Honorable Cagadero del Estado

Oswaldo Ríos Medrano

Cuando Enrique Flores apareció en el famoso video de la ecuación corrupta dijo una frase que sintetizó el arreglo falsamente higiénico, pero grotescamente pestilente que le propuso a Crispín Ordaz (alcalde de Ébano) para dejar la cuenta pública de su municipio (la del 2016) inmaculada de señalamientos u observaciones: “Si jalas, yo ahorita doy la instrucción para que todo este cagadero quede limpio”.

El presidente municipal no accedió. Por el contrario, grabó un video con esa conversación vergonzosa y la hizo llegar a un diputado panista interesado en deshacerse de su otrora aliado Enrique Flores. Ese legislador, la entregó personalmente a un medio de comunicación, ahí se publicó el lunes 12 de junio de 2017, y ese día, se dañó para siempre la credibilidad e imagen del Congreso del Estado.

Desde entonces, la historia del parlamento potosino se divide en antes y después de la ecuación corrupta.

La insigne H que significa honorable y se antepone al nombre del Congreso del Estado se convirtió en una burla y un recordatorio mudo de la hipocresía y la hediondez a que llegaron los integrantes de la Comisión de Vigilancia, esa que supuestamente tiene la función de vigilar que el dinero público se gaste con honestidad, legalidad, eficacia y eficiencia. Tristemente ha sido ahí, donde se han cometido las acciones más porcinas y de mayor rentabilidad económica y política para sus integrantes.

Quien lo dude, observe cómo se creó y se repartió la Unidad de Evaluación y Control, fardo burocrático costosísimo que tendrá como función “vigilar” a la vigilante Auditoría Superior del Estado. Ahora solo falta crear el órgano que vigile al que vigila al que vigila. No tienen límites.

Todo puede reprocharse a Enrique Flores, menos decir mentiras. No se puede refutar que tenía la boca llena de verdad cuando dijo que estos legisladores convirtieron el Congreso en un depósito de estiércol político. Mierdero muy plural en el que se baten curuleros de todos los partidos políticos y que ayer 10 de agosto, dieron un nuevo testimonio de esa “convicción”, al aprobar en sus términos, las mismas cuentas públicas que Enrique Flores ofreció “limpiar” con el apoyo de Óscar Bautista, Manuel Barrera y Guadalupe Torres.

La única nota discordante que ayer se aprobó respecto de los dictámenes de las cuentas públicas originales de la ecuación corrupta, fue que se ordenó realizar de forma completa la auditoría del municipio de Ébano. A las y los diputados no les importó exhibir de forma descarada su decisión de dar un escarmiento al alcalde que se atrevió a mostrar ante los ojos de México y el mundo las habilidades fontaneras de nuestros representantes populares. El mensaje es elocuente: en el Congreso potosino no se castiga la corrupción, solo a quienes la denuncian.

Debe decirse que los dictámenes de esas cuentas públicas fueron previamente “validados” por un despacho externo que se contrató sin transparencia y habrá que revisar, si cumpliendo los principios establecidos en la Ley de Adquisiciones. Esta desaseada imposición, será una extraordinaria oportunidad para que las y los diputados de la próxima Legislatura demuestren en los hechos su compromiso de castigar la corrupción y llevar ante la justicia a quienes han abusado del poder de sus posiciones.

Al aprobar las cuentas públicas de la ecuación corrupta, los diputados de esta Sexagésima Primera Legislatura cancelaron la posibilidad de reponer íntegramente la revisión de las mismas por una sencilla razón: ese proceso ocurriría a partir de este momento y seguramente se llevaría a cabo durante los trabajos de la próxima Legislatura.

Es decir, de ninguna manera se iban a arriesgar a que diputados que no están salpicados del “cagadero” (Flores dixit), fueran los encargados de revisar la porqueriza y eliminar las sospechas que hasta la fecha prevalecen sobre cuánto pudo “limpiar” la amable gestión de Enrique Flores y cuánto los “buenos oficios” de Héctor Mendizábal, responsable de tomar la olorosa estafeta y quien la concluyó con tanta dedicación que seguramente Enrique Flores se encuentra complacido de ver su obra terminada.

Pero no fue solamente la operación política de los coordinadores parlamentarios del PRI, del PAN y de la gallardía, la que logró el voto casi unánime de los diputados a favor de esconder los desechos 2016 debajo de la alfombra. La “aceitadita” para que se pudieran generar esos acuerdos vino directamente de Palacio de Gobierno.

Por eso que no nos sorprenda si el “fondo moches” del 2017, finalmente sí pudo “distribuir” los 3 millones y medio a todos los diputados que faltaban de “ejercerlo”; o si se les reintegran a los legisladores los “donativos” y “remanentes” que han devuelto a la Secretaría de Finanzas (en una ventanilla alterna, claro está); o si desde el Ejecutivo se accede a la petición de algunos diputados de que el Ejecutivo les “preste” dinero, para pagar la reposición del fondo de gestoría que mal gastaron y que la Auditoría Superior del Estado les está exigiendo que devuelvan.

El acto fue tan denigrante para la dignidad del Poder Legislativo que las cuentas públicas de la ecuación corrupta se votaron sin que un solo diputado usara la tribuna para explicarle a la sociedad que con esa votación se colocaría el último clavo de la vergüenza en el ataúd del Congreso del Estado.

Así, con el mismo silencio con el que trabajan los asesinos y los delincuentes, los “representantes populares” cerraron la boca y levantaron las manos para acatar con obediencia las instrucciones recibidas y traicionar (otra vez) el juramento de cumplir y hacer cumplir las leyes, pero, sobre todo, la confianza de quienes hace tres años les dieron el voto pensando que defenderían el bienestar de la gente y no que se comportarían como carniceros del interés público.

Ojalá los próximos diputados y diputadas analicen lo ocurrido ayer y extraigan una lección invaluable: lo que ha destrozado la credibilidad del Legislativo no ha sido el tamaño de la dieta. Lo que despedazó al Congreso fue el sometimiento, la voracidad, la soberbia, la bufonería y la cobardía de no ser un contrapeso.

Enrique Flores: puedes estar orgulloso de tus muchachos, ¡misión cumplida!

Honorable Cagadero del Estado.

 

Twitter: @OSWALDORIOSM
Mail: oswaldo_rios@yahoo.com

 

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