Estudiantes ignoran deuda del gobierno estatal con la UASLP

Mariana de Pablos

Mes con mes la deuda del gobierno estatal con la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) aumenta. Cifras oficiales revelan que, para septiembre de este año, asciende a 172 millones 239 mil 562 pesos. Este dato sorprende a los estudiantes de esta máxima casa de estudios, quienes oscilan entre la completa ignorancia y una vaga idea sobre lo que sucede financiera y económicamente con su universidad. “¿Cómo va a ser que nos limiten el presupuesto para nuestra educación?” Indignación hay, pero hasta el momento ninguna muestra de interés por involucrarse en la problemática.

En 2016 el gobierno federal y el gobierno estatal firmaron un convenio de colaboración de apoyo financiero a la UASLP con el que se comprometieron a aportar mensualmente una determinada cantidad de recursos. Anualmente, firman un Anexo de Ejecución en el que ambas partes determinan cuánto dinero enviarán mensualmente a la UASLP, mientras que la Universidad determina a qué rubros los destinará.

De acuerdo a dicho Anexo, el subsidio dispuesto para este año fue de 2 mil 733 millones 334 mil 853 pesos. La aportación federal es de 2 mil 285 millones 692 mil 592 pesos y la estatal de 447 millones 642 mil 261 pesos. Hasta el mes de agosto, la federación no ha incumplido con ninguna de sus participaciones. Por el otro lado, el gobierno estatal solo ha entregado 173 millones 519 mil 144 pesos, es decir, el 38.76 por ciento del total acordado.

Aunque el problema es grave, ya que de acuerdo con el rector Alejandro Zermeño Guerra, la resistencia del gobierno estatal de entregar completas sus participaciones ha afectado tanto la correcta operatividad de la Universidad, como su mantenimiento y crecimiento, esto no es algo que alarme a los estudiantes, quienes son los principales afectados por esta situación.

Una encuesta realizada por Astrolabio Diario Digital a 125 estudiantes (77 mujeres, 47 varones y una persona no binaria) de las facultades de Enfermería y Nutrición, Ingeniería, el Hábitat, Ciencias Químicas, Estomatología, Medicina, Ciencias de la Comunicación, Ciencias Sociales y Humanidades, Derecho y Economía reveló que el 78.4 por no sabe quién sostiene presupuestalmente a su Universidad, y la mayoría tampoco sabe qué pasa con la deuda.

En lo que concierne a la deuda, únicamente 23 estudiantes, es decir el 18.4 por ciento del total de la población estudiantil encuestada, pudo decir que estaba enterada. Cabe señalar que la mayor cantidad de respuestas positivas se ubica entre las alumnas (65 por ciento) de quinto, sexto y séptimo semestre, quienes agrupan el 78 por ciento de las respuestas. Con especial incidencia entre las estudiantes de la facultad del Hábitat.

Sin embargo, al preguntarle a esta reducida población a cuánto asciende la deuda, ninguno pudo responder correctamente o, por el otro lado, el 12.5 por ciento, señaló que “sabía que era mucho, pero que no sabía cuánto”.

A la vez, se les preguntó a estos jóvenes de qué forma se habían enterado acerca de la deuda del Gobierno del Estado con la Universidad. A lo cual, la mayoría respondió que lo escuchó como un rumor (30.4 por ciento); seguido por haberlo visto en redes sociales (26 por ciento). Al 17.3 por ciento y al 13 por ciento, respectivamente, les fue notificado por parte de consejeros estudiantiles y profesores. Y el resto se enteró a través de medios masivos de comunicación (8.6 por ciento) y otras autoridades de la UASLP (8.3 por ciento) que no fueron especificadas (gráfico 3).

Finalmente, 113 alumnos y alumnas (90.4 por ciento) coincidieron en que es su responsabilidad como estudiantes exigirle al Gobierno del Estado que salde su deuda y entregue los recursos completos a la Universidad. Tan solo seis estudiantes respondieron determinadamente que no; mientras que el resto respondió que no sabe.

A pesar de su respuesta positiva, ningún estudiante profundizó en cuáles serían sus acciones o su rol para contribuir en el pago de la deuda; cinco de ellos justificaron su respuesta señalando que es importante dado que son recursos destinados a mejorar la calidad de su educación y el espacio en el que se desempeñan profesionalmente, tal como señala esta alumna:

“Claro, soy consejera estudiantil y justo creo que es necesario que se pague para que exista más presupuesto y podamos arreglar cuestiones de la facultad como el edificio B que se está cayendo en psicología”.

Por otro lado, cabe señalar que cinco estudiantes, a pesar de haber respondido estar de acuerdo con su responsabilidad para exigir el saldo de la deuda, complementaron su respuesta señalando que no solo recae sobre ellos, sino que es trabajo de toda la comunidad universitaria, especialmente de las autoridades estudiantiles, docentes y administrativas.

Al concluir con las encuestas e informarlos cerca del total de la cantidad adeudada, la mayoría de ellos, además de mostrarse sorprendidos, hicieron comentarios como “con eso podrían comprar papel” y “seguro por eso siguen subiendo las cuotas de reinscripción”. Lo cual deja en claro que, si bien los estudiantes están al tanto de sus carencias y hacen una dura crítica ante estas, nadie, o muy pocos, se interesan por explicárselas y saber cómo podrían resolverse.

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