encuentra en el continente y los índices no se han logrado reducir en país del orbe alguno.
El problema es multifactorial y con frecuencia se critican medidas como el impuesto al refresco o las guías de tratamiento clínico de la obesidad, aduciendo que no son suficientes para contender con él.
Sin embargo, las guías American College of Cardiology y del American Healt Association y de la Obesity Society, publicadas en 2014, permiten hacer recomendaciones.
El director del Área de Investigación en Políticas y Programas de Nutrición del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) dijo que el objetivo es ayudar a los profesionales de primer contacto, en particular médicos, que son los que menos saben de nutrición para manejar en forma adecuada el sobrepeso y la obesidad.
En México es importante porque todos los médicos y nutriólogos debieran saber emitir recomendaciones para controlar el peso y “esa no es la realidad”.
El Curso fue inaugurado por el doctor Salvador Vega y León, rector general de la UAM, en el Auditorio Arquitecto Pedro Ramírez Vázquez de la Rectoría General.
Fuente: Sin Embargo.