Por Eduardo Delgado
Parecía una niña maltratada de manera cotidiana, cohibida, a la que le repentinamente le ofrecen un dulce. A María de Jesús Almendarez Prieto se le arrasan los ojos de la emoción porque, dice, el encuentro que sostuvo este martes con el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Raúl González Pérez, debe animar a otras víctimas a no callar.
Ella, explicó, le pidió a González Pérez, posar juntos para la toma de foto, porque con ella pretende mostrar públicamente que hay cosas que parecen imposibles por las que una víctima nunca debe dejar de luchar.
Gracias a su valentía y tesón “Mary Chuy” tiene hoy abierta la posibilidad de obtener su propósito: acreditar y posteriormente se sancione a todos quienes han ejercido violencia institucional en su contra. La CNDH atrajo el caso.
Este martes fue para ella un día de alivio en medio de la tribulación que ha padecido durante más de cuatro años. Luego de la entrevista con el ombudsman se apresuró a sacar del vehículo una manta que ella y su abogado, Tomás Coronado Zárate, extendieron debajo del logotipo y el letrero metálico que identifica las oficinas de la CNDH en el edificio Héctor Fiz Zamudio en la ciudad de México.
“El presidente Jorge Vega Arroyo violó mis derechos. En San Luis Potosí los hechos no tienen derechos. ¡Justicia para Mary Chuy!”, se leía en la lona, que incluía una imagen del ombudsman potosino, a quien de paso le dio su “despedida”, pues este viernes deja la presidencia de la comisión estatal, que ocupó durante cuatro años.
“Mary Chuy” es empleada de Gobierno del Estado y hace cuatro años fue víctima de abuso y hostigamiento sexual en la Secretaría de Desarrollo Urbano, Viviendas y Obras Públicas. Al paso de los años su agresor sigue impune.
En esa dependencia estatal el delegado del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio de Gobierno del Estado, Juan Martín Gatica Izaguirre, la pretendía como pareja. Un día, molesto porque no era correspondido, la sentenció: “¡Te vas acostar conmigo por las buenas o por las malas!”.
Desde el momento que lo denunció fue tachada de “conflictiva” y el sindicato logró que la mandaran a otra dependencia. La enviaron comisionada al Instituto Estatal de las Mujeres, donde paradójicamente fue discriminada, razón por la que presentó una queja en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, la cual fue desechada.
A la titular del organismo feminista, Erika Velázquez Gutiérrez, no le agrado la formulación de la queja y la puso a disposición de la Oficialía Mayor de Gobierno del Estado. De ahí la enviaron a la Secretaría de Educación, donde no fue admitida. Hoy tiene su espacio de trabajo en el sótano de una de las oficinas de la Secretaría de Cultura.
Durante la madrugada de este martes, acompañada también de la abogada Mayra Figueroa Gallegos y un grupo de periodistas, viajó a la ciudad de México. Mientras desayunaba le surgió la duda de que la recibiera el titular de la CNDH. Se comunicó vía telefónica a las oficinas del organismo para confirmar.
Antes de las 10:30 de la mañana se mudó de ropa en los baños de un Burger King y enseguida caminó a las oficinas del organismo, donde junto con sus representantes legales espero a González Pérez en una sala de juntas.
El ombudsman mostró un gesto de asombro cuando “Mary Chuy” le refirió que fue víctima de discriminación en el Instituto Estatal de las Mujeres, entidad pública cuya finalidad consiste precisamente en velar por la protección de los derechos de las féminas.
Después del encuentro con el titular de la CND el abogado Tomás Coronado considero que el ombudsman asumió el dolor e impotencia de “Mary Chuy” y por ende instruyó al Sexto Visitador General, Jorge Ulises Carmona Tinoco, para atraer el caso, así como para dictar de inmediato medidas cautelares en materia laboral.
Cuando les fue permitido a los periodistas el acceso a la sala de juntas para captar fotos del encuentro, Mary Chuy le agradeció al presidente: “Gracias por escucharme”.
El pasado jueves, después de tres cartas sin respuesta y de que María de Jesús lo exhibió públicamente, precisamente frente al presidente de la CNDH, el gobernador, Juan Manuel Carreras López, se dignó a escucharla.
Sobre la demanda penal contra Gatica Izaguirre el mandatario le dijo que “ese es un litigio entre particulares” y respecto de su condición laboral le pidió esperar. No se atrevió a ordenar su inmediata reinstalación en la SEDUVOP, por temor a Bernardina Lara Argüelles, la líder del sindicato mayoritario, quien le ha brindado “protección” al agresor sexual, asegura la ofendida.
“Me siento descansada”, comentó “Mary Chuy” a su abogado antes de abordar el vehículo para trasladarse de las oficinas de la CNDH al Senado de la República, donde platicó con la senadora panista Sonia Mendoza Díaz.
El abogado se dijo convencido de que el titular de la comisión no le dio un trato político ni demagógico a su defendida, porque bien pudo haberle pedido a uno de sus subalternos que la escuchara y enseguida retirarse. “Escuchó todo el relato. Las tarjetas con mensajes que le pasaban sus colaboradores las hacía a un lado”, comentó.
María de Jesús se sabe con el “dulce” en la mano y está satisfecha. Sabe que logró un paso muy importante. Sabe que muchas víctimas, mujeres e incluso hombres, no sólo no se atreven a denunciar a sus agresores.
Está consciente que muchas y muchos se ven obligados a tolerar maltratos, vejaciones, discriminación y abusos. También de que otras víctimas no tienen las circunstancias para proceder legalmente contra sus agresores, porque ello que implica tiempo y gastos.
Sabe que las circunstancias económicas de las víctimas se convierten en otro gran obstáculo, como sucedió con el par de jóvenes que fueron acosadas sexualmente por Rodolfo Acevedo Oliva, ex director del Museo del Ferrocarril, que forma parte de la Secretaría de Cultura de Gobierno del Estado, a quien denunciaron penalmente pero sin embargo permanece impune.
