Desiree Madrid
Luego del hallazgo reciente de un cuerpo en los límites con Nuevo León, la Fiscalía General del Estado (FGE) reconoció que el mayor foco de conflicto en las fronteras potosinas no se encuentra ahí, sino en la colindancia con Zacatecas, específicamente en el municipio de Villa de Ramos.
La fiscal general, María Manuela García Cázares, aseguró que esa zona es la más complicada en términos de seguridad y presencia del crimen organizado.
“Desafortunadamente Zacatecas, la colindancia con Villa de Ramos, es la más compleja”, dijo García Cázares al ser cuestionada sobre las condiciones en las fronteras estatales.
La funcionaria explicó que si bien en el caso del cuerpo encontrado cerca de Dr. Arroyo se apuntó a un hecho ocurrido fuera de San Luis Potosí, los mayores retos se concentran hacia el norte, en el Altiplano potosino, donde la violencia ligada a grupos criminales trasciende las líneas territoriales.
Esta advertencia se da luego de que el estado de Zacatecas ha sido reconocido como una de las entidades con mayor actividad de grupos delictivos. Municipios como Villa de Ramos, colindante directamente con territorio zacatecano, se han convertido en zonas de riesgo tanto para habitantes como para fuerzas de seguridad.
Frente a esta situación, el Gobierno del Estado anunció un reforzamiento de las medidas de seguridad en las fronteras con estados vecinos, incluyendo Zacatecas, Nuevo León y Aguascalientes.
A través de un comunicado oficial, se informó que se han destinado dos aeronaves para realizar sobrevuelos constantes en la región del Altiplano, así como el incremento del despliegue de efectivos de la Guardia Civil Estatal (GCE).
Además de los sobrevuelos, se habilitó una base operativa en El Salitral, dentro del municipio de Villa de Ramos, y se mantiene otra en Salinas de Hidalgo, con patrullajes regulares.
El secretario general de Gobierno, J. Guadalupe Torres Sánchez, sostuvo que estas acciones buscan contener el avance del crimen organizado desde los estados colindantes, especialmente en las áreas rurales y de difícil acceso.
A pesar del discurso de “blindaje”, las dinámicas delictivas que operan en la región han demostrado capacidad para cruzar límites estatales con facilidad. Habitantes de comunidades fronterizas, como aquellas entre Villa de Ramos y Pinos, Zacatecas, mediante redes sociales han señalado anteriormente que la presencia de fuerzas de seguridad es intermitente y que la violencia, aunque menos visible, persiste.
Las autoridades estatales aseguraron que hay coordinación con la Guardia Nacional y la Secretaría de la Defensa Nacional, sin embargo, el riesgo estructural que representa la colindancia con Zacatecas sigue latente.