El Mes Patrio cargado de muertos

 

Por: Antonio González Vázquez.

Alfredo tenía 35 años de edad y vivió en la colonia 21 de marzo hasta el mismo día que lo mataron. Eran las nueve de la noche del 27 de agosto y Alfredo caminaba por la calle de Fernando Zamarripa cuando de súbito se plantaron frente a él unos sujetos armados con navaja. Lo atacaron e hirieron con la navaja y al mismo tiempo le golpearon con tan salvaje persistencia que terminaron matándolo a golpes. Paramédicos y brigadistas pasaron a levantar sus despojos heridos, pero horas después murió víctima de múltiples golpes contundentes en la cabeza. La Policía Ministerial afirmó, aunque no aclaró cuando, que dará con la identidad y paradero de los asesinos.

 

Corría ya la madrugada del domingo 28 de agosto y Adán fue acribillado cuando iba en camino a su casa en la colonia Potosí-Ríoverde. Tenía 21 años y su cuerpo quedó tendido a medio arroyo en la calle de Miniatura, cerca de la avenida Prolongación 20 de noviembre. Según la policía, a Adán le dispararon desde un vehículo en movimiento y recibió incontables heridas provocadas por arma calibre .38, todas mortales por necesidad en la cabeza y tórax.

 

Miguel y Gloria salieron de su casa a eso de las diez de la mañana del domingo 28 de agosto. Iban de compra para surtir la alacena de su casa ubicada en la comunidad de El Durazno del municipio de Ahualulco. Se dirigían a Santa Teresa, una comunidad cercana, pero a medio camino, un grupo de hombres armados les salieron al paso y dispararon contra la camioneta Silverado en la que viajaban Miguel y Gloria quienes, de acuerdo con reportes de la Policía Ministerial, murieron en el lugar de los hechos. No se precisa cuántos hombres los atacaron ni que armas utilizaron ni mucho menos porque los mataron, pero del doble homicidio no se tenía en ese momento indicio alguno.

 

Nancy iba a la escuela a dejar a sus hijos pero la mataron de un certero tiro en la cabeza y a su esposo lo secuestraron o mejor dicho, lo levantaron. Fue el primero de septiembre en Ciudad del Maíz luego de las siete de la mañana. Su cuerpo yacía a un lado de la camioneta Ford negra desde donde sus hijos vieron como la masacraron. Nancy trabajaba en la Dirección de Desarrollo Municipal y era esposa de Luis Edmundo Espinoza, que fungía como director de la Unidad de Protección Civil, cuyo cadáver fue hallado semi-enterrado en un barranco de la carretera 80, este jueves 23 de septiembre.

 

Durante la madrugada del dos de septiembre en la calle Acacias en la colonia San Felipe, a unos metros del tendido de vías del ferrocarril fue localizado el cuerpo de un hombre de unos 40 años. Presentaba heridas aun sangrantes en la cara y el pecho y dado que no se sabía de qué murió y ni quién era, la policía lo archivó como el caso de un desconocido.

 

En un sendero solitario de la comunidad de Agua Nueva, unos paisanos se encontraron con el cuerpo de un hombre muerto que yacía al borde del camino. Era un sujeto de unos 35 años de edad y todo hacía indicar que lo habían matado el mismo día que lo descubrieron, es decir, el 3 de septiembre en el municipio de Ciudad del Maíz. Según la policía, “a simple vista” presentaba heridas ocasionadas por arma de fuego lo que les llevó a presumir que lo ejecutaron, pero para evitar elucubraciones inútiles, mejor lo trasladaron al Servicio Médico Legista para que la necropsia defina cual de los múltiples disparos recibidos le quitó la vida.

 

Nadie supo nada de él, solo lo básico, se llamaba Julio y tenía 24 años de edad. Una ambulancia lo llevó, sangrante y malherido al Hospital Central el día 5 de septiembre a las cinco de la mañana, pero unos instantes después de haber sido internado, falleció. Lo habían recogido en la colonia Colorines de la capital del estado porque tenía una herida de proyectil de arma de fuego en su costado derecho.

 

José Gerardo de 21 años de edad andaba de rol en su auto Mustang, un coche de los llamados “chocolate” por ser de procedencia ilegal. Ese día cinco de septiembre, paseaba en compañía de su hermano José. Se la pasaban bien porque lucían su automóvil de color blanco por las calles de la colonia Arenal, pero al llegar a la avenida de Los Pinos, se les cerró otra unidad y a la de ya, les dispararon. Gerardo murió y José resultó herido. De esto, las autoridades se enteraron las autoridades cuando les avisaron del hospital que les había llegado un muerto por arma de fuego.

 

En la calle de San Miguelito del Fraccionamiento La Sierra, allá por la zona norte de la ciudad, mataron a Víctor. Tenía 21 años de edad cuando por la noche del cinco de septiembre fue agredido por un sujeto al que apodan “el gordo”. Resulta que Víctor, uno de sus hermanos y unos cuates iban a buscar al gordo para ponerle una chinga, pero dio el caso que el gordo los recibió a punta de balazos y uno de ellos terminó con la vida de Víctor.

 

En el rellano del antro El Siete Mares localizado en la zona de “La Curva”, que en Ciudad Valles es conocida por albergar bares, cantinas y cervecerías de mala muerte ejecutaron a una mujer que, junto con su esposo, conversaban animadamente a las puertas del local. Desde un vehículo en movimiento, les dispararon a eso de las seis de la tarde del día 7 de septiembre.

 

Durante la madrugada del 12 de septiembre, Francisco de 31 años de edad fue ejecutado y su cuerpo quedó tirado en una calle oscura y solitaria en una de las colonias de la periferia del municipio de Matehuala. El rostro de Francisco estaba prácticamente destrozado pero la policía no logró saber con cierta certeza de que había muerto, por lo que se inició una investigación más acerca de una ejecución más en el estado.

 

Miguel Barrios estaba internado en el Hospital General de Ciudad Valles a donde fue trasladado el 10 de septiembre. Lo habían encontrado herido y sangrante en un lote del fraccionamiento El Consuelo de ese municipio. El 14 de septiembre murió víctima de la agresión, aunque en realidad desde el primer día cuando lo recibieron el doctor lo declararon en coma: presentaba un disparo de arma de fuego que le atravesó la cabeza. En este caso, el tiro de gracia falló y tardó cuatro días en morir. La policía investiga, pero como es usual, no se sabe nada del responsable del crimen.

 

A la entrada de un potrero de la comunidad de El Jardín, municipio de Villa de Arriaga había un cuerpo abandonado. Un hombre de unos 35 años de edad, calculó la policía, había sido materialmente ejecutado con tres tiros de arma de fuego en la cabeza. No fue posible identificarlo, pero a partir de las primeras investigaciones se pensó que alguien fue a tirar a ese lugar el cuerpo puesto que este se encontraba a no más de diez metros de la carretera San Luis-Guadalajara. Como no fue posible saber de quién se trataba, se llevaron el cadáver a las instalaciones del Forense para esperar si más adelante alguien va reclamar los restos.

 

Era la mañana del 22 de agosto y junto a una pila de durmientes del tendido de vía del ferrocarril quedo tendido el cuerpo de un hombre de aproximadamente 30 años de edad. Lo ejecutaron al dispararle a quemarropa luego de haber sido torturado. A unos metros de la estación ferroviaria de Ciudad Valles, estaba el cuerpo cuando llegaron elementos del ejército y de distintas corporaciones policíacas a las que alguien alertó sobre el cadáver. Otro ejecutado más sin identificar.

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