30 puñaladas

Por Antonio González Vázquez

El “Gorgory” tocó a la puerta de la casa de su abuelo. No sería una visita cordial ni placentera la de aquella noche del 5 de octubre de 2016. Don Ismael no lo sabía, pero iban a matarlo.

Su nieto, apodado como El Gorgory, llegó acompañado de un sujeto del que no se sabía ni se sabe nada. Iban a visitarlo para matarlo.

La noche era apacible en la colonia Praderas del Bosque donde Ismael Sosa Martínez de 65 años de edad vivía junto a su madre, doña Irene Martínez Ramírez de 87 años de edad.

En la casa marcada con el número 141 de la calle de Violeta, don Ismael y doña Irene descansaban en la sala de estar cuando escucharon el interphone y al ver de quien se trataba, le abrieron la puerta: era El Gorgory que entraba junto con otra persona.

El Gorgory conversó por unos momentos con don Ismael y todo parecía normal, incluso les invitó un vaso de agua mientras que doña Irene les veía de cerca. Le extraño ver a su bisnieto en compañía de alguien a quien nunca habían visto.

De súbito, El Gorgory de 23 años de edad, atacó a su abuelo, lo golpeó y le asestó puñetazos en el cuerpo y en la cabeza; doña Irene gritaba desesperada que dejara de golpearlo, que lo dejara en paz, “mira que es tu abuelo” y preguntaba a grito abierto porqué agredía a su hijo.

Ante la alharaca, ingreso desde la cochera el compañero del Gorgory; iba con el rostro cubierto y sacó un cuchillo de entre su ropa. El Gorgory le ordenó:”mátalo” y de inmediato el sujeto con el rostro cubierto se le fue encima y lo masacró a puñaladas. Más tarde, un agente de la Policía Ministerial reportó que tuvo a la vista 11 heridas de arma blanca en el cuerpo de don Ismael, pero luego, la necropsia realizada reveló que fueron 30 las heridas.

Aterrorizada por lo que ocurría, doña Irene empezó a gritar fuertemente clamando auxilio y fue entonces que El Gorgory ordenó a su compinche: mátala a ella también y eso fue lo que intentó hacer, de tal modo que le provocó heridas en los brazos, cuello y abdomen. Milagrosamente salvó la vida y precisamente esa fue la desgracia para su bisnieto.

Al escuchar los gritos, los vecinos de don Ismael se acercaron a la casa y cual fue su sorpresa cuando a las puertas vieron a doña Irene herida y sangrante, que seguía gritando y pidiendo auxilio. Entraron y vieron tendido el cuerpo de don Ismael, por lo que de inmediato llamaron a la policía.

Los hechos habían ocurrido a eso de las 21:45 horas del 5 de octubre y minutos después de ello ya estaban en el lugar agentes de la Dirección de Seguridad Pública y luego llegaron los de la Policía Ministerial. Confirmaron el crimen que habría sido cometido por dos personas que tras los hechos, huyeron.

A doña Irene la trasladaron de inmediato al hospital donde le atendieron de al menos 15 lesiones por arma punzocortante y pasadas unas semanas recobró la salud. Testigo directa de los hechos, denunció a la policía sobre el presunto autor del ataque y muerte de su hijo, así que se inició la ubicación del Gorgory.

El 24 de enero la Policía informó del cumplimiento de una orden de aprehensión en contra de un joven por los presuntos delitos de homicidio calificado y tentativa de homicidio.

Según el reporte de la Policía Ministerial, el ataque del joven a su abuelo se debió a que éste habría intentado abusar sexualmente de él, sin embargo, no fue del todo así. El autor material del crimen fue el acompañante, hoy prófugo,del Gorgory y fue éste quien ordenó el crimen. En ningún momento existió la posibilidad de intento de abuso sexual por parte de don Ismael, un anciano enfermo que apenas tenía fuerza para ponerse en pie.

Este lunes 30 de enero, en el Centro de Justicia Penal, el Gorgory fue presentado ante el juez quien resolvió la existencia de elementos legales necesarios para ordenar la prisión preventiva al Gorgory por el homicidio de don Ismael y por la tentativa de homicidio contra doña Irene.

Las pruebas presentadas con suficiencia por parte del Ministerio Público acreditaron la responsabilidad del joven de 23 años, por lo que se continúa el proceso legal correspondiente. En un plazo de 4 meses el Ministerio Público aportará más pruebas para que el juez José Luis Ruiz Contreras, en un plazo no mayor de dos años, dicte sentencia.

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