La defensa en materia penal tiene rostro de mujer

María Ruiz

Feminizar la justicia y el derecho penal para construir estrategias para la defensa efectiva de mujeres, es la columna vertebral del trabajo que realiza la abogada penalista Crishel Abigail Camarillo Contreras, quien a sus 25 años de edad se dedica a representar jurídicamente a mujeres que enfrentan situaciones de privación de la libertad, acoso, abuso de poder, violencia familiar, sexual y de género en el estado de San Luis Potosí.

Camarillo Contreras sabe que ser mujer es una condición que conlleva, en su mayoría, la vulneración de sus derechos humanos y por ende hacer frente al fenómeno de la violencia estructural en su camino por el acceso a la justicia.

“Yo tengo la herida de la injusticia y al paso del tiempo me percaté de que los hombres no respetan a las mujeres, únicamente respetan a otros hombres. Las mujeres que son respetadas por ellos, son las que tienen el respaldo de otros hombres. Ahí nació mi idea de ‘defiéndete como tú puedas, que nadie vendrá a hacerlo por ti’, y esto fue lo que me empujó a representar mujeres, el saber que algún día esa mujer podría ser yo”, aseguró.

Camarillo Contreras ha representado a víctimas que han resonado a nivel local por su exigencia a una vida libre de violencia, mujeres que en su mayoría sufrieron acoso y hostigamiento sexual por parte de funcionarios municipales, casos sobre los cuales gracias a su trabajo y empeño se obtuvieron sentencias favorables para las víctimas.

“He representado a mujeres que justo fueron víctimas del poder. Los hombres suelen sentirse intocables cuando poseen un cargo importante y en este sentido, las mujeres enfrentan un grado de vulnerabilidad abrumador”, explicó.

La abogada señaló que los hombres que violentan a otras mujeres desde cargos de poder, posiblemente tienen un historial de violencia contra ellas de manera continua en diversos aspectos sociales de su vida.

“Estoy segura de que los hombres que llegan al poder y violentan a otras mujeres no es la primera vez que lo hacen, y seguramente hay otras mujeres que no pudieron denunciar, hablar y hacer púbico su caso”.

Entre el olvido y el estigma; defender a mujeres privadas de la libertad

Cuando Camarillo Contreras se adentró en la materia penal, comenzó representando a personas privadas de la libertad, entre ellas, mujeres. Esto la llevó a conocer otros aspectos de vida plagados de indiferencia, estigma y violencia.

El sistema penitenciario compone una serie de características que condicionan los derechos humanos de las mujeres privadas de la libertad, como el trato digno, la legalidad y la seguridad jurídica.

“Representar a mujeres privadas de la libertad es algo muy complicado, muy difícil, pasas de ser abogada a ser su paño de lágrimas cada vez que ingresas a notificarles algo. Es una realidad complicada”, declaró.

Se trata de mujeres que atraviesan dificultades para acceder a una defensa adecuada y sin costo. Por consiguiente, sus procesos son más largos y no siempre terminan de la forma más favorable.

“Hay una característica en estos casos, se trata de mujeres que fueron arrastradas por otros hombres, ya sean padre, pareja o hermanos. Son mujeres que se vieron inmiscuidas en situaciones delictivas, en donde las parejas, al momento de ser detenidas, no apelaron a la inocencia de ellas. Es abrumador porque la mayoría de las mujeres son abandonadas en prisión, sin una defensa justa, son olvidadas. Además, en muchos de los casos, no tienen una representación adecuada”, señaló.

Violencia familiar y feminicidio, peldaños de agresión

Con certeza, la violencia familiar es un fenómeno social que se ha incrementado gradualmente en San Luis Potosí, y Camarillo Contreras da cuenta de ello; en materia de lo penal, ha llevado casos en los que contribuye a la defensa de mujeres víctimas de maltrato.

“Cuando comencé a representar mujeres que atravesaban violencia familiar, no solo te enfrentas al proceso de defensa sino al proceso que atraviesa la víctima, quien tarda en identificar los ciclos de esta violencia. Se les complica dar continuidad a la denuncia; muchas veces dicen que hay que presionar a las mujeres para que denuncien, pero también hay que entender que este proceso es cíclico y que una mujer que sufre violencia familiar tal vez le vaya costar el doble de tiempo aceptar que es víctima de esta situación”.

Por lo que ejercer presión en las víctimas, consideró la abogada, es reproducir y dar continuidad al ciclo de violencia, ya que tardan en aceptar e identificar con claridad los comportamientos abusivos de poder y control que ejercen en contra de ellas.

“Hay que entender su proceso, pues son etapas de aceptación y entendimiento. Si no se concluye este ciclo, la víctima posiblemente vuelva con el agresor o espacio donde ha sido violentada”.

Camarillo Contreras explicó que este delito sin duda pone en peligro la vida de la víctima, y su prevención es de carácter urgente, pues puede ser la antesala de una agresión aún más grave.

En relación con esto, la defensora recordó lo complicado que fue para ella tener acercamiento con las familias víctimas de feminicidio y cómo tuvo que entender que en el proceso de defensa, lo primordial es priorizar sus deseos de justicia, pero no una justicia vengativa, sino una que antepone la tranquilidad de las familias.

“La tranquilidad se les da trabajando, dándoles justicia desde la tranquilidad y el hecho de decirle ‘señora, esta persona no volverá hacerle daño a otra mujer, el día de mañana no habrá un feminicidio más”.

Los feminicidios concurren en medio del silencio, la omisión y la complicidad, aspectos que ha enfrentado esta abogada, que junto con las víctimas busca que el sistema penal les otorgue las condenas que ellas consideran las más justas.

“Las víctimas de feminicidio enfrentan mucha revictimización, hay servidores públicos muy indolentes. En el proceso, siempre buscan ser atendidas desde la empatía y eso es lo que yo priorizo al momento de representarlas. El feminicidio es un crimen atroz, que ninguna familia debería a travesar en su vida. Buscamos una sociedad más justa, pero sobre todo una sociedad que pare de matar a las mujeres”.

Ser mujer y abogada, un desafío continuo

Existen retos y desafíos que las mujeres enfrentan día con día por el simple hecho de ser mujeres en medio de una sociedad machista y patriarcal.

Para Crishell Camarillo, ser abogada y mujer ha sido complicado, pues afirma que el Derecho “siempre le ha pertenecido a los hombres”.

“Desde siempre fue de hombres. La materia penal siempre me dijeron que era complicada y ruda, que por ello era desarrollada por hombres y esto lo volvió complicado. Después te topas con funcionarios, con ministerios públicos que ni siquiera son capaces de nombrarme licenciada o abogada. Y aunque soy muy comprometida con mi trabajo, aún hay hombres que abusan de sus cargos y que hacen aún lado mis capacidades”.

Y es que no importa qué tanto se esfuerce una mujer, que tan bueno sea en su trabajo y que resultados favorables represente su desempeño, pues muchas de las veces su labor es minimizado o poco tomada en cuenta.

“Son situaciones que incomodan, pero es el transitar diario de las mujeres que nos dedicamos a esto y es increíble que aún en 2023 nos sigan percibiendo como incapaces o poco hábiles en nuestro trabajo”.

Es por ello que este día que enmarca la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, Crishel Abigail Camarillo Contreras reconoce que ser mujer en todos sus contextos es difícil, pero más para aquellas que enfrentan procesos jurídicos que vulneran su día a día.

Vale la pena recordar que la justicia carece de mirada y enfoque feminista, ¿por qué feminizar la justicia? Crishel sabe que ello podría ser el inicio de procesos más justos, equitativos y humanitarios para miles de mujeres.

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