El Aquelarre: Feministeando la política

Arely Torres-Miranda

Michelle Bachelet dijo una gran verdad: “Si una mujer entra a la política, cambia la mujer, pero si muchas mujeres entran a la política, la política cambia” y he de considerarme muy afortunada en poder ser testiga de estos cambios. No la hemos tenido fácil y quiero dejar muy claro que el camino por la conquista de los derechos de las mujeres es eso justamente, un camino en el que nada ha sido regalado, ni nada ha sido una concesión. Tenemos mucho que agradecer a nuestras antecesoras iniciando por el  derecho a ser consideradas ciudadanas y votar, siendo consolidado  el 17 de octubre de 1953 tras un  largo proceso que inició hacia fines del siglo XIX, entre 1884 y 1887 hasta lo ocurrido hace unos días al seno del Instituto Nacional Electoral.

Les cuento: desde hace ya varios años, varias compañeras feministas, preocupadas y ocupadas en la vida, seguridad y garantía de la participación política de las mujeres, comenzaron a trabajar desde varios lugares para que, una vez alcanzada la paridad en el Senado, el Congreso de la Unión y la mayoría de los Congresos de los diferentes estados, las condiciones de las mujeres al llegar a las curules fueran justas y dignas. Sin duda uno de los mayores lastres que vivimos las mujeres en este país es el ver, en repetidas ocasiones, como esos violadores, acosadores y agresores en general, se han escudado en la democracia para aprovecharse y seguir tejiendo esas redes de impunidad. Miren, algo muy claro ocurrió el  cuándo el 30 de noviembre de 2018, el priista Noé Fernando Castañón Ramírez, acusado por su exesposa de violencia familiar, rindió protesta la Cámara Alta. Recuerdo la impotencia que sentimos muchas mujeres en ese momento y el saber, que el pacto patriarcal ha permitido por AÑOS que se minimice algo tan grave y si bien, en ese momento no había ningún impedimento jurídico que le permitiera tomar protesta, sí debió de haber tenido el partido que lo postuló, la ética para retirarle el cargo.

Por eso ha sido tan importante lo ocurrido el 28 de octubre pasado, cuando el Consejo General del Instituto Nacional Electoral, aprobó por unanimidad de votos, un acuerdo por el que se establecen los lineamientos para que los partidos políticos prevengan, atiendan, sancionen, reparen y erradiquen la violencia contra las mujeres en razón de género. En ese espacio haré referencia específicamente al último capítulo denominado “del 3 de 3 contra la violencia” que consiste en que las y los aspirantes a una candidatura no cuenten con antecedentes de denuncia, investigación y/o proceso o haber sido sancionado mediante resolución firme por violencia familiar y/o doméstica, o cualquier agresión de género en el ámbito privado o público; no contar con antecedentes de denuncia, investigación, procesamiento y en su caso no haber sido condenado o sancionado mediante resolución firme por delitos sexuales, contra la libertad sexual o la intimidad corporal y por último, no estar inscrito o tener registro vigente como deudor alimentario o moroso que atente contra las obligaciones alimentarias, salvo que acredite estar al corriente del pago o que cancele en su totalidad la deuda ante las instancias que correspondan.

Y bueno, un hecho sin duda cimbró los pilares machistas en los que se ha sostenido este país durante muchos años: el pasado 6 de noviembre, se aprobaron los criterios de paridad de género que serán aplicables para las 15 elecciones de Gubernatura que habrán de celebrarse el próximo año lo que hace obligatorio que los partidos políticos postulen a candidatas mujeres en al menos siete entidades en las elecciones 2021, esto a pesar del vergonzoso intento de los machirrines temerosos quienes desde el Senado, hicieron un intento por amedrentar a los y las Consejeras Electorales a través de una desastrosa carta que intentaba escudarse en “evitar la discriminación contra los hombres” (sic) pero que realmente evidenciaba su misoginia y lo demagogo de sus discursos durante todos estos últimos años que se llenaban la boca alabando la participación política de las mujeres pero que ahora esta participación les obliga a soltar “el hueso mayor” han decidido que su buena voluntad no era más que un intento de apropiación del discurso y que no están dispuestos a abonar a la democracia, entendiendo ésta no  sólo como un procedimiento mediante el cual se ocupan los espacios de poder, sino como un sistema político que garantiza los derechos humanos de todas las personas, obviamente, incluyendo a las mujeres en los más altos puestos de toma de decisión.

Después de este anuncio hecho por el INE nos ha tocado ver un muy desafortunado desfile de intentos por impugnar la paridad en TODO y solamente nos deja aún más claro que ambos lineamientos del INE, ponen a temblar todos los intereses patriarcales y sin duda, nos ha dejado muy claro que debemos ahora más que nunca estar atentas a quienes intenten postularse  sin apegarse a estos criterios. En San Luis Potosí ya empezó la carrera hacia las elecciones, ya estamos viendo los registros previos, los intentos de alianzas entre partidos (con todo y lo vomitivo que resulta traicionar su espíritu partidista con tal de “echar montón”) y también esta semana nos ha tocado ver zafarranchos por desacuerdos internos.

No se nos olvide nunca: una vida libre de violencia, la participación de las mujeres y la paridad son derechos y no favores. No vamos a quitar el dedo del renglón y tengan por seguro que estaremos muy atentas  y no olvidaremos el nombre de esos partidos, políticos y candidatos  que les moleste, impugnen o desestimen estos lineamientos. Sin duda, será un parámetro para identificar a violentadores, simuladores y machistas.

Cuidemos nuestro voto mujeres, somos la mitad del país, ahora más que nunca el poder es nuestro. Gracias a todas y cada una de las mujeres que han hecho esto posible.

 

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