Centinela: El TUCOM legislativo con aroma electoral

Antonio González Vázquez

Es vomitivo, pero puede ser muy efectivo: Todos Unidos Contra Morena (TUCOM).

Cuando los diputados del PRI, PAN, PRD y MC unieron curules en el Congreso del Estado para hacerse de la Mesa Directiva, dieron una muestra de lo que se avecina para las elecciones del 2021: Todos Unidos Contra Morena.

Hace una semana, los diputados formaron un bloque  para borrar un acuerdo tomado al inicio de la legislatura en el sentido de que la presidencia de la Mesa Directiva le correspondería primero al PAN, luego al PRI y después a MORENA.

Al TUCOM legislativo le importó un bledo ese acuerdo y como quien deshonra su palabra, hicieron lo que mejor saben: recular sin desdoro alguno así esté en juego su precaria credibilidad.

A ese acto de notoria deshonestidad política, los de Morena lo calificaron como “agandalle”, pero no les quedó más remedio que rumiar la derrota. Hay momentos en que la política es muy sucia y tiende a favorecer precisamente a quienes juegan sucio.

El mensaje ya se ha enviado: en las elecciones del año entrante van por el agandalle electoral. Y vaya que saben cómo hacerlo.

Lo sucedido el pasado lunes no es nuevo, de hecho, desde el año pasado, en el Senado de la República, los legisladores del PAN-PRI-PRD ya se habían unido en un bloque para oponerse a Morena.

Lo mismo se empezó a replicar en legislaturas locales donde los diputados de Juntos Haremos Historia hacen mayoría.

Alianzas de esa índole no son para sumar fuerza y votos, es para sumar trampas a favor de un objetivo.

Con la imposición de la dirigencia nacional del PAN, en las entidades federativas se empiezan a delinear acercamientos con el PRI, PRD y MC para crear un TUCOM que, de entrada, vaya por las 15 gubernaturas que estarán en juego.

Para ese bloque que poco a poco toma forma, lo de menos es qué candidatos y qué partidos ganen diputaciones, alcaldías y gubernaturas, lo que importa es que no gane Morena.

Marko Córtes, presidente del PAN, es el más entusiasta respecto de esa idea de unir a la oposición más allá de doctrinas, ideologías e historia propias de cada instituto político; las diferencias sólo están en los idearios, pero en los hechos son iguales, no hay diferencia de ahí que se les reconozca también como el PRIAN ahora en versión extendida al PRIANRDMC.

El líder nacional del PAN ha sido quien toma la batuta luego de que, ante la falta de liderazgos reales en la oposición, tuvieron que salir al quite los “intelectuales orgánicos” que en sexenios anteriores vivían de glorificar al presidente en turno.

A saber, Héctor Aguilar Camín y Enrique Krauze son los padres del TUCOM al haber alzado la bandera de la unidad a toda costa para detener (incluso derrocar) a Andrés Manuel López Obrador.

En a idea de ese frente opositor que en diversos textos, artículos periodísticos, desplegados y conferencias, esos intelectuales han sembrado y encontrado tierra fértil en las dirigencias partidistas, donde tienen claro que, de ir solos a la contienda, lo que les depara es la derrota.

Zacatecas, Sonora, Sinaloa, Oaxaca, Nuevo León ya van adelantados y sus dirigentes y cuadros de los distintos partidos políticos se reúnen sin importar el motivo, ya sea una fiesta de cumpleaños o por simples encuentros “casuales”.

San Luis Potosí no tarda en replicar eso, aunque bien visto, ya hay testimonios concretos como esa funesta historia del agandalle legislativo, a lo que suman algunas declaraciones de dirigentes de partido acerca de la manida frase de que “estamos abiertos a las alianzas”.

Es posible que se piense que es descabellada la idea de un TUCOM en San Luis Potosí, sobre todo porque al remitirnos a la historia local encontramos momentos de choques violentos entre el PAN y el PRI, pero igual se consideraba una locura que el PAN acordara con el gallardismo, como sucedió en el 2018 cuando hicieron alianza en las elecciones federales.

El grupo de Gallardo era el PRD en ese entonces y apoyaron la elección presidencial con Ricardo Anaya y en la fórmula al Senado, iban un panista y una gallardista. Eso habría sido ignominioso para ambas partes, pero era redituable.

Visto así, todo es posible. El objetivo es que, sea como sea, Morena no deberá ganar mayoría en la Cámara de Diputados y, de paso, derrotarles en la mayoría cargos locales.

Las encuestas que se han venido publicando demuestran que si hoy fueran las elecciones, Morena ganaría la mayoría de los distritos federales electorales y al menos 10 de 15 gubernaturas.

En San Luis Potosí, el margen de diferencia es cerrado a favor de Morena y el único opositor parece ser el alcalde de la capital, Xavier Nava Palacios, quien, de integrarse el TUCOM, hasta podría ganar con cierta holgura.

No en balde desde hace tiempo la figura de Nava se ha vendido con una abierta propaganda en la que se le presenta prácticamente como una perla de enorme valor a quien todos los partidos querrían tener como candidato.

Esa es la idea que se busca imponer, que no hay nadie mejor que él, lo cual no sólo no le incomoda sino que también alimenta a la luz de las decenas de millones y millones de pesos que desde el Ayuntamiento dilapida en publicidad a su persona.

Todo es posible, baste recordar una imagen del día dos de diciembre de 2012 cuando Enrique Peña Nieto, beneficiario de un presunto fraude electoral, aparece con el presidente del PAN,  Gustavo Madero, del PRD, Jesús Zambrano y del PRI, Cristina Díaz firmando el Pacto por México.

En San Luis Potosí, el apellido Nava es de amarga memoria para el PRI, el doctor Salvador Nava les tumbó a un gobernador y los colocó siempre en lo más profundo del pozo de la corrupción y la antidemocracia.

Ahora, puede ser que el candidato del PRI a la gubernatura por medio del TUCOM sea un Nava. Suena a descabellado, pero Marko Cortés puede pensar que es genial. 

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