Un millón de muertos por soberbia e ignorancia

Francisco X. Salazar S

Realmente se me hace casi imposible que exista alguien que conscientemente quiera matar o deje morir a un millón de personas. Las intenciones solo Dios las conoce y juzga, pero los datos, las cifras de lo que ha sucedido en este sexenio, me dejan estupefacto.

Jorge Fernández Meléndez cuenta los muertos que van en este sexenio con los datos oficiales y los del reporte publicado recientemente por la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia de COVID 19 en México, constituida por 17 prestigiados científicos, y titulado “Aprender para no repetir”.

La cuenta la hace una persona seria, a quien nadie puede calificar de ignorante o de mal informado. Fernández Meléndez habla de las terribles cifras que llevamos en lo que va de sexenio: “808 mil muertos por COVID, 500 mil más que las cifras oficiales y 303 mil más que los que reporta el INEGI; 185 mil asesinados que podrían llegar a ser 200 mil al final del sexenio y más de 50 mil desaparecidos en el mismo lapso. Más de 1 millón de muertes que podrían haberse evitado.”

Esto no puede atribuirse al desastre natural ocurrido en todo el mundo, la pandemia, sino a la pésima gestión gubernamental, y a la soberbia del presidente López. En primer lugar minimizaron el peligro. El presidente López sugería no usar cubrebocas, seguir abrazándose, usar amuletos. En esa misma línea estaba el difunto gobernador de Puebla, Barbosa, quien decía que él “se curaba con un buen caldo de gallina”.

Y ya en plena Pandemia, recomendaban “quedarse en casa” hasta que los síntomas fueran más graves. (Muchos murieron por llegar al hospital demasiado tarde). Nunca reconocieron la falta de respiradores o de camas en los hospitales. Gatell pronosticó que si las víctimas llegaban a 6,000 sería una tragedia. Fueron más de 800 mil…

Su amistad con Rusia y Putin los llevó a adquirir vacunas Sputnik, que resultaron inútiles y caducaron por millones en los almacenes; no quisieron usar las vacunas de Pfizer o de Astra Seneca, ampliamente probadas en el mundo entero. La mayor mortandad entre el personal de salud también fue en México.

Para agravar el problema, nunca reconocieron haberse equivocado o consideraron cambiar sus fallidas estrategias. La soberbia del presidente López le impide reconocer que puede equivocarse. Más aún con la abyección de Gatell al afirmar que la “fuerza moral del Presidente no es fuerza de contagio”. Tal vez pensando que su ídolo posee un aura de inmunidad cuasi divina.

Y el mal manejo de la pandemia se extiende hasta la Ciudad de México, en ese tiempo gobernada por la ahora candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, quien, sin el consentimiento de los pacientes, los sometió a tratamiento con Ivermectina y Azitromicina, ni siquiera aprobadas por la Cofepris. La Ciudad de México tuvo los peores resultados en todo el país. El promedio de muertos a nivel nacional fue de 7%, en Ciudad de México fue de 24%. Más del triple. Gracias a los dos López y a Claudia, la esperanza de vida de los capitalinos durante la pandemia disminuyó en 7.3 años.

Otra observación del estado sobre la pandemia fue la afectación a los diferentes sectores. Los más afectados fueron los pobres. Sí, para morir, primero los pobres.

La venganza de López contra María Amparo Casar

Por haber escrito un libro titulado “Los puntos sobre las íes” en donde describe al gobierno de López por su incompetencia, impunidad, incongruencia, ilegalidad, des-institucionalización y des-información; afloró el espíritu vengativo del presidente López. Acusó a Amparo Casar, por medio de su intitulado agrónomo director de Pemex, Octavio Oropeza, de un supuesto fraude contra la empresa, cuando sucedió la muerte de su esposo hace poco menos de 20 años.

Como acostumbra, antes de ir a un juicio en tribunales, el presidente ya juzgó y condenó a la viuda. Y además le quitó su pensión vitalicia, le pide que pague millones de pesos y la sometió al escarnio público, revelando, contra lo que protege la ley, sus datos personales y los de su familia. Así la expone a que uno de sus fanáticos amlovers quiera quedar bien con su ídolo y atentar contra ella. Hay que comprar el libro, esta buenísimo. Y solidarizarnos con María Amparo Casar.

También recomiendo el libro de Anabel Hernández “La Historia Secreta”, acerca de cómo se construyó la carrera política de AMLO con la colaboración y complicidad del Cartel de Sinaloa. Entre otros de los que se entrevistaron para el libro está el famoso Nico Mollinedo, su chofer, guarura y confidente desde el 2000 hasta 2014.

Dichos presidenciales

“La Pandemia nos vino como anillo al dedo”.
“Lo mío no es la venganza”.“Vamos bien, muy bien , requetebién”
“Durante nuestra gestión no ha aumentado la violencia, solo aumentaron los homicidios”.
“La muerte, o como dicen la Santa Muerte”.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Ingeniero Químico, maestro en Administración y doctor en Educación. Empresario. En 2005 ocupó el cargo de Secretario del Trabajo y Previsión Social a nivel Federal. Fue dos veces diputado federal y senador, y una vez diputado local. Ha sido catedrático por más de 25 años en universidades públicas y privadas. Miembro del Partido Acción Nacional de 1975 hasta abril de 2022. Ha sido consejero de Canacintra, Industriales Potosinos, Unión Social de Empresarios de México y de Coparmex. Ocupó el cargo de secretario general en el Sindicato de Académicos de la UASLP. Actualmente es presidente del Instituto de Política Laboral A.C.

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