María Ruiz
San Luis Potosí cerró el 2024 dentro del grupo de 27 entidades del país donde los estimulantes de tipo anfetamínico (ETA) fueron la principal droga que motivó la búsqueda de atención en los centros de tratamiento, de acuerdo con la Hoja de Datos 2025 sobre Demanda de Tratamiento por Consumo de Sustancias Psicoactivas elaborada por la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama) y presentada en junio de este año.
A nivel nacional, el 51 por ciento de las 172 mil 380 personas atendidas en la Red Nacional de Atención a las Adicciones declararon a los ETA como su droga de impacto, cifra que en San Luis Potosí coincide con la tendencia mayoritaria observada en estados del norte, centro y occidente del país, como Baja California, Jalisco, Guanajuato, Querétaro y Chihuahua.
El mismo informe muestra que solo cuatro entidades tuvieron otra sustancia como principal causa de tratamiento: alcohol, en Ciudad de México y Guerrero; cannabis, en Tamaulipas; y cocaína, en Campeche.
Esto coloca a San Luis Potosí en el bloque más amplio de consumo problemático de ETA, un patrón que, según la estadística histórica, creció de representar el 9.5 por ciento de las atenciones en 2013 a casi la mitad en 2023 (49.1%), y que en 2024 superó el 50 por ciento de los casos.
En promedio, las y los solicitantes de atención en el país tienen 30.8 años de edad; el 85.1 por ciento son hombres y el 14.9 por ciento mujeres. La edad de inicio del consumo de cualquier sustancia se ubica en los 15.2 años, y en drogas ilícitas, en 16.4 años. El alcohol fue la droga de inicio más común (37.8%), seguida del tabaco (31.4%) y el cannabis (16.6%).
Si se observa por género, el reporte nacional indica que las mujeres atendidas en 2024 mostraron mayor proporción de consumo problemático de alcohol (22.6% frente a 20.1% en hombres), cannabis (13.6% contra 12.4%), tabaco (11.4% contra 3.2%) y tranquilizantes (1.6% contra 0.6%). En contraste, los hombres superaron a las mujeres en consumo de ETA (52.5% frente a 42.9%), cocaína (7.5% contra 4.4%) y opioides (1.6% contra 1.0%).
La clasificación de San Luis Potosí lo coloca al nivel de las entidades con mayor prevalencia de consumo de ETA, donde el fenómeno es considerado un problema de salud pública prioritario por su alto potencial adictivo y sus efectos físicos, neurológicos y sociales.
En contraste, estados como Ciudad de México y Guerrero, donde el alcohol es la principal causa de tratamiento, presentan un perfil distinto, más ligado a patrones de consumo tradicional y no al auge de drogas sintéticas.
En cuanto a drogas emergentes como el fentanilo, San Luis Potosí no figura entre las entidades con incidencia relevante. El problema se concentra en Baja California y Sonora, donde en 2024 ocupó el cuarto lugar como droga de impacto.
La Secretaría de Salud federal destacó que esta información permite afinar las políticas públicas en materia de prevención y tratamiento, dirigiendo recursos a las drogas predominantes en cada región y reforzando la atención temprana para evitar la escalada de consumo entre adolescentes.