Por: Antonio González Vázquez.
La imagen que tiene a la vista el amable lector, es una mesa con botellas de agua purificada de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Tan bonita y diáfana imagen corresponde a la ocasión en que Manuel Fermín Villar Rubio rindió su informe anual, y la misma en la que rindió protesta tras ser reelecto. Parecen soldaditos de plomo de tan bien formaditas las botellas y las copas al lado para deleitarse con las transparentes aguas que corren por la universidad. Llevado por la idea de que la Universidad Autónoma de San Luis Potosí es tan transparente como las aguas que purifica, el pasado 19 de mayo, solicité información a través del sistema de solicitudes de información con que cuenta la Universidad. 34 días después, la información solicitada no ha sido entregada. El sistema a través de enlace@uaslp.mx, notificó la recepción de la solicitud y envió un mensaje en el que confirmó los datos personales del peticionario y copia de lo solicitado, a saber, el monto del finiquito entregado a Mario García Valdez al dejar de ser rector de la UASLP, el monto de la pensión mensual o quincenal que se le entrega, así como cualquier otro ingreso que reciba de la UASLP. No entregó nada, así que lo más seguro es que las aguas que corren en la universidad no son del todo prístinas y claras como las de las botellas en la mesa, es decir, la transparencia tiene diez en las botellas, pero cero en los hechos, hay tanta opacidad que da pena. En el discurso todos son transparentes, el problema es tener voluntad para cumplir. El rector Villar debería saber que la información es de todos, no es de su propiedad.