Estela Ambriz Delgado
Los resultados de la inspección y registro de los daños que las empresas CEMAT Construction e Inkazteca Drilling causaron en el ejido Corcovada, realizados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), son una prueba más de que se pretende desarrollar mucho más que una cementera, en realidad es un macro proyecto logístico, industrial, minero, y carretero, de acuerdo a lo analizado por el colectivo Guardianes de la Sierra de San Miguelito.
El pasado martes, en entrevista con el periodista Julio Hernández, los activistas Carlos Covarrubias Rendón y Enrique Rivera Sierra, quienes encabezaron la lucha por Cerro de San Pedro desde el Frente Amplio Opositor (FAO), manifestaron que a pesar de la intervención del gobierno federal y sus instancias en materia agraria y ambiental, para frenar el despojo de las tierras ejidales e investigar los daños causados, el movimiento de defensa no puede bajar la guardia, puesto que es apenas la punta del iceberg.
Rivera Sierra indicó que dadas las declaraciones que ha hecho el gobernador Ricardo Gallardo Cardona en las que denosta a quienes defendieron Cerro de San Pedro y los culpa de permitir que MSX se consolidara, lo más prudente es no bajar la guardia ante este gobierno “supuestamente ecologista”.
Asimismo, dijo que aunque el mandatario se refiere a la devastación de Cerro de San Pedro como parte de lo que llama “herencia maldita”, es necesario recordar que actualmente él funge como su albacea, pues lleva a cabo acciones tal cual lo hizo en su momento el ex gobernador Marcelo de los Santos Fraga, quien prácticamente se hizo socio del proyecto de MSX.
Carlos Covarrubias señaló que tras el análisis realizado por Guardianes de la Sierra a la solicitud de Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) del proyecto, se observó que era un trabajo hecho de manera delibera con errores, como una especie de distractor para encubrir algo mucho más grande, lo que coincide con los hallazgos en campo que se hicieron junto con el personal de la Profepa, durante el proceso de inspección y clausura de obras del 20 de mayo.
“Son kilómetros de zanjas, caminos, decenas de perforaciones, algunas que tienen que ver con pruebas de agua, cuestiones de carácter minero, y que obviamente no es simplemente una línea, sino que esa poligonal envuelve diferentes superficies en el lado contrario de donde se hicieron esas zanjas, es decir, del lado del pueblo encontramos también múltiples perforaciones y estudios”.
El activista precisó que con todo lo encontrado, que asciende aproximadamente a cuatro kilómetros de camino lleno de barrenaciones, se puede demostrar y acreditar que había una proyección muy amplia; que no es una cementera que pudiera estar en una superficie de 90 hectáreas, pues se hablaba de una superficie que rebasa más de 500 hectáreas, abarca el poblado de Ventura y llega hasta otras comunidades del municipio de Soledad de Graciano Sánchez.
En este sentido, consideró se trata de un macro proyecto industrial, logístico, y minero, que se conecta con la carretera Entronque 75D Matehuala, en la que para su construcción se presenta el mismo patrón de exploración, barrenación y otras obras sin alguna autorización de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
“Un macro proyecto que es industrial, logístico, minero y carretero; todo esto está conectado con la carretera estatal Entronque 75D, con un proceso muy parecido al que se está llevando a cabo en Corcovada, perforaciones sin permiso, sin estudios de carácter ambiental (…). ¿Por dónde van a transportar lo que saquen de Corcovada? Por la carretera nueva que va a hacer el Gobierno (…). Corcovada es la punta del iceberg de un macro proyecto de intereses muy nefastos del Grupo Salinas, Gobierno del Estado, y aunque pueda sonar muy exagerado, vinculado con los aliados que tiene Salinas Pliego con el imperio”.