Vulnerabilidad y desafíos para personas con discapacidad en medio de las obras de San Miguelito

María Ruiz

En una ciudad en donde las obras de infraestructura urbana son constantes, la atención a la accesibilidad y seguridad de toda la ciudadanía debería ser una prioridad. Sin embargo, el caso de Israel Morales San Román, habitante del Barrio de San Miguelito, pone de manifiesto las deficiencias en la ejecución de obras y la vulnerabilidad de quienes transitan las calles.

Morales, una persona con discapacidad visual (ceguera), se ha visto afectado por la falta de coordinación entre la Secretaría de Desarrollo Urbano, Vivienda y Obras Públicas (Seduvop) y los trabajadores encargados de la rehabilitación de la calle Coronel Ontañón.

Esta serie de circunstancias ha tenido consecuencias graves para él, no solo en términos de movilidad accesible, sino también en su seguridad personal.

En sus propias palabras, Israel Morales relata dos incidentes que ilustran la problemática.

La primera de ellas, un hoyo no señalizado. Remarca que en medio de su rutina diaria, caminaba por la calle Coronel Ontañón cuando se encontró con un hoyo profundo que no tenía la señalética correspondiente. A pesar de que pasó un coche, no había indicaciones claras sobre por dónde debía pasar, lo que resultó en una caída severa que le causó lesiones en el pie y la rodilla.

El segundo hecho también se trata de una caída en la misma calle en donde al momento de cruzar, sufrió algunas lesiones. Aunque ya había tenido un esguince previo en la zona, la falta de señalización y medidas de seguridad nuevamente lo afectaron.

“Cuando me caí en el hoyo no había trabajadores, no había nadie que en ese momento me indicara que alguien podía apoyarme, pero luego apareció un chico que creo que venía como caminando porque escuché que corrió cuando me vio que me caí y me ayudó a salir”.

Este habitante afectado remarca que la rehabilitación de la calle Coronel Ontañón debería haber incluido puentes accesibles para personas con discapacidad y señalamientos claros para evitar accidentes.

Sin embargo, estas promesas no se han cumplido, lo que deja a personas como Israel Morales en una situación vulnerable.

La falta de coordinación entre las autoridades y los trabajadores encargados de la obra es evidente. Además, la urgencia de cumplir plazos no debería poner en riesgo la seguridad de la población.

“Cuando abrieron la calles, las autoridades también se comprometieron a colocar medidas de seguridad que establecieran señalamientos para las personas con discapacidad y que no tuvieran este tipo de accidentes, pero no pasó”.

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