Desiree Madrid
Una semana después del homicidio de la empresaria Sandra Revilla Olavarrieta, asesinada dentro de su marmolería en la colonia San Juan de Guadalupe, la Fiscalía General del Estado (FGE) insiste en que el crimen no obedece a un patrón de violencia generalizada, sino a un “tema particular”, aunque no ha precisado los posibles móviles.
La fiscal general, María Manuela García Cázares, ofreció declaraciones este lunes tras la marcha pacífica que familiares, amistades y ciudadanos realizaron este domingo 18 de mayo, para exigir justicia.
“Les hicimos ver que el hecho no se trata, de ninguna manera, de una violencia generalizada, sino que los móviles que estamos manejando no van en esa línea”, aseguró.
Según García Cázares, la Fiscalía mantiene comunicación directa con la familia y ha evitado ofrecer detalles a medios de comunicación por respeto a su petición de discreción.
“Por respeto a ellos, no hemos compartido más allá de lo que se les ha informado a ustedes”, dijo.
A pregunta expresa de si el crimen podría estar vinculado a un cobro de piso, la fiscal se limitó a responder: “Estamos en investigación”.
Hasta el momento, no hay personas detenidas ni se han confirmado hipótesis oficiales, aunque la FGE ha reiterado que existen varias líneas abiertas.
La falta de avances claros y la negativa a reconocer un problema estructural de violencia han sido criticadas por diversos sectores sociales.
La marcha de este domingo, que partió del Jardín de Tequisquiapan hasta la Fiscalía General del Estado, reflejó el hartazgo ciudadano. Con pancartas y consignas, las y los asistentes exigieron justicia para Sandra y mayor seguridad en la capital potosina.
Pese a ello, la FGE mantiene su postura: el crimen no responde a un fenómeno de inseguridad generalizada. Una afirmación que choca con la percepción ciudadana, alimentada por hechos como este.
Mientras la investigación continúa, la familia de Sandra espera respuestas, y con ella toda la ciudadanía también.