Desiree Madrid
Ciudad Valles enfrenta un escenario de creciente escasez de agua que ha obligado a las autoridades locales a replantear la forma en que la población accede al recurso.
Raúl Altamirano Zúñiga, subdirector de Administración y Finanzas de la Dirección de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Ciudad Valles (Dapas), reconoció que el municipio vive desde 2023 una situación crítica derivada de la falta de almacenamiento y de fuentes seguras de abastecimiento, lo que ha llevado a que se contemple como obligatorio que todas las viviendas cuenten con un aljibe o tinaco a más tardar en 2026.
El funcionario explicó que la Dapas abastece a la zona urbana —unas 55 mil tomas que equivalen a cerca de 180 mil habitantes— mientras que el municipio atiende las comunidades rurales.
“Mi única fuente de abastecimiento es el río Valles y desde septiembre del año 2023 a la fecha hemos estado batallando. No tenemos presas río arriba para guardar agua; sería genial que pudiéramos tener inversiones de Conagua para eso”, señaló.
Agregó que aunque la reciente temporada de lluvias permitió llenar el vaso de captación, el sistema carece de capacidad para almacenar agua por periodos prolongados, lo que deja a la ciudad vulnerable ante cualquier sequía.
Altamirano relató que la dependencia ha enfrentado complicaciones adicionales por factores externos, como las operaciones de la hidroeléctrica Camino Arriaga, que al cerrar compuertas “desvió el cauce del río viejo” y dejó sin agua a la ciudad en una ocasión.
“Esa vez nos quedamos con cero. Afortunadamente llovió y se vino una tromba ese día; si no, quién sabe qué hubiera pasado”, recordó.
La falta de infraestructura hidráulica en la cuenca y la dependencia directa del caudal natural del río han vuelto precario el suministro para la zona urbana.
Para intentar mitigar la crisis, la Dapas perfora actualmente dos nuevos pozos, aunque el avance es limitado. Según Altamirano, se espera que ambos aporten apenas el 10 por ciento del caudal que requiere la ciudad.
“Ocupamos 600 litros por segundo para abastecer a la población; quizá lleguemos a sacar 60, pero no es despreciable, por lo menos para algunas colonias”, dijo.
Aun con esos esfuerzos, el organismo considera indispensable modificar los hábitos de consumo y fomentar el almacenamiento doméstico de agua, ante un panorama de abasto cada vez más incierto.
El subdirector señaló que en Ciudad Valles no existe la costumbre de tener aljibes y apenas algunas viviendas cuentan con tinacos elevados.
“Allá no tenemos como en San Luis, que casi todas las casas tienen aljibe. Apenas estamos empezando a hacerlo; cada quien tiene su aljibe pequeño, de uno o dos metros cúbicos”, comentó. Por ello, la Dapas prevé impulsar un programa a partir del próximo año para financiar tinacos y sistemas de almacenamiento mediante el recibo de agua, como una medida transitoria antes de establecer la obligación formal para 2026.
El proyecto, advirtió Altamirano, enfrenta resistencias tanto por la falta de recursos como por la percepción negativa de la ciudadanía ante cualquier aumento en el cobro del servicio.
“Pagas el mínimo de 120 pesos por 10 metros cúbicos, y si se sube 20 pesos lo consideran un golpe fuerte. No comparan que gastan más en recargar el celular. Hay muchas cosas que la población desconoce, pero sin agua todo se complica”, expresó.
Aun así, la dependencia busca crear conciencia sobre la necesidad de invertir en almacenamiento para garantizar el suministro ante la creciente presión sobre el río Valles.
Esa conciencia empieza a surgir entre los propios habitantes. Anastacio González, originario de Ciudad Valles y con más de 50 años viviendo en la zona, reconoce que la crisis de 2023 marcó un antes y un después en la forma de entender el acceso al agua.
“Antes nadie pensaba en guardar agua porque el río siempre estaba lleno. Se creía que nunca iba a faltar. Pero la ciudad creció, las empresas también la usan y ya no alcanza. Cuando el río se secó por completo, entendimos que teníamos que cambiar: empezar a comprar tinacos, hacer cisternas, buscar cómo almacenar. Sin agua, la vida se detiene”, relató.





