Por Victoriano Martínez
Si en cuestión de inseguridad los indicadores muestran a una población mayormente atemorizada por los hechos violentos de los últimos meses, en materia de respeto a sus derechos humanos por parte de entes gubernamentales los números se muestran consistentes con esa sensación de no sentirse seguros.
Giovanna Itzel Argüelles Moreno, presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), dio a conocer este viernes un dato más en el que junio presentó cifras elevadas: ese organismo recibió 108 quejas.
Señaló que durante los primeros seis meses de este año la CEDH ha recibido 600 quejas que, comparadas con las 993 que la Comisión recibió durante todo el 2021, representa que el promedio de quejas mensuales pasó de 82 a 100 quejas, es decir, un incremento del 22 por ciento en el número de personas que acuden a la CEDH por sentir violados sus derechos humanos.
La mala señal que muestra ese incremento en las quejas necesariamente se debe contrastar con los resultados de los que da cuenta la CEDH encaminados a cuando menos la protección, defensa, observancia y promoción de los derechos humanos ante una población a todas luces más demandante de que se hagan valer.
Mientras en 2021 la CEDH recibió 993 quejas, de acuerdo con su informe de actividades, en ese mismo periodo sólo emitió 23 recomendaciones, en 101 casos emitió medidas precautorias y gestionó 30 conciliaciones.
Si se toma en cuenta que las recomendaciones emitidas en 2021 corresponden a quejas presentadas entre 2017 y 2020 (ninguna de las presentadas el mismo año), es posible que las 101 medidas precautorias y las 30 conciliaciones sean parte de las 993, lo que implicaría un vacío sobre lo ocurrido con 862 quejas.
De las 23 recomendaciones emitidas el año pasado, 19 se dieron después de que Argüelles Morena asumiera la presidencia de la CEDH. Este año, en el sitio Web de la CEDH sólo se han publicado cuatro recomendaciones. En suma, la actual presidenta del organismo ha emitido 23 recomendaciones en sus casi 16 meses de gestión.
De las cuatro recomendaciones emitidas este año, tres corresponden a quejas presentadas en 2019 y una presentada en 2020. A la fecha, la actual presidencia de la CEDH no ha resuelto una sola de las quejas recibidas durante su gestión.
Un rezago que deja, para quienes presentaron quejas en los últimos seis meses, la esperanza de ver su asunto convertido en recomendación, si bien les va y ésta se da, para el próximo año.
De acuerdo con la antigüedad de las quejas involucradas en las 23 recomendaciones emitidas por la actual administración de la CEDH, el 26.09 por ciento de las 600 quejas que lleguen a la recomendación lo harán en 2023, el 47.83 por ciento en 2024, el 21.74 por ciento en 2025 y el 4.35 por ciento en 2026.
Expectativa que primero debe superar la esperanza de que efectivamente la queja llegue al punto de la recomendación, porque la otra es que forme parte del 13.1 por ciento que obtienen medidas precautorias o conciliaciones, porque la mayor posibilidad es que no se sepa que pasó con ella.
Para aquellos que vean sus quejas convertirse en recomendación no deben cantar victoria, porque sólo se trata de pasar a un periodo en el que se abren esperanzas de que se les haga justicia y accedan a una reparación del daño, pero que suele volverse un camino muy accidentado y hasta revictimizante.
La tendencia en este primer semestre del año de un incremento del 22 por ciento en el ritmo de quejas ante la CEDH es un indicador más de que la población también se percibe agredida por las instancias gubernamentales.
No sólo los hechos violentos de alto impacto con el crimen organizado generan una percepción de inseguridad.
