120 filósofos: Severino Boecio

Quienes hacen el mal siempre sufrirán más

480-524

Frater Ignatius

Sin Boecio no se explica toda la escolástica medieval. Un filósofo de altos vuelos que también era poeta, estadista, traductor, escritor muy fino, estudioso de la música, la aritmética y la astronomía.

Boecio murió joven tras ser asesinado por el rey gótico Teodoro. Esta tragedia tuvo una consecuencia enorme, además de beneficiar plenamente a todo el pensamiento de occidente.

Mientras el pensador estuvo en prisión a la espera de su ejecución, el senador romano Severino Boecio escribió De Consolatione Philosophiae (La consolación de la filosofía), el libro más ampliamente conocido e influyente después de la Biblia hasta y durante la edad media.

La consolación es un diálogo entre Boecio y la filosofía. Escribe en forma alternativa entre la prosa y el verso. Las reflexiones que corresponden a Boecio están escritas en prosa, mientras que la sabiduría de su interlocutor aparece en verso.

Boecio sabe que morirá muy pronto ejecutado y decide dar un sentido a su existencia al escribir una obra maestra llena de sabiduría y consuelo para un hombre que irá al cadalso. Utiliza la razón en vez de la fe, como la haría Agustín de Hipona para su consolación.

En la obra se exponen algunos de los problemas perennes de la filosofía, incluido el problema del mal, el libre albedrio y el determinismo, la naturaleza de la justicia y de la virtud. Encuentra el pensador que “La esencia de Dios solo consiste en la bondad”. Para Boecio, Dios y “la Bondad” son sinónimos.

Boecio es admirado por ser un intelectual cristiano. Sostiene que si un hombre es verdaderamente bueno con toda su alma, su cuerpo y su ser, es como un dios.

El filósofo argumenta que la persona que es buena es un dios y puede participar de una gracia divina junto con el omnipotente Dios. La divina providencia es más un espectador del universo que un interventor en los asuntos humanos. E introduce una especie de ley kármica que mantiene una justicia en la tierra.

Su lógica es directa y no mística. No obstante, se enfrenta de lleno tanto al problema del mal como el de la libertad. Argumenta que este tipo de paradojas puede librarse por medio de un corazón bondadoso. Si uno practica la bondad obtiene en automático la libertad y se aleja del mal. Un libro entrañable y lleno de sinceridad.

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