Las colonias invisibles: el silencio administrativo que margina a SLP

Texto y fotografías de María Ruiz

En San Luis Potosí capital, mientras algunos barrios y colonias gozan de servicios públicos modernos y obras de infraestructura, otros viven en el abandono absoluto.

Colonias como El Aguaje, San Vicente Mártir y Andador del Sauce en el fraccionamiento Rinconadas del Sauce, no tienen agua potable ni energía eléctrica desde hace más de cinco años.

No es que estén lejos del centro urbano, es que están lejos del interés institucional.

La respuesta oficial del Ayuntamiento a una solicitud de información realizada por Astrolabio Diario Digital, con folio 240474425000396, revela que no tienen en existencia un registro del número total de colonias no municipalizadas ni de asentamientos humanos irregulares.

Tampoco hay una lista detallada de sus nombres o ubicaciones. Es decir, para el Gobierno Municipal, estas comunidades no existen en papel. Y si no existen en papel, no existen en presupuesto ni en planeación ni en derechos.

Lo único que se reconoce oficialmente son las solicitudes de municipalización y regularización.

Entre 2021 y julio de 2025 se presentaron 22 solicitudes de municipalización y 11 de regularización. De estas, 13 fueron aprobadas, otras 13 están en trámite, y el resto fueron rechazadas por incumplimiento de requisitos.

Más allá de este dato, el municipio se deslinda de cualquier responsabilidad sobre servicios públicos en zonas no municipalizadas. No brinda información sobre cuántas colonias carecen de agua, drenaje, alumbrado o seguridad; no tienen información sobre programas vigentes para atenderlas; no hay recursos asignados; no cuentan con registros de planes a mediano ni largo plazo. Solo hay silencio.

Este vacío administrativo tiene consecuencias reales. En El Aguaje, María del Carmen, madre de tres hijos y quien vive en la calle las Cascadas, entre las vialidades de artículos 215 y 175, cuenta que se alumbran en ocasiones con lámparas de batería, o con una planta portátil de luz que a su esposo le prestan en su trabajo, y que el agua la compran por garrafón.

“Cuando llueve, juntamos lo que podemos. Ya ni esperamos que el gobierno se acuerde de nosotros”, dice.

Agrega que las calles que recorre con sus niños en días de escuela, permanecen sin pavimentar y con escaso alumbrado público, lo que vuelve inseguro el regreso a casa al anochecer.

“Los servicios básicos llegan a medias: el agua no hay, y la potable es irregular cuando se consiguen pipas, la recolección de basura es deficiente y el transporte público nos queda retirado”.

Los vecinos también enfrentan trabas para escriturar o acceder a apoyos oficiales, pues la colonia no aparece de manera formal en el padrón municipal. Esa condición de “no reconocidos” los deja en un limbo y sin recibir a cambio los servicios más elementales.

Por otro lado, en San Vicente Mártir, cerca de la colonia el Sauzalito, don Ernesto recuerda que ellos mismos intervinieron las calles con palas y picos, cuando comenzaron a habitar la zona. Lo que no sabían es que las casas del área que habitan carecen de municipalización.

“Desde hace más de seis años no hay luz, no hay drenaje. Hicimos la petición hace tres años, pero nunca han venido del Ayuntamiento. Si se fija, hay mucha terracería, entonces cuando hay emergencia, ni las ambulancias quieren entrar porque no hay pavimento. Hasta en eso batallamos”.

Andador Del Sauce, a unos metros de la calle donde vive don Ernesto, Teresa, comerciante local, denuncia que ni siquiera figuran en programas del Ayuntamiento.

“Nos dicen que no estamos municipalizados, que no existimos para el Ayuntamiento. Pero aquí vivimos, aquí trabajamos. Solo vinieron cuando arrasaron con el área verde del Sauzalito los del Gobierno del Estado. Pero a nosotros no se han acercado”.

La respuesta institucional a esta situación es evasiva. El municipio, dentro de la respuesta que da a la solicitud de información, afirma que no tiene competencia para responder sobre conflictos jurídicos como viviendas construidas en terrenos sin título formal o herencias no regularizadas.

Tampoco proporciona información sobre las instituciones involucradas ni sobre avances en la resolución de estos conflictos. Y cuando se solicitan planes o metas institucionales para regularizar estas áreas, la respuesta es que no están obligados a responder.

Las colonias no municipalizadas son zonas grises donde las autoridades no llegan, donde los derechos se diluyen y la ciudadanía resiste con lo que tiene. No hay agua, no hay luz, no hay seguridad. Pero hay vida, y esa vida merece ser reconocida, atendida y dignificada.