Centinela: La muerte de dos niñas: Negligencia criminal

Antonio González Vázquez

Gisele Sarahí y Camila Roxana, eran dos niñas de cuatro y tres años respectivamente. Murieron por la negligencia de servidores públicos.

Durante el último mes, en un lapso de tres semanas, dos casos mortales de esa negligencia que, como herida infecta, supura en organismos e instituciones de gobierno.

El día 25 de julio, Gisela Sarahí falleció al caer a la red del drenaje por una alcantarilla abierta en la capital del estado.

Alrededor de la medianoche del 16 de agosto, Camila Roxana fue ingresada al Hospital Básico Comunitario del municipio de Salinas de Hidalgo y cuatro horas después, a la madre le reportaron el deceso y le entregaron certificado de defunción.

El 17 de agosto, en pleno velorio, la abuela de la niña se percató que el cristal del ataúd estaba empañado; la niña se movía, estaba viva.

Una enfermera confirmó que presentaba signos vitales y la llevaron de nuevo al Hospital, pero falleció en el trayecto de la comunidad La Herradura, distante 40 kilómetros del municipio de Salinas. En el Hospital, a la madre doliente le entregaron un segundo certificado de defunción.

Dos casos distintos, pero con un elemento unificador: la negligencia.

Tragedias diferentes con otro denominador común: víctimas de familias pobres.

Ya pasó más de un mes del fatídico accidente que segó la vida de Gisela Sarahí sin que nadie haya sido sancionado por su negligencia.

El INTERAPAS, es el organismo responsable de la infraestructura pública de las redes de agua potable y drenaje. No debería haber una sola alcantarilla destapada, pero las había antes del accidente mortal y las hay después del suceso.

Luego del trágico hecho, el Fiscal General del Estado, José Luis Ruiz Contreras, declaró que, de acuerdo con los primeros resultados periciales, había responsabilidad por negligencia por parte del INTERAPAS y del ayuntamiento de San Luis Potosí.

“Según Servicios Periciales, es una responsabilidad del organismo operador cubrir ese tipo de necesidades donde las alcantarillas están abiertas”, indicó.

Sin embargo, pese a ese indicio por demás claro, con el correr de los días no hubo ninguna actuación ministerial tendiente a dar con los probables responsables de que la alcantarilla por donde cayó la niña, estuviese abierta.

El caso parece haber caído en el olvido.

Lo mismo, del doble fallecimiento de Camila Roxana, la Fiscalía apuntó hacia la negligencia de personal del Hospital Básico. La investigación está en curso, aunque lo mismo se decía en su momento con Gisela Sarahí.

Un organismo intermunicipal y el sector salud estatal involucrados en la muerte de dos niñas por la negligencia mostrada en el ejercicio de sus funciones.

Esos entes públicos, son responsables del luto y profundo dolor de dos familias por sus pérdidas irreparables.

Dos familias pobres: una del ejido la Libertad en la periferia de la capital y otra, en La Herradura, una comunidad con alto grado de marginación del municipio de Villa de Ramos.

El padre de la niña recibió la noticia de la tragedia mediante una llamada telefónica, pues trabaja en los Estados Unidos.

Se habla y mucho, quizá en demasía, de que en San Luis Potosí “el cambio ya se nota” y de que la capital es una ciudad donde el cambio, el progreso, la solución a los problemas y los sueños son “PoSíbles”.

Ni lo uno ni lo otro son algo cierto.

En la capital, el alcalde y presidente de la Junta de Gobierno del INTERAPAS, Enrique Francisco Galindo Ceballos, se limitó a lamentar el accidente y ordenó que los gastos del funeral de la menor corriesen a cargo del ayuntamiento. Luego, puso en operación el programa “Fuga Cero” que incluye cubrir las tapaderas abiertas del drenaje.

De esas acciones, solo se sabe de la atención a casos de fugas de agua, pero no se ha mencionado nada de cuántas de las 40 mil alcantarillas que estaban destapadas, ahora están debidamente protegidas con rejas o losas.

Galindo Ceballos seguramente ya se olvidó del accidente.

El secretario de Salud, Daniel Acosta Díaz de León, por decirlo así, se curó en salud al subrayar que las carencias de personal, equipo y medicamentos en hospitales comunitarios es un problema de muchos años.

Nadie en el gobierno voltea a ver las condiciones de clínicas y pequeños hospitales en los municipios sino hasta que ocurren las desgracias.

Cuando José Ricardo Gallardo Cardona era candidato a la gubernatura, prometió construir cinco hospitales de especialidades “iguales o mejores que el Hospital Central” y remachaba: “los potosinos van a tener salud garantizada”.

No puede haber cambio posible cuando por la ancestral ineficiencia de los distintos órdenes de gobierno, mueren personas.

La negligencia tiene que ver con el descuido y desidia en las tareas y responsabilidades que competen a servidores públicos.

Es negligencia el abandono de obligaciones y la desatención en favor de la población a la que se debería atender con profesionalismo, ética, solidaridad y compromiso.

Tolerar que una alcantarilla del drenaje esté destapada con el alto riesgo que representa es negligencia, lo mismo que diagnosticar y atender erróneamente una enfermedad que puede ser mortal.

La muerte de las dos niñas deja la amarga lección de que contamos con instituciones y servidores públicos que no cumplen fehacientemente con su misión de atender, proteger y servir a la población.

Se podrá presumir que contamos con buenos gobiernos, con servidores públicos altamente competentes y comprometidos; que hay proyectos y estrategia, que se trabaja sin descanso para superar los problemas.

Se podrá decir que son diferentes a otros, que ahora sí se hacen bien las cosas, que el cambio está a la vista de todas y todos, que juntos podemos y una sarta más de frases tan melosas como falsas.

Lo cierto, es que la muerte de esas dos niñas, muestra lo contrario; la omisión y negligencia son una atroz realidad.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha sido docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación durante 25 años. Además, durante 30 años se ha desempeñado como periodista en medios como El Heraldo, El Mañana de Ciudad Valles, Pulso, Milenio San Luis, Diario Digital San Luis, Librevía, La Jornada, Global Media y actualmente en Astrolabio Diario Digital y Periodismo Político.com. También ha sido corresponsal de medios nacionales como Agencia de noticias NOTIMEX, La Jornada y Milenio.

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