Por Victoriano Martínez
El gobernador Ricardo Gallardo Cardona se mueve peligrosamente entre convertir en una costumbre mentir abiertamente y sin el más mínimo recato y guiarse como autoridad con base en ocurrencias y aferrarse a ellas sin importar que den lugar a acciones que atenten contra derechos humanos, recientemente enfocada en contra de menores de edad.
El 20 de junio, Astrolabio Diario Digital reveló un contrato del gobierno estatal por 21 millones 486 mil 823 pesos con una empresa con la que Gallardo Cardona y el titular de la Secretaría de Desarrollo Social y Regional (Sedesore), Juan Ignacio Segura Morquecho, tienen vínculos.
Entonces, tres días después Gallardo Cardona aseguró no conocer la empresa y negó tener relación con ella, en tanto que José Guadalupe Torres Sánchez, secretario de gobierno, ofreció revisar el caso. “Yo creo que habría que ver cuál es la verdadera situación del tema y cuando se tenga, con gusto emitimos un pronunciamiento”, dijo entonces.
Este martes, Gallardo Cardona emitió un pronunciamiento, pero lejos de mostrar “la verdadera situación del tema”, exhibió un intento de chamaquear al reportero de Astrolabio, y la ligereza con la que suele afrontar cualquier tema, por delicado que resulte.
“¿Te acuerdas que me comentaste de una empresa que le habíamos dado un contrato de 20 millones? Ya lo chequé, son 211 mil pesos, le movieron una coma”, le dijo a Abelardo Medellín y agregó: “Por eso la hicieron directa porque no fueron 20 millones, para que revisen las comas porque luego dicen que son 29, imagínate”.
Si es indudable que Gallardo Cardona sabe leer, entonces resulta obvio que la afirmación “ya lo chequé” es una mentira… o una traición de sus colaboradores, quienes le pudieron presentar un documento alterado para que él pudiera dar con tanta seguridad esa versión inverosímil si se toma en cuenta que en el contrato la cifra se menciona con número y letra.
Sea un caso o el otro, la exhibición de Gallardo Cardona al justificar un contrato bajo sospecha con una cifra 100 veces menor a la real lo coloca en una situación similar con el alcalde aquel de San Blas, Nayarit, Hilario Ramírez “Layín”, quien confesó que “robó poquito”.
Sea mentira consciente o producto de haber sido engañado, no es la primera ni la única forma en que Gallardo Cardona manipula la información para justificarse como autoridad eficiente y que da resultados, lo que también tiene que ver con la expresión de ocurrencias tan frecuentes que cada vez rayan más en riesgos para los derechos humanos, últimamente de los menores de edad.
No deja de exhibir imágenes de menores de edad con la intención de una ofensiva propaganda en la que busca proyectarse como benefactor de los estudiantes de primaria, cuando ya anuncia una medida para sancionar a las personas que se reporten como desaparecidas y que no hayan estado en riesgo.
Una propuesta que exhibe una actitud prejuiciosa en torno a la posible comisión de un delito y ante la que –para colmo– pone como ejemplo el caso de Mía, una quinceañera reportada como desaparecida el sábado pasado.
“Por ahí ya vieron que anda con su pareja, que se van para Cancún, si ya está localizada, pedirle a todas las jovencitas que no preocupen a los papás y que no utilicen las instituciones”, dijo Gallardo Cardona.
Con esa revelación, el mandatario incumple su obligación constitucional establecida en el artículo primero de la Carta Magna y actúa en sentido opuesto al atentar contra la menor al exhibir situaciones personales que la exponen a riesgos contra su dignidad y su derecho a la autodeterminación personal e informativa.
Adicionalmente, prejuzga actos de una menor, cuya inmadurez puede ser el origen de sus acciones, y no una intención por preocupar a sus padres, además de estar muy lejos de cometerlas con la intención usar a las instituciones, algo de lo que es totalmente inconsciente.
Anula, con mucha anticipación, la posibilidad de que como menor de edad sea víctima de manipulación por parte del novio, cuando en el audio que mencionó –y que casualmente comenzó a circular en redes sociales– es muy claro que la adolescente actúa por el entusiasmo que le provoca la posibilidad de visitar Cancún.
Revelaciones y prejuicios con los que Gallardo Cardona falta al principio de máxima protección a la víctima establecido en la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas.
Un prejuicio de Gallardo Cardona que lo a generaliza con la afirmación que hace. Aseguró que del 95 al 98 por ciento de las personas reportadas como desaparecidas es porque se van con el novio o la novia o porque andan borrachos o de parranda.
A partir de ahora, los familiares que estén preocupados porque uno de sus integrantes, sea o no menor de edad, no haya regresado a casa tendrán la disyuntiva de reportarlo o no, porque podrían estar entre la gran mayoría que el gobernador considera que, tras ser localizados, deberán ser castigados.