Abelardo Medellín
El periodismo, afirmó Edmundo Cázarez con la contundencia de quien lo ha ejercido, no puede renunciar a su obligación de auscultar al poder y revelar los aspectos ocultos de sus actores. Desde esta premisa arrancó la conversación que el periodista sostuvo con Astrolabio Diario Digital en la que narró parte de su trayectoria como entrevistador en medios nacionales y apuntó que, pese a los retos modernos, muy parecido a los que siempre han existido, el periodismo debe mantener su carácter independiente y no debe doblarse ante las presiones externas.
Cázarez, escritor, columnista y autor de A lo mero Macho, habló sobre su oficio, no en la comodidad de la distancia, sino a partir de la trinchera en la que ha permanecido desde que, a los 14 años, decidió iniciar su carrera periodística en una redacción en Michoacán.
Evoca aquellos años formativos, cuando la fascinación por figuras como Jacobo Zabludovsky alimentaba su interés por volverse un entrevistador.
“Siempre lo supe. Desde niño quise ser periodista”.
Ese romanticismo inicial contrasta con lo que observa hoy. Para Cázarez, el panorama contemporáneo del periodismo mexicano está marcado por tensiones que se han vuelto estructurales: presiones desde el poder, autocensura, precariedad laboral y un ambiente político donde la crítica se castiga y la independencia se sospecha.
“Los medios de comunicación no tienen por qué ceder a las presiones presidenciales”, sentencia, aludiendo a su propia experiencia en la que, desde sus primeros años, conoció el recurrente intento del Poder Ejecutivo por controlar la narrativa.
El periodista invitó a reflexionar sobre una idea evidente: los cargos gubernamentales “son efímeros, son pasajeros”, mientras que “los medios de comunicación perduran, persisten”, justificación suficiente para remarcar que el quehacer periodístico no debe depender de las ataduras del poder.
Cázarez usó como ejemplo para evidenciar la condición actual de la profesión el atentado del que fue víctima Ciro Gómez Leyva en diciembre de 2022, un episodio que, para él, marcó un antes y un después en la relación entre periodismo y violencia política.
Sobre el hecho, el periodista sostuvo una acusación que formará parte de su próximo libro: “La orden de matar a Ciro Gómez Leyva salió del Palacio Nacional”.
El periodista recordó uno de los momentos más tensos de su carrera, que ocurrió tras una entrevista con Elena Poniatowska, conocida por su cercanía con el expresidente Andrés Manuel López Obrador desde sus años como jefe de Gobierno en la Ciudad de México.
Durante aquella conversación, él le preguntó su opinión sobre las conferencias mañaneras. “Su respuesta fue contundente: ‘Señor presidente, ya párele a las mañaneras, porque hay un alza nacional’. Escuchar eso de alguien que había sido una seguidora tan leal sorprendió a todos”.
La frase se viralizó rápidamente y, según Cázarez, incluso llegó a oídos del propio presidente. El periodista cuenta, sin embargo, que las represalias fueron violentas y personales.
“Ese mismo día, por la tarde, a las seis, mi casa en Texcoco fue atacada. Rafaguearon la fachada y mataron a mi perrito, Buki. Fue un acto profundamente cobarde. Yo lo único que había hecho era publicar una entrevista”.
La situación se volvió aún más turbia cuando Poniatowska intentó distanciarse de sus propias declaraciones, pues el periodista recuerda lo siguiente:
“Al día siguiente, Luis Cárdenas de MBC entrevista a Elena y le pregunta ‘¿es cierto lo que le dijo usted a Edmundo Cázarez, del Universal?’ ‘No, ese es un pseudoperiódista’ (…) en ese justo momento que estaba en entrevista, Ciro saca el video completito de la entrevista y la que quedó en evidencia fue ella. Pero bueno, mi perrito pagó las consecuencias”.
Cázarez reflexionó también sobre un problema menos visible, pero igual de lesivo para el oficio: la situación económica de los reporteros.
Lamentó que la publicidad oficial, históricamente una fuente de ingresos para las redacciones y reporteros independientes, “desapareció” o se redujo a niveles que han dejado a muchos medios en crisis; sin embargo, esto solo ha sido el declive de una condición que, desde hace años, viven los periodistas mexicanos.
“Había compañeros que estaban muriéndose de hambre, que no tenían ni para un par de zapatos para ir a cubrir la nota o no tenían para comer”, recuerda.
Su diagnóstico fue claro: sin salarios dignos, sin estabilidad y sin condiciones mínimas para ejercer, el periodismo queda expuesto y vulnerable a las presiones que siempre han existido desde los espacios donde se ejerce el poder.
El periodista habló de la “cerrazón hacia los medios de comunicación” y la cada vez mayor distancia entre el gobierno y la prensa; sobre esto, denunció el cómo los discursos estigmatizantes, los señalamientos desde el poder y la falta de disposición al escrutinio han deteriorado un vínculo ya frágil entre actores.
A pesar de sus críticas, Cázarez no se instala en el pesimismo y sostiene que todavía queda un camino para fortalecer la profesión: la unidad.
“Todos los periodistas deben mostrar mayor unidad, mayor lealtad, mayor fortaleza”, insistió, al tiempo que sugirió que el arropar a las causas comunes debe ser una prioridad por encima de la competencia entre redacciones.
En el mismo sentido, Cázarez invitó a que los periodistas, de cara a la adversidad que presentan las condiciones del trabajo, recuerden poner en la balanza las prioridades que tiene, no el profesional, sino la persona detrás de los micrófonos.
Desde su posición personal, Cázarez confesó que su mayor tesoro es la familia, sus hijos, su nieto que lo acompaña durante las giras y el apoyo que ellos le dan.
“El mayor tesoro es mi nieto que me acompaña ahora en la cita, y mis hijos”, expresó
Para Cázarez los obstáculos que enfrenta hoy el periodismo no pueden ser, como nunca lo han sido, una razón para abandonar la brega de eternidad que es el quehacer periodístico, y por ello señaló finalmente:
“Se está dejando que el gobierno siga haciendo lo que se le pega la gana y no, los medios de comunicación deberíamos seguir protestando, deberíamos seguir denunciando lo que no está bien. Hay bajas y todo eso, desgraciadamente, entonces espero que esto mejore”.





