INAH requiere robustecer su marco normativo para la realización de peritajes

Estela Ambriz Delgado

De acuerdo a lo expresado por la Coordinadora Nacional de Antropología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Paloma Bonfil Sánchez, su marco normativo se encuentra carente de normas oficiales respecto a los peritajes, lo que genera que el área jurídica sea inclusive renuente a realizarlos, lo que abre flancos a demandas potenciales, sin ninguna base jurídica para proteger a la institución ni tampoco a quien lo elabora.

A pesar de que la Ley Orgánica del INAH fue promulgada en 1939, apenas el 24 de mayo de 2021 se publicó el reglamento correspondiente. Sin embargo, la funcionaria indicó que en este apenas se empiezan a reconocer las funciones de las distintas áreas, pero solo llega hasta las coordinaciones, por lo que no queda claro cómo articular los Centros INAH con diferentes espacios en donde se hace peritaje.

Además, indicó que no tienen parámetros, una norma oficial sobre la elaboración de peritajes antropológicos y culturales, lo que lleva a que cada investigador haga su peritaje como lo entiende, basado en la experiencia y el conocimiento de la persona sobre un lugar, un contexto, o una problemática determinada, lo que jurídicamente le genera problemas a la institución.

“Eso es una de las razones porque las que también nuestra área jurídica está muy disociada del peritaje, no solo está muy disociada, no quiere saber nada. Cada vez que tenemos demandas si puedes, niégate, porque no tenemos institucionalmente un cobijo para hacer eso y entonces, desde la perspectiva institucional, estamos abriendo flancos a demandas potenciales, y sin ninguna base jurídica para proteger a la institución, ni tampoco por último a quien realiza el peritaje”.

Bonfil Sánchez señaló también que el departamento de peritaje del INAH ha avanzado en la construcción de ciertas condiciones de trabajo, como el protocolo de seguridad para que, quien sale a campo tenga, un mínimo de condiciones para realizar esa investigación, ya que cada vez llegan demandas de peritajes antropológicos en materia penal que son más delicados por relacionarse con problemas como el narcotráfico.

“Esos son todavía más delicados, tienes que hablar con gente acusada de narcotráfico y eso es involucrarte personalmente, pues en un pantano que es cada vez más grande en el país y que por supuesto el INAH no tiene mecanismos para sostener”.

Asimismo, Paloma Bonfil mencionó que el personal que se encuentra en el área de peritaje resulta insuficiente para recoger toda la demanda que llega a los centros INAH y a otras áreas, además de que no cuenta con políticas ni estrategias institucionales para hacer frente a ello, por lo que es necesario se elaboren al menos algunos lineamientos normativos que permitan que un colectivo académico se pueda involucrar.

“Yo creo que un área de oportunidad (…). Es justamente hacer al menos algunos de esos lineamientos normativos que permitan que un colectivo académico se pueda involucrar en esto, tenga ciertos criterios que respondan pues a un piso de calidad, (…) que tenga un asidero institucional y que también sea reconocido como una actividad académica en sí mismo”.

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