Por Antonio González Vázquez
Al contar con la negligencia cómplice de la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública (CEGAIP), el presidente municipal capitalino, Ricardo Gallardo Juárez, le ha ocultado a los potosinos el destino del 75 por ciento del presupuesto ejercido al llegar a la mitad del trienio.
Pero no se sabe si es negligencia o de plano ya plena complicidad la del presunto órgano garante que, pese a ese enorme vacío de información, cada que puede califica con la mayor calificación al ayuntamiento por la difusión de información pública de oficio.
La CEGAIP, bien mirado, es cómplice de una autoridad que está violentando la Ley de Transparencia, ya que siendo la legalmente autorizada para llamar la atención, e incluso sancionar al gobierno municipal, hace como si no pasara nada
La omisión es también corrupción y los comisionados Lafuente, Camacho y Ávalos están ya bajo serias dudas acerca de su comportamiento con buena parte de los entes obligados, pero de manera especial por su tendencia proteccionista al gobierno municipal.
Si el alcalde le oculta a los capitalinos tres de cada cuatro pesos que gasta es porque existe un desprecio absoluto por la legalidad y las normas en materia de transparencia, pero más grave aún, Gallardo puede ocultar lo que quiera porque la Comisión no dirá absolutamente nada.
La información que presenta hoy este Diario Digital es muy grave y a la vez preocupante, dado que la ciudadanía está indefensa ante los excesos de un alcalde y ante las omisiones de una institución como la CEGAIP.
De nada sirve generar nuevas leyes, de perfeccionarlas, de generar más obligaciones, si al final el órgano garante es un ente invisible, una nulidad. De nada sirve contar con un nuevo marco legal, si los servidores públicos terminan haciendo lo que les viene en gana.
En cada informe trimestral a la vista del público, el ayuntamiento de Gallardo ha venido reportando lo que quiere y como quiere, pero nunca la verdad, cientos de cheques con sus montos y beneficiarios se esconden todos los días para que la ciudadanía no sepa en qué se gasta el dinero público, el dinero de los ciudadanos que trabajan y pagan sus impuestos.
El edil debería entender que el erario es de todos y no de él y que, por tanto, debe reportar con apego a la ley y a la verdad en qué se gasta el erario, pero a su vez, la CEGAIP y los tres comisionados deberían recordar que su obligación es hacer respetar la ley de transparencia.
Para eso se les paga y no poca cosa, más de 70 mil pesos al mes para cada uno de ellos, miles de pesos que sobradamente se nota no desquitan.
