Iraís Valenciano
La semana pasada, una imagen desató polémica en redes sociales. En páginas de Facebook dedicadas a linchamientos por consigna, circuló una ficha de búsqueda con el rostro del alcalde capitalino, Enrique Galindo Ceballos. Indignación, revictimización, “trolls” y “bots” al desnudo fueron tan solo algunas de las consecuencias de esa estrategia.
¿A quién se le ocurrió que era buena idea atacar al presidente municipal con una herramienta que para muchas personas es fundamental para localizar a sus familiares?
Justo el sábado, la asociación Voz y Dignidad por los Nuestros SLP presentó el “Informe Sombra sobre la Situación de los Derechos de las Personas Desaparecidas en San Luis Potosí”, el cual reveló que existen hasta la fecha 745 familias que despiertan todos los días con la ilusión de que sus parientes vuelvan a casa.
Además de las estadísticas y el análisis por regiones, el reporte incluye testimonios de personas que de un día para otro perdieron el rastro de algún ser querido. “Es una pesadilla vivir esto. Necesito a mi hijo vivo, no quiero pensar en otra posibilidad”, se lee en una de las 48 cuartillas que forman parte del informe. Esas 16 palabras reflejan el dolor, pero al mismo tiempo, la esperanza de obtener, por difícil que parezca, una buena noticia.
El estudio elaborado por el colectivo desnuda una dura realidad, de la que no se salva ninguna de las cuatro zonas del estado. “Campos de exterminio”, “fosas clandestinas”, “ácido”, “restos humanos” son términos que aparecen con frecuencia a lo largo del texto, y que permiten dimensionar el calvario que cientos de familias han tenido que enfrentar.
Entre enero de 2018 y mayo de 2025, mil 818 personas fueron reportadas como desaparecidas o no localizadas en San Luis Potosí; de ellas, mil 073 fueron encontradas, pero solo 956 aún con vida.
Aún faltan 745 personas: madres, padres, hijas e hijos; tíos, amigas, abuelos. Y además de los huecos que dejaron en sus hogares, sus familiares han tenido que enfrentar trato despectivo o estigmatizante por parte de algunas autoridades. “Han señalado en reuniones oficiales con las madres buscadoras ‘Que las victimas se fueron o están relacionadas con delincuencia organizada’ o ‘que se fueron por voluntad’, ‘se metieron en algo’, o ‘andan con el novio’, como pretexto, sin investigar adecuadamente y agilizar la búsqueda inmediata”, según se menciona en el informe.
Entre las víctimas de las desapariciones se incluyen mujeres de 15 a 19 años, y el colectivo advierte sobre la posibilidad de que los casos estén relacionados con violencia de género, trata de personas o explotación sexual.
El 40.7 % de las personas desaparecidas son jóvenes de 15 a 29 años. Ante este dato, la asociación que realizó el estudio pone el foco en el reclutamiento forzado por parte del crimen organizado, y advierte también que más de 60 niños han desaparecido en San Luis Potosí.
Es inimaginable la angustia que viven quienes desconocen el paradero de sus parientes. Por eso, resulta indignante que existan quienes sin escrúpulos usen el formato de las fichas de búsqueda para golpeteos políticos.
Tres horas después de que comenzó a circular la “ficha-parodia”, Voz y Dignidad por los Nuestros publicó en sus redes sociales un pronunciamiento público en el que expresó su rechazo a esa acción y exigió a la Fiscalía General del Estado actuar en consecuencia.
“La desaparición de personas en México no es una broma. Son más de 100 mil familias buscando a sus seres queridos, muchas de ellas en San Luis Potosí. Las fichas de búsqueda son herramientas esenciales para la localización, no materiales de burla. Convertir estas fichas en parodia política envía un mensaje de insensibilidad, desmemoria y desprecio por los derechos humanos”, reprochó el colectivo, y razones para inconformarse, les sobran.
Quienes idearon y replicaron la ficha apócrifa, ¿ya habrán leído el informe de Voz y Dignidad por los Nuestros? Sería un buen ejercicio para que les quede claro por qué desataron indignación.
Pero aun cuando el comunicado del colectivo fue muy claro y evidenció la falta de sentido común, hubo quienes comentaron la publicación solo para continuar los ataques contra el alcalde. Sin embargo, llama la atención que la mayoría de los mensajes fueron de usuarios con dos perfiles muy específicos.
Entre los opinantes hubo quienes en sus cuentas de Facebook suelen replicar los posts con obras y acciones de Gobierno del Estado. Otros -la mayoría- tienen en sus fotos de perfil y de portada imágenes descargadas de Google, ya sea de Messi, Maradona, Raúl Sandoval o uno de los “20 abuelos que seguramente podrían haberte conquistado”.
Y aunque el colectivo subió su comunicado alrededor de las seis de la tarde, fue hasta después de las diez de la noche cuando comenzaron a aparecer como cascada los mensajes “anti-Galindo”, algunos hasta con solo un minuto de diferencia, y lo más risible: algunos de esos “indignados ciudadanos” por lo visto son poco sociables: cinco de esas cuentas tienen solo 15 “amigos” y otras tienen solo 22, 4, 2 o hasta un solo contacto. ¿Tan impopulares son esos supuestos usuarios de Facebook? ¿O los estrategas de campañas de “trolls” y “bots” son unos novatos?

Que la “ficha-parodia” haya sido contra el alcalde es lo de menos. Habría indignado igual si esa campaña fuera contra el gobernador Ricardo Gallardo Cardona o contra la presidenta Claudia Sheinbaum, porque la ofensa no fue contra él, sino contra las familias de las personas desaparecidas e incluso, contra toda una sociedad que está harta de la impunidad, la violencia y el miedo.
Hay límites que no se deben cruzar. Y lo hicieron.
REFILL
El cambio de foco de ataque por parte de un personaje político ha suscitado todo tipo de suspicacias, incluso se ha hablado de un “cambio de aires”, pero todo parece indicar que el trasfondo tiene que ver con una revancha por parte de uno de sus aliados, que recientemente se quedó sin mucho margen de maniobra dentro de su partido. ¿Qué tal si mejor se dedican a proponer?
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y maestra en Diseño Multimedia por la Universidad del Valle de México. Ha ejercido el periodismo desde 2004 en medios de comunicación impresos y digitales. A partir del 2017 se incorporó a la plantilla docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación.