El arte de calcular

Frater Ignatius

Tanto Isaac Newton como el alemán Leibniz son los creadores del cálculo, pero muchos matemáticos anteriores exploraron dos conceptos esenciales: tasa de variación y límite. Los egipcios hicieron experimentos de cálculo con reglas para calcular el volumen de una pirámide y para aproximar el área de un círculo.

En el siglo XVII eran comunes los problemas de tangentes, derivadas, mínimos, máximos e infinitésimos (son cantidades infinitamente pequeñas que siempre se aproximan a cero) Por medio de puro pensamiento abstracto fue posible comprender que la derivación (encontrar la pendiente de la tangente a una curva en un punto, es decir, de la recta que toca la curva justo en ese punto) y la integración (hallar el área bajo una curva) eran procesos inversos.

Es decir, el cálculo diferencial y el integral son procesos de cálculo de carácter simétrico inverso. Newton de esta forma comenzó con mostrar sumo interés por las sumas infinitas. Su error fue no publicar en ese momento.

Leibniz sí publicó su descubrimiento sobre el cálculo diferencial en 1684 y el del integral en 1686. Las palabras del polímata quedan inscritas en oro: “Resulta impropio de hombres eminentes perder horas como esclavos en el trabajo de calcular. Mi nuevo cálculo ofrece la verdad  por medio del análisis y sin necesidad de que la imaginación realice ningún esfuerzo”.

Newton con justa razón se molestó muchísimo pero después comprendió al saber de los motivos de su colega y sobre todo de que estaba tratando con una mente portentosa como la de él mismo. El debate sobre la invención del cálculo quedó resuelto  atribuyendo a los dos genios su invención.

Podemos afirmar que el cálculo es una de esas herramientas –como los logaritmos y aún más poderoso en cierto sentido- que han invadido todos los campos de la ciencia y funge como instrumento esencial en biología, física, química, economía, sociología, ingeniería, así como en cualquier campo de estudio en donde exista una magnitud variable (como la velocidad, la temperatura, el tiempo, etc.)

El cálculo se puede utilizar como herramienta para explicar la estructura del arcoíris, nos enseña la manera más adecuada para ganar dinero en la bolsa, ayuda a conducir un cohete, realiza pronósticos meteorológicos, predice el crecimiento demográfico, diseña edificios y analiza la propagación de enfermedades.

El cálculo ha provocado una revolución mayor que la invención del fuego o de la rueda. Ha transformado nuestra manera de percibir y entender el mundo. El cálculo diferencial e integral es uno de los dispositivos matemáticos más complejos creados por la mente humana. Conviene al menos saber lo básico y entender que sin este aparato conceptual el mundo moderno tal como lo conocemos sería imposible.

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