Por Victoriano Martínez
Decir que el sexenio de Juan Manuel Carreras López es el más violento de los últimos cuatro ya resulta insuficiente porque el 2020 dejó tal estela de violencia con desenlaces fatales, que lo colocó en el mapa nacional de atrocidades, además de que rompió por primera vez la cifra de los mil homicidios en un año.
De los mil 91 homicidios ocurridos durante 2020, 359 fueron culposos y 732 dolosos.
Los homicidios dolosos ocurridos en 2020 representan el 184.82 por ciento más que los registrados durante 2015, el año en que Carreras López asumió la gubernatura. De esa magnitud es el fracaso de las políticas de seguridad pública del gobierno carrerista.
En el 2015, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública registró 257 víctimas de homicidios dolosos. El año pasado esa cifra se elevó a 732.
El último año, con todo y pandemia del Covid-19, resultó –entre los cinco que lleva Carreras López al frente del gobierno estatal– el de mayor crecimiento de la violencia homicida. La cifra de asesinatos se disparó con relación a los ocurridos en el año anterior, al pasar de 494 casos en 2019 a 732 durante el 2020. Un crecimiento del 48.18 por ciento.
Hace un año, Armando Oviedo Ábrego, del secretariado ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública, calificó el 2019 como un año complicado porque los homicidios dolosos rondaron los 500. Hoy parecen aprovechar que lo crítico de la pandemia y los sanquintines de la politiquería partidista acaparan la atención para no comentar el tema, pero los números dicen que 2020 fue complicado y medio.
Si a ese panorama tan complicado, se añade el ingrediente de las condiciones en las que se dan los homicidios que, de acuerdo con un estudio de la organización Causa en Común, entre enero y noviembre de este año, 141 de las 732 víctimas de homicidios dolosos fueron asesinadas en 65 casos considerados atrocidades detectadas en 20 municipios, el grado de violencia resulta alarmante.
Sin contar las atrocidades ocurridas en diciembre, el registro de Causa en Común revela que el 19.26 por ciento de las personas asesinadas murieron en condiciones atroces. Es decir, una de cada cinco víctimas de asesinato muere en esas condiciones.
La violencia homicida con dolo prácticamente se ha triplicado durante el sexenio de Juan Manuel Carreras López, al pasar de 257 víctimas en 2015 a 732 en 2020.
Tan impactante resulta el crecimiento de la violencia homicida como la proporción de víctimas de atrocidades, pero igual de impactante es la indolencia que Carreras López y su gabinete de seguridad muestran al justificar con causas ajenas a sus malas decisiones la situación de inseguridad que se vive en el Estado.
En los últimos cinco años, el INEGI ha aplicado 19 encuestas sobre la percepción de la inseguridad entre los habitantes de la capital del estado. Aunque el porcentaje promedio de habitantes que se sienten inseguros es del 81.6 por ciento (8 de cada 10), en ocho de las muestras el porcentaje es superior al 8.5, es decir, más cerca del 9 de cada 10.
En esa encuesta aplicada el pasado diciembre, el 87 por ciento de los habitantes de la ciudad se siente inseguro. Casi 9 de cada 10.
Con una violencia homicida casi triplicada en el sexenio en la que una de cada cinco víctimas muere en condiciones atroces, es más de sorprender que haya todavía un poco más de una persona de cada 10 que se siente segura, que lo contrario.