El holgazán… ¿Nace o se hace?

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El cuerpo humano es un misterio y muchas veces hay una explicación científica a muchas de las conductas a las que no les encontramos alguna explicación. ¿Somos perezosos porque sí o los genes son los responsables?

El gen de la pereza.

Parece ser que diferentes investigaciones llevadas a cabo en varias universidades han logrado dar con la explicación a la pereza.

No eres tú, son tus genes los que no te responden. A continuación, te explicamos algunos de estos estudios.

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Dos estudios sobre el gen de la pereza.

1.- La dopamina como responsable.

¿Eres más activo o más perezoso? Según un estudio publicado en la revista Journal of Neuroscience, las personas más diligentes y activas son las que generan más dopamina en las zonas del cerebro relacionadas con la motivación, mientras que las personas más tranquilas u “holgazanas” liberan más dopamina en las zonas del cerebro implicadas con las emociones y en la percepción del riesgo.

Es decir, que según estudio, todo depende de dónde tengamos colocada nuestra dopamina.

2.- Una mutación genética es la responsable.

El estudio más reciente ha sido llevado a cabo por un grupo de investigadores de varias universidades chinas y escocesas; lo han bautizado como el “gen de la pereza”. Según estos científicos, hay una explicación para todas esas personas que te sacan de quicio por su inactividad o cuando tú eres el motivo de desesperación de muchos que no te bajan de flojo. El estudio ha sido la base científica del libro El holgazán nace, no se hace.

Esta investigación consistió en analizar la química genética y el cerebro de ratones con esta mutación genética, y descubrieron como ésta influyó tanto en el peso, la ingesta de alimentos, el metabolismo y la actividad física de los ratones.

La conclusión a la que se llegó es que esta mutación genética interrumpe la liberación de dopamina (la responsable de la recompensa y el placer), con lo cual, los ratones no obtenían ningún placer al realizar ejercicio físico y se terminaban convirtiendo en obesos, inactivos y con altos niveles de colesterol e hipirlepidemia (más grasa en la sangre).

En una segunda fase del experimento, los investigadores diseñaron una sustancia para mejorar la liberación de la dopamina… y el resultado fue realmente increíble, pues los ratones dejaron de ser tan perezosos y se volvieron más activos, perdiendo peso como consecuencia.

Ahora, habrá que ver si este experimento se puede extrapolar a humanos.

 

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