Nueva York, Estados Unidos (21 de septiembre de 2016).- En su último discurso en la ONU como presidente de Estados Unidos, Barack Obama lanzó críticas contra la construcción de muros —especialmente como el que Donald Trump pretende con México—, contra el fundamentalismo y el racismo.
Ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dijo que en plena globalización e interdependencia “una nación rodeada de muros será una nación prisionera de sí misma”.
Sin mencionar su nombre, pero en referencia al candidato del Partido Republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, Obama destacó la necesidad de rechazar cualquier forma de fundamentalismo y racismo “o la creencia en una superioridad étnica”.
El mandatario estadounidense insistió en que la construcción de una barda a lo largo de la frontera con México aislaría a su país de la comunidad internacional y no arrojaría grandes beneficios.
En su discurso reconoció que no cree que Estados Unidos pueda o deba imponer su modelo a otros países. “Hemos cometido errores.”
Al hacer un diagnóstico sobre los males que aquejan al mundo, Obama también criticó a Rusia por sus acciones contra Ucrania y en Siria.
Obama ataca con ironía a Trump.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aprovechó ayer su último discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas para lanzar una indirecta no muy sutil contra Donald Trump, el candidato republicano que aspira a sucederlo en la Casa Blanca.
Obama dijo: “El mundo es muy chico para que nosotros simplemente construyamos un muro y evitemos que (el extremismo) afecte nuestras sociedades”.
El Presidente dijo que la construcción de un muro a lo largo de la frontera con México aislaría a EU de la comunidad internacional y no arrojaría grandes beneficios.
En el mundo actual globalizado e interdependiente, “una nación rodeada de muros será una nación prisionera de sí misma”, afirmó el mandatario en el que fue su último discurso ante la Asamblea General de la ONU.
Con tono burlón.
Sin mencionar a Trump, Obama recurrió por un momento a la ironía para denunciar lo que considera políticas aislacionistas del millonario y candidato republicano a la Presidencia que propone la construcción de un muro para contener la inmigración ilegal y que apela a sentimientos nacionalistas prometiendo hacer que Estados Unidos “vuelva a ser un gran país” .
“No podemos combatir enfermedades como el zika, que no reconoce fronteras –los mosquitos no respetan muros–, si no le damos la misma importancia que a la lucha contra el ébola”, expresó.
“Debemos rechazar cualquier forma de fundamentalismo y racismo o la creencia en una superioridad étnica que hace a nuestras identidades tradicionales irreconciliables con la modernidad”, enfatizó Obama.
“En su lugar, tenemos que abrazar la tolerancia que resulta del respeto a todos los seres humanos”, añadió.
Obama defendió la necesidad de desarrollar y potenciar “democracias verdaderas” en cada rincón del mundo, frente a los modelos autoritarios guiados por “hombres fuertes”, una reflexión con la que aludió indirectamente a Trump, pero también a líderes como el presidente ruso, Vladimir Putin.
El Presidente tampoco tuvo miramientos para criticar a Rusia al momento de dar su diagnóstico de los males que afectan al mundo. Las diferencias que Obama ha tenido con su homólogo ruso; por sus acciones en Ucrania, que han sido seguidas por desacuerdos sobre el futuro de Siria y una serie de intentos fallidos, por parte de Estados Unidos y Rusia, para resolver la guerra civil.
En su discurso Obama hizo una lista de las bondades de la integración, la cooperación y el libre comercio. Mencionó específicamente el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica entre Chile, México, Perú, Estados Unidos, Brunéi, Nueva Zelanda, Singapur, Australia, Canadá, Japón, Malasia y Vietnam.
Sostuvo que es importante “combatir los excesos del capitalismo, no para castigar la riqueza, sino para evitar la repetición de crisis que lo pueden destruir”.
Llaman a acabar con atrocidades en Siria.
La Asamblea General de la ONU inició ayer sus debates de alto nivel con llamamientos para acabar las “atrocidades” de Siria y recuperar el valor de la diplomacia, a pesar de las más recientes tensiones entre Estados Unidos y Rusia.
De la treintena de personalidades que hablaron ayer en la ONU fue el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, el que presentó un panorama más crudo, sin los miramientos que suele utilizar, a meses de que abandone ese puesto.
“Hoy en esta sala hay representantes de gobiernos que han ignorado, facilitado, financiado, participado o incluso planeado y ejecutado atrocidades infligidas por todas las partes del conflicto sirio contra civiles”, denunció Ban.
Al igual que Ban, pero en términos menos ácidos, Obama insistió en que no habrá una “victoria militar” que pueda resolver el conflicto sirio, por lo que se necesita “el duro trabajo de la diplomacia para acabar con la violencia”.
Pero Obama utilizó términos más duros contra Rusia, como parte del choque dialéctico que mantienen los dos países en los últimos días por acciones armadas en ese país que han aflorado una rivalidad que recuerda los tiempos de la Guerra Fría.
“Estamos viendo cómo Rusia trata de recuperar su gloria perdida a través de la fuerza”, dijo Obama.
“Si Rusia sigue interfiriendo en los asuntos de sus vecinos, (…) con el tiempo menguará su estatura (internacional) y hará menos seguras sus fronteras”, agregó.
El presidente francés, François Hollande, también pidió que quienes están interviniendo en Siria reafirmen su compromiso con la paz y eviten que la comunidad internacional vea esta etapa como una “vergüenza” por ser incapaz de parar la guerra en ese país.
Construyen muro antiinmigrante en Francia.
La construcción de un muro para evitar que los migrantes accedan al puerto de Calais, en el norte de Francia, desde donde intentan pasar clandestinamente a Reino Unido, comenzó ayer.
El muro, que tendrá un kilómetro de largo y cuatro metros de altura, está cerca de la “Jungla” de Calais, un campamento donde viven en condiciones deplorables unos 10 mil migrantes.
El mismo prolongará las alambradas levantadas a mediados de 2015 para proteger el sitio de entrada al túnel del canal de La Mancha (39 kilómetros de alambrada), así como el puerto y la carretera (30 kilómetros).
La obra, financiada por Reino Unido, costará 2.7 millones de euros (3 millones de dólares).
Estará compuesto por paneles de hormigón ensamblados en una estructura metálica, por lo que podrá desmontarse en cualquier momento. Se recubrirá vegetalmente por el lado que dé a la carretera e incluirá un sistema de videovigilancia y de iluminación para detectar cualquier intento de escalarlo.
La utilidad del muro ha sido cuestionada a ambos lados del Canal de la Mancha.
“Esta es una pésima forma de gastar el dinero de los británicos (…) Para que fuera eficaz, entre comillas, tendría que continuar hasta Dunkerque, Lille, quizás hasta París”, criticó el vicepresidente de la asociación caritativa Albergue de los Migrantes, Francois Guennoc.
“Es dinero tirado a la basura”, estimó.
En Reino Unido, la diputada ecologista Caroline Lucas calificó el muro como “monstruoso”.
Fuente: EFE / AP.