Augusto Comte

El intelecto es un sirviente del corazón y nunca esclavo de las pasiones. 1798-1857

Frater Ignatius

Augusto tenía un nombre largo y muchos problemas mentales. Una persona rebelde que canalizó gran parte de sus pulsiones destructivas en una brillantez académica y una capacidad intelectual fuera de serie.

Como académico jamás tomó cátedra alguna y sin embargo se hizo héroe del positivismo y su enorme influencia en el siglo XX. Se puede considerar al mismo tiempo como el primer filósofo de la ciencia sobre cuya misión es ser el árbitro final de la verdad. Comte también fundó la sociología y el primero en aplicar el método de la ciencia al estudio de los pueblos y de la sociedad en su conjunto.

Su obra más importante en donde se exponen las ideas de la ciencia aplicada a su creación, se titula Curso de filosofía positiva, que luego sería descalificada por intentar un lugar para el sentimiento religioso en un mundo secular.

Comte propone que toda consideración religiosa debe suprimirse para dar paso a un ordenamiento riguroso del pensamiento aplicado a observaciones verificables que por si solas sean una especie de solución para todo problema que plantee el conocimiento humano. Tal orden comienza con la matemática y luego va dando paso a las demás ciencias positivas como la astronomía, la física, la química y la biología.

El filósofo francés abre el horizonte a la nueva sociología e introduce dos conceptos tomados de la ciencia dura: Estática y Dinámica. Los mete algo forzados al estudio del comportamiento del hombre en sociedad, a la cultura, la educación, la economía y otros campos. Argumenta que la ciencia es el logro más importante del ser humano y que todo debe girar alrededor de los alcances y posibles límites del pensamiento científicos.

En el fondo, Comte profesaba una nueva religión de la humanidad, en la cual reconocía el importante papel de las creencias religiosas e ideológicas.

Con estas ideas un tanto deshilvanadas e incluso absurdas, Comte despliega su pensamiento que de intentar abarcarlo todo, contiene poco. Su ley de los tres estados, pretende encontrar un equilibrio después de una dialéctica.

Al igual que John Stuart Mill, fue un superdotado que intentó unir varias disciplinas en las que era diestro: Matemáticas, medicina, economía, ciencia, etc.

Comte murió de cáncer de esófago a la edad de 59 años y fue hasta el final de su vida un hombre no teísta aunque entendía el valor de las creencias religiosas y la importancia de la ética.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Administración y Maestro con especialidad en Educación por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. Amante de la cultura, la filosofía, la literatura, el cine y las matemáticas. Gusta de leer y escribir sobre historia, psicología y filosofía.

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