Ciudad de México (26 de septiembre de 2016).- Margarita Zavala lleva toda su vida preparándose para responder a la pregunta: “¿Va usted por la candidatura presidencial del PAN ?”, y si bien su contestación no fue una sorpresa, al hacerlo con la claridad con que lo hizo, en el foro en el que lo hizo, en el momento en el que lo hizo, logró legitimarse política y mediáticamente a nivel nacional como la contendiente de peso del proceso interno panista.
En otras palabras: ahora sí se metió de lleno, y en serio, a la carrera por la candidatura.
En contraste, el gran perdedor del ejercicio fue, sin duda alguna, el ausente Ricardo Anaya, el dirigente del PAN que, al declinar la invitación que se le hizo con semanas de anticipación, hizo un silencio que Margarita Zavala, Rafael y Gustavo Madero llenaron, dejándolo retratado y atrapado en su doble juego de juez y parte de un proceso en el cual debería fungir como un árbitro imparcial.
Gustavo Madero lo definió muy bien: “hay cancha pareja para Margarita, pero no para Ricardo, “porque Ricardo modificó los estatutos para él estar hasta un día antes de su registro como candidato, como presidente del partido, y utilizar esa plataforma para desde ahí construir su proyecto, eso es lo que no hace una cancha pareja…”.( así lo escribió esta columna el lunes pasado ).
En el lenguaje de la televisión, la indudable puntera en las encuestas, Margarita Zavala, quien con su carisma, impacto aún más de beneficios de su comparecencia en la pantalla chica, dejó claro el porque tiene las simpatías de los panistas, es una de ellos, lo ha sido siempre, nunca ha cambiado de ideología o de partido, es una panista de cepa..panista de siempre, de ahí el porque va arriba en todas las encuestas entre panistas y entre los que no lo son, son varias razones, una de ellas..Congruencia.
Fuente: Uno Más Uno. (Por Eduardo Rivera)
