Acusaciones de abuso sexual comienzan a hundir a Trump

 

Los Ángeles, Estados Unidos (15 de octubre de 2016).- Summer Zervos, exconcursante del programa de televisión “The Apprentice”, acusó de abusos sexuales a Donald Trump en The Washington Post.

En una conferencia de prensa organizada en Los Ángeles, Zervos, acompañada por su abogada, Gloria Allred, afirmó que en el año 2007 Trump la besó y la manoseó en el hotel Beverly Hills de California.

Zervos, concursante de la quinta temporada del programa presentado por Trump, manifestó que decidió dar un paso al frente después de que varias mujeres denunciaron supuestos abusos por parte del empresario, especialmente, tras la publicación de un video de 2005 donde se le escucha hacer comentarios sexuales sobre las mujeres con un lenguaje vulgar.

Zervos fue eliminada de la competición dentro del formato televisivo “The Apprentice”, pero asegura que continuó viéndose con el multimillonario ya que ejercía como mentor suyo y veía posibilidades de trabajar para él.

Trump la llamó y la invitó a cenar durante una visita a Los Ángeles. Ella aceptó y cuando se presentó en el hotel, el equipo de seguridad de Trump la acompañó hasta un bungalow y allí se produjo el supuesto incidente.

“Me agarró del hombro, empezó a besarme de nuevo agresivamente y colocó su mano en mi pecho”, dijo Zervos. “Yo me resistí y me fui a otra sala. Después reapareció, me agarró de la mano y me llevó a la habitación”, apuntó la mujer.

Allí, siempre según su relato, ella le pidió que se tumbaran a ver la televisión, y cuando trató de apartarlo de su lado, Trump “comenzó a tocar sus genitales”.

Una vez que llegó la cena se pusieron a hablar de negocios, ninguno de los planes que discutieron llegó a materializarse,  Zervos considera que Trump le negó oportunidades laborales por haber rechazado acostarse con él.

Gloria Allred manifestó que hay dos testigos que pueden corroborar la historia, aunque Zervos no tiene previsto presentar una demanda.

“No existe conspiración alguna. Solo tú y únicamente tú has sido quien te ha llevado a este precipicio”, indicó Allred, consciente de que la controversia ha coincidido con una caída notable de Trump en las encuestas frente a su rival demócrata, Hillary Clinton, a poco más de tres semanas de las elecciones del 8 de noviembre.

Otra mujer también denunció abusos sexuales de Trump en The Washington Post.

Se trata de  Kristin Anderson, que tiene ahora 46 años y trabaja como fotógrafa en California, aseguró que el incidente ocurrió en un club nocturno de Manhattan, en Nueva York.

Anderson explicó que, en la noche del suceso, se encontraba charlando con amistades en el abarrotado local, sin percatarse de la presencia de un hombre a su derecha en un sofá de terciopelo rojo.

La mujer, que vivió en Nueva York de 1991 a 2008, señaló que sólo se dio cuenta del individuo cuando sintió sus dedos deslizarse bajo su minifalda a través de su ropa interior.

Anderson le retiró entonces la mano, huyó del sofá y se giró para verle la cara al hombre, a quien identificó como Donald Trump.

“Su apariencia física era tan característica -explicó-, con el pelo y las cejas. Quiero decir, nadie tiene esas cejas”.

En aquella época, que la mujer sitúa a comienzos de los años noventa, aunque no precisa la fecha, la fotógrafa intentaba ganarse la vida como modelo en Nueva York, donde Trump era una celebridad y un asiduo a los clubes en la ciudad.

El episodio no duró más de treinta segundos y tanto Anderson como sus acompañantes sintieron “repugnancia” y pensaron: “Okay, Donald es repugnante. Todos sabemos que es repugnante. Sigamos adelante”.

“Es un caso de agresión sexual y es algo que me guardé para mí misma. siempre me callé. ¿Y por qué debería seguir callada? De hecho, todas las mujeres deberían denunciarlo. Y si te tocan de manera inapropiada, díselo a alguien y denúncialo”, remarcó Anderson, a quien se dirigió el diario tras conocer su historia.

La denunciante, divorciada dos veces, no recuerda la gente con la que estaba aquella noche, pero cree que se trata de compañeros de trabajo de un restaurante en el que estaba empleada.

El Post recoge una reseña del diario Newsday de 1992 que describe el club como “el nido de Donald los lunes por la noche”.

Entonces, el multimillonario se había divorciado hacía poco de su primera esposa, Ivanka, y todavía no había contraído matrimonio con la segunda, Marla Maples.

En un breve comunicado, la portavoz del magnate, Hope Hicks, replicó que “el señor Trump niega rotundamente esta alegación falsa por parte de alguien que busca publicidad gratis. Es completamente ridículo”.

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