Simulacro evidencia falta de personal y equipo del Cuerpo de Bomberos Metropolitano

Foto: Fernanda Durán

Desiree Madrid

Durante el reciente Simulacro Nacional 2025, se pudo observar de cerca cómo el Cuerpo de Bomberos Metropolitano aún padece de carencias, que podrían comprometer su capacidad de respuesta en emergencias reales.

La actividad, que simulaba distintos escenarios de rescate y atención, evidenció nuevamente la falta de personal y el desgaste del equipo con el que cuentan para atender incidentes en todo el estado.

El comandante Adolfo Benavente Duque explicó que la corporación necesita, como mínimo, 36 nuevos elementos para cubrir las áreas más vulnerables. Estos refuerzos no solo tendrían que incorporarse al servicio, sino que también requieren un proceso de capacitación y el equipamiento necesario para responder a accidentes, incendios o cualquier situación de riesgo.

“Sin personal suficiente, nuestra capacidad de intervención se reduce y los tiempos de respuesta se alargan, sobre todo en municipios alejados”, señaló.

Abordó también la situación laboral de los bomberos en activo. Benavente destacó que, pese a la exigencia del trabajo diario, las prestaciones y la seguridad social aún son limitadas.

“Estamos arriesgando la vida todos los días, pero no contamos con un esquema de protección laboral justo. Es algo que afecta directamente la motivación y el bienestar del personal”, comentó.

Otra preocupación importante para el Cuerpo de Bomberos es el estado del parque vehicular. Muchas de las unidades con las que operan datan de hace varios años y ya presentan fallas mecánicas que dificultan su desempeño en emergencias.

“Son camiones que, en cualquier momento, pueden dejar de funcionar, y eso nos coloca en una situación de vulnerabilidad”, reconoció.

Esta limitación afecta especialmente la atención en zonas más remotas como Santa María del Río, Tierra Nueva y la carretera a Matehuala, particularmente en el tramo de Villa de Arista, donde los incidentes requieren equipos y personal capacitado para actuar con rapidez.

Benavente aseguró que cada vez que hay una vida en riesgo, ellos acuden sin importar la distancia ni las condiciones.

“Nuestra prioridad es salvar vidas, y eso no cambia aunque falte personal o el equipo no esté al cien por ciento”.

El simulacro también puso de manifiesto la necesidad de que la sociedad y las autoridades reconozcan las limitaciones de la institución y actúen para mejorar las condiciones laborales y operativas.

Más allá de los números, la realidad es que cada bombero enfrenta riesgos diarios y cualquier retraso en la actualización de su equipamiento o en la incorporación de nuevos elementos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en una emergencia real.