Por Eduardo Delgado
Acumulados 11 feminicidios en lo que va del año y los 28 días que Mary Chuy cumple este martes encadenada en demanda de justicia, en San Luis Potosí las mujeres “estamos encadenadas a la impunidad”, condenó Miriam Micalco Méndez, integrante del Colectivo Río de Mujeres, en el acto simbólico en que feministas se inmovilizaron junto a María de Jesús Almendárez.
La tarde de este lunes, en el despacho del Oficial Mayor de Gobierno del Estado, Elías Jesrael Pesina Rodríguez, Miriam Micalco criticó el plan anunciado por las autoridades estatales para erradicar la violencia contra las mujeres. “Está mal planteado y es incompleto”, juzgó.
Criticó que después de cuatro años, María de Jesús, víctima de abuso y acoso sexual, “no tiene justicia; por eso nos encadenamos…, como símbolo de que estamos encadenadas a una dinámica social, particularmente de las instituciones, que trata a las mujeres acosadas y violentadas como si fueran las infractoras”.
En cambio el agresor de Mary Chuy, Juan Martín Gatica Izaguirre, permanece sin castigo, lo que le abona a la impunidad y la “que en muchos casos deriva en feminicidios”, advirtió.
Expuso que en menos de medio año suman en San Luis Potosí “11 feminicidios reconocidos”, pero hay muchos otros sin reconocer “y no queremos que llegue a ese extremo la situación de Mary Chuy”.
“La impunidad que impera en el Estado nos encadena a todas, a vivir en riesgo cada vez que nos desplazamos a nuestros trabajos”, leyó el mensaje en representación de sus compañeras, que se sentaron junto a Mary Chuy en el pasillo de acceso al despacho del Oficial Mayor.
La impunidad, sostuvo, normaliza las agresiones sexuales y las víctimas “no se sienten invitadas a denunciar”.
En esa tesitura condenó que el plan anunciado por Gobierno del Estado “no parte de la búsqueda del combate de la impunidad”, subrayó.
En especial en el caso de mujeres que, como Mary Chuy, han sido agredidas sexualmente en dependencias estatales. “Sin un apartado que combata la impunidad, el plan de prevención se queda en palabras huecas”, añadió.
Por ello pidió revisarlo y replantearlo, con la resolución de los casos pendientes por resolver.
Explicó la razón de la mascada con la que cubrieron su rostro durante el acto: “Simboliza la realidad cotidiana que hay en este país; las mujeres que sufren acoso y feminicidio son invisibilizadas”.
“Nuestro rostro se cubre para que nos vean ahora y no somos cinco, diez ni 20, somos miles de mujeres sin acceso a un derecho fundamental: a la vida libre de violencia”.
Demando garantías para que las victimas denuncien, pues “¿cómo pretende un plan abrir espacios en los municipios para que se declaren las violencias contra las mujeres, si bien sabemos las mujeres el trato que se da al denunciar?”.
“Nuestros cuerpos se han convertido en símbolos esta tarde. Seguiremos buscando nuevos símbolos para vestirnos juntas de justicia. Hasta que la dignidad se haga costumbre”, enfatizó.
Exhortó a la sociedad potosina a ver el caso Mary Chuy, porque una resolución justa en su caso “significará un paso muy grande para dejar de lado la impunidad”.
Confió en que ocurra “algo” en las mentes de quienes habitan en la ciudad, porque que el trato indigno a una mujer acosada y abusada “es algo que no puede permitir la ciudadanía”, advirtió.
Finalmente exigió al gobernador Juan Manuel Carreras López y al presidente Enrique Peña Nieto, justicia para María de Jesús, porque ello significaría “avanzar en el caso de muchas mujeres”.
