Estela Ambriz Delgado
Luego de décadas de lucha, la comunidad tének de Tampate, en el municipio de Aquismón, logró crecer y ganar terreno frente al grupo de ejidatarios con el que históricamente se han disputado su representatividad, por lo que obtuvo la aprobación de la asamblea general para integrar el comité de administración y vigilancia para la administración de los recursos del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS).
En la asamblea realizada el pasado sábado 7 de junio, la comunidad de Tampate eligió a su comité de administración y vigilancia para los recursos que recibirán directo del presupuesto federal, integrado en su totalidad por comuneros, en presencia del delegado de la Secretaría del Bienestar, Guillermo Morales, y el controvertido representante del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) en el estado, Mario Godoy Ramos.
El colectivo Guardianes de la Sierra de San Miguelito explicó la relevancia de que haya presencia comunal en estos comités, pues Tampate ha tenido una larga trayectoria de lucha social desde hace décadas al enfrentar un conflicto sobre la identidad del núcleo agrario, dado que en los años 70 el Gobierno Federal realizó una depuración censal y derivado de ello se conformó un núcleo de personas que se asumen como ejidatarios.
Lo anterior a pesar de que la resolución presidencial de Tampate es de comunidad, la cual es muy antigua, pues proviene de la Ley Agraria de 1916, en la que se estableció la restitución de bienes comunales.
Guardianes de la Sierra explicó también que en la década de los 90 hubo un conflicto, pues los que se asumían como ejidatarios se reunían sólo en un grupo selecto y elegían a los integrantes órgano de representación, para posteriormente llegar a la asamblea general para sólo rectificarlos.
A pesar de que en el año de 1993 los comuneros propusieron una planilla encabezada por Joel Hernández y ganaron, hubo un juicio agrario donde se ordenó llevar a cabo una especie de “nuevo padrón”. Se hizo una nueva elección en la que “el viejo priismo” intervino con recursos económicos para que los supuestos ejidatarios ganaran pese a que eran más los comuneros.
Desde entonces a la fecha, ambos grupos se han disputado la representación de Tampate. Con los años, la organización social de los comuneros ha crecido y fortaleciendo; actualmente ya tienen el reconocimiento del INPI y del INDEPI como comunidad, y tienen una fuerza organizada grande, lo que quedó demostrado en esta elección de comités.