María Ruiz
El alcalde de Villa de Ramos, Erik Giovanni Espino de la Rosa, reconoció los principales problemas que enfrenta el municipio son: la inseguridad, el aumento en el consumo de drogas y la migración de jóvenes en busca de oportunidades laborales.
A pesar de la cercanía con Zacatecas, donde operan grupos del crimen organizado, el edil aseguró que en Villa de Ramos no se han identificado células delictivas, sin embargo, el consumo de drogas ha ido en aumento, lo que inevitablemente genera una oferta de sustancias ilícitas.
“Mientras exista quien consuma, habrá quien venda”, reconoció.
Para hacer frente a este problema, el gobierno municipal ha implementado pláticas en escuelas y comunidades, y actualmente hay unas 20 personas internadas en un centro de rehabilitación, pero la efectividad de estas medidas aún es cuestionable frente a la magnitud del problema.
En materia de seguridad, el municipio destina el 26 por ciento de su presupuesto a este rubro cada año, y esperan un incremento en el Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de los Municipios y de las Demarcaciones Territoriales del Distrito Federal (FORTAMUN) para reforzar a la policía municipal.
No obstante, la violencia en la región y el limitado número de elementos en la corporación dejan en duda si este recurso será suficiente para garantizar la seguridad de la población.
Además de la inseguridad, la falta de oportunidades económicas obliga a muchos habitantes a migrar. El grupo más afectado son los hombres de entre 17 y 35 años, quienes buscan trabajo en Texas, Los Ángeles, Atlanta y Tennessee, en Estados Unidos. Este año, 14 personas han sido repatriadas al municipio.
Finalmente, el sector agropecuario enfrenta serios problemas debido a los altos costos de la electricidad, lo que ha dificultado el pago de los recibos por parte de los productores, pero hasta el momento no se han anunciado medidas concretas para atender esta situación.
