Educación potosina, entre la pantalla y el COVID-19: entrevistas

Abelardo Medellín

El día de ayer el secretario de Educación Federal, Estaban Moctezuma Barragán, anunció en la rueda de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, que el ciclo escolar 2020-2021 iniciaría a partir del 24 de agosto y, por motivos de la contingencia sanitaria por COVID-19, la impartición de tema continuaría con el modelo a distancia a través de plataformas digitales, televisivas, radiofónicas e incluso improvisadas.

A pesar de que el modelo a distancia continuará, los profesores en San Luis Potosí de los múltiples niveles educativos tienen opiniones educativas sobre este formato, que van de llamarlo “sorpresivo” en telesecundaria, a “complicado” en preescolar; por ello, platicamos con algunos docentes del estado para conocer su opinión sobre la educación a distancia que pareciera que “llegó para quedarse”, en palabras del mismo secretario de Educación en la entidad, Joel Ramírez Díaz.

EL COMPLEJO CASO DE LAS
COMUNIDADES: PREESCOLAR

A pesar de que la Secretaría de Educación de Gobierno del Estado (SEGE) asegura que la cobertura de los programas a distancia logró beneficiar hasta el 85 por ciento del alumnado en las primeras semanas de aplicación, las comunidades alejadas son las que tuvieron menor impacto con las plataformas clave y tuvieron que ingeniárselas.

“Lo que no pudimos aplicar era lo que sugerían de las plataformas, donde a cada niño le llegaba su cuenta, su contraseña, nosotros tuvimos que trabajarlo diferente, utilizamos WhatsApp para crear grupos con los padres de familia y mandábamos actividades todos los días y solicitando evidencias diarias”, dijo Jessica Guadalupe Hernández Elvira, educadora en el jardín de niños Luis Pasteur, en la comunidad de Núñez, del municipio de Guadalcázar.

Según Hernández Elvira, la mayoría de los alumnos pudo trabajar con actividades enviadas a través de WhatsApp y con programas televisivos, sin embargo comentó que hubo el caso de, al menos, un par de niños que no tenían acceso ni siquiera a la televisión: “mi compañera del otro grupo tuvo que hacer cuadernillos para ir y entregarlos a esos alumnos para que no se quedaran sin trabajo”, narró.

Asimismo, señaló que, a pesar de todas las limitantes materiales, el jardín de niños de la comunidad donde ella trabaja logró que un 95 por ciento de los alumnos consiguiera material para estudiar los temas.

La educadora aseguró que ni ella ni sus compañeros tuvieron mayor problema en adaptarse a las plataformas y sistemas de capacitación para los modelos de educación a distancia, ya que, a su consideración, las nuevas plantas docentes suelen estar familiarizadas con herramientas digitales sin importar donde se labore; pese a ello, reconoció que “lo complicado fue hacerles llegar los materiales a los alumnos, ahí estuvieron las complicaciones”.

A pesar de que los docentes no tuvieron inconveniente para adaptarse a un esquema de trabajo digital, Jessica Guadalupe Hernández aseguró que un niño de preescolar que esté a un año de pasar a primero de primaria, no tendría los conocimientos necesarios para subir de grado si sólo tuvo clases a distancia, ya que “el alumno necesita contacto con sus compañeros, con el maestro; por ejemplo, el que sólo los papás reciban indicaciones de cómo hacer actividades, pues no es completo, porque se necesita esa parte de juego y socialización, sobre todo en la edad de preescolar”.

Hernández Elvira aseveró que los materiales que dispuso la Secretaría de Educación Pública (SEP) para los modelos a distancia son adecuados para algunos, pero inconvenientes para ciertos contextos.

Ante la posibilidad de tener un año escolar completo a distancia, la educadora advirtió que esto no alcanzaría para cubrir las necesidades de conocimientos clave de los alumnos: “podríamos trabajar en lo que logramos en los ciclos anteriores, pero no alcanzaríamos más”, añadió.

Sobre un posible regreso a clases presenciales si se decretara el semáforo verde epidemiológico para la entidad, consideró que, “por cuestiones de salud, no sería ideal regresar a clases aún, porque hablamos de factores de responsabilidad de padres de familia […] nada nos garantiza que realmente nos vaya a llegar un niño con síntomas y que no sea percibido o que nos contagien a nosotros como maestros foráneos, sería muy complicado regresar ahora […] además son muchas las exigencias del Gobierno Federal, tan solo por los filtros, necesitaríamos el apoyo incluso de la Secretaría de Salud para un filtro”.

EL BALDE DE AGUA A DISTANCIA: PRIMARIA

Mientras el preescolar de las comunidades pareciera esperar que mejoren las condiciones de la educación a distancia, el nivel primaria pareciera tener una historia similar en algunas cosas, pero diferente en lo esencial; esto nos contó Abelardo Medellín Rangel, director de la primaria más grande en el Altiplano, la Ignacio Manuel Altamirano, quien en entrevista comentó que los primeros días de aplicación de modelos a distancia “nos cayó como balde de agua, era desligarnos de la escuela y dedicarnos a una actividad desconocida”.

De acuerdo con el director del plantel, los profesores fueron quienes definieron cómo sería la forma de trabajo con los alumnos y quienes eligieron la plataforma que utilizarían, ya fuera ClassRoom, WhatsApp, cuadernillos u otros medios: “ya cuando inicia el proceso de ‘no regreso’, teníamos para entonces una buena comunicación con los padres de familia, para el cierre y monitoreo de trabajo a distancia, surgieron algunos detalles”.

Medellín Rangel explicó que no todos tenían el material tecnológico para acceder a los materiales, sin embargo el número de alumnos que quedaron incomunicados fue mínimo, ya que “se pudo tener una cobertura del 95 por ciento en la entrega de materiales educativos y recepción de las actividades”.

De la misma manera, expuso que, de los 24 grupos que dirige, sólo cuatro o cinco adoptaron la plataforma de ClassRoom como su método de educación a distancia y el resto prefirieron adaptar un cuadernillo de trabajo.

Otra de las decisiones que se tomaron al interior de la escuela Ignacio Manuel Altamirano, en Matehuala, fue considerar las actividades hechas en casa por los alumnos como parte de su calificación, medida que, de hecho, no era la que solicitaba la autoridad federal: “lo que decían las autoridades era que lo dejáramos para una evaluación diagnóstica de inicio de ciclo, pero a nivel consejo escolar decidimos tomarlas en cuenta […] incluso hubo quien se sorprendió en algunos casos donde niños que tenían dificultades en la escuela mostraron un avance en sus actividades”.

Más allá de las actividades, dificultades y posibles consecuencias del modelo a distancia, Abelardo Medellín Rangel refirió que le pareció más interesante el cómo apareció en el contexto escolar un nuevo “personaje” dentro de la dinámica de trabajo:

“yo le llamo el ‘gestor educativo’, ¿quién es?, pues es la madre de familia que se hacía cargo de ser el puente entre docentes y padres de familia, es un integrante esencial de esta nueva dinámica, porque es quien consigue el material, lo pasa y sobre todo influye mucho en el trabajo de aprender en casa que la secretaría no consideró, pero vale la pena decir que presentó grandes beneficios a los alumnos que estuvieron en los grupos”.

Sobre la posibilidad de tener todo un año escolar con clases a distancia, el director de la Ignacio Manuel Altamirano dijo que “una de las ventajas del docente es que el promedio de los que integran a la escuela que dirijo es de 33 o 32 años de servicio, nos sabemos adaptar, nos hemos adaptado a diversas crisis […] el maestro hace gala de su creatividad, y esto es primordial para entender cómo logramos sacar adelante el trabajo a distancia, estamos dispuestos a participar en ese tipo de educación”.

Sin embargo, puntualizó que el verdadero reto residiría en cómo hacer que se adapten los alumnos de nuevo ingreso que llegan de preescolar a un grado completamente nuevo en primaria: “ahí sí vamos a ver cómo son recibidos, pero ya estamos planificando sus situaciones a distancia”.

Al respecto del regreso a clases presenciales, reconoció que la educación primaria se enfrentará a un gran reto tanto en lo estructural como en lo organizativo: “un ejemplo tan simple, el lavado de manos, ahora necesitamos un lavabo para cada aula, que para mi institución son 24 lavabos, adaptarlos a la de ya para solventar la simple necesidad de lavado de mano, implica una inversión que se debe de hacer y se requiere para el alumno, además de cinco litros de gel antibacterial semanal, por aula”.

De acuerdo con Medellín Rangel, los gastos que surgirán para poder adaptar a las escuelas a los filtros sanitarios y medidas preventivas, dependerán del apoyo de los padres de familia, puesto que “a nivel secretaría no tenemos ningún apoyo […] ellos manejan que recibimos un apoyo llamado ‘La Escuela al Centro’, lamentablemente tienen el error de comenzar a entregar por escuelas de muy alta marginación y difícil acceso, entonces escuelas que atienden a 15 alumnos, reciben 200 mil pesos y esto no soluciona las necesidades ni de esas escuelas ni de la mía; necesitamos otro programa, pero estamos fuera de los rangos de la política educativa”.

DE LAS CARENCIAS Y QUIÉN LO PAGARÁ: TELESECUNDARIA

Para la educación secundaria, la aplicación de estos modelos a distancia no fue menos que “sorpresiva” y, ante todo, poco conveniente, ya que los planteles, alumnos y profesores “no cuentan con los medios”, expuso entrevista la directora de la escuela telesecundaria Manuel José Othón, en San Luis Potosí, Tomasa Contreras Chávez.

Para Tomasa Contreras, la solicitud de continuar con las clases ahora con modelos a distancia es un problema de forma y medios: “hay familias que incluso no tienen televisión y es bien sabido que muchos de nuestros planteles sufren de carencias”.

La falta de los medios materiales oficiales, empujó a la mayoría de los docentes de la telesecundaria Manuel José Othón a buscar otros medios: “se tuvieron que enviar cuadernillos de trabajo […] utilizamos además la aplicación de WhatsApp para el seguimiento y entrega de otros materiales”, abundó.

Pese a esta búsqueda de medios alternativos, destacó que por lo menos el 30 por ciento del alumnado pudo estudiar los materiales que se les entregaron vía ClassRoom y otro 55 por ciento pudo seguir los temas de clase a través de la televisión; pese a ello, lamentó que hubiera un grupo de entre el cinco y el 10 por ciento del alumnado que tuvo que recurrir a cuadernillos y otros medios por no poder acercarse a los medios que dispuso el Gobierno Federal.

Contreras Chávez aseguró que el problema no fue sólo de los alumnos, sino que la modalidad a distancia obligó también a los profesores a prepararse para actividades digitales a las que no estaban acostumbrados: “la mayoría sólo conocía Word y PowerPoint, tardaron por lo menos 15 días para tener un desarrollo positivo, entregar actividades, calificar, todo”.

Con la posibilidad de que la pandemia se alargue y esta modalidad se quede por lo menos todo el año escolar en puerta, opinó que su plantel no está listo para mantener el flujo de trabajo en línea, ya que no se tienen los medios, además de que esto sería perjudicial para el alumnado:

“para los alumnos es necesario el apoyo y trabajo en equipo entre compañeros: tienes una duda, te apoyas en tu compañero, ¿y así a distancia cómo lo resuelven?, ¿tú solo?, cuando puede que los papás no les puedan apoyar”.

Sobre el posible regreso a clases presenciales, la directora dijo que “no estaríamos listos para ese regreso con las medidas que piden, desgraciadamente el Gobierno dice que se haga una cosa y los docentes somos quienes tenemos que resolver el problema […] necesitamos infinidad de materiales, pero el Gobierno no lo va a dar, si alguien escuchó la conferencia en ningún momento se dijo que fueran a apoyar a las escuelas”.

Según Tomasa Contreras, el regreso a clases presenciales será complicado puesto que muchas escuelas de nivel básico dependerán de las aportaciones económicas que hagan los padres de familia, mismos que se ven envueltos en “la situación económica tan difícil que vivimos actualmente”.

LA EDUCACIÓN HOY

La difícil situación en que se pone a la educación mexicana al hacerla a distancia, sólo empeora si se considera el rezago en la calidad de enseñanza que venía arrastrando el país desde hace muchos años.

Un ejemplo de esto es cómo México se ubicó en el último lugar del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE (PISA, por sus siglas en inglés), esto de acuerdo con los más recientes resultados de esta prueba que mide hasta qué punto los estudiantes han adquirido los conocimientos y habilidades esenciales para la participación plena en la sociedad.

“Los estudiantes mexicanos obtuvieron un puntaje bajo en lectura, matemáticas y ciencias en comparación con los demás países evaluados. En México, sólo el uno por ciento de los alumnos obtuvo un desempeño en los niveles de competencia más altos, que son el nivel cinco o seis en al menos una de las áreas. Mientras que el 35 por ciento de los estudiantes no obtuvo un nivel mínimo de competencia (nivel 2) en las tres áreas evaluadas”, se puede leer en el estudio.

Al momento de escribir esta nota, ninguna autoridad estatal ha informado o dado un comunicado sobre cómo serán los planes de estudio para la entidad o cuál será el curso de acción a seguir en este regreso a clases no presenciales que comienza el 24 de agosto.

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