La FGE ha violado mis derechos con el fin de torcer el proceso: Miguel Ángel Lutzow Steiner

Señala que la Fiscalía y parte del sistema judicial actúan sin autonomía ni independencia.

José de Jesús Ortiz Báes

El doctor Miguel Ángel Lutzow Steiner, recluido en el centro penitenciario de La Pila desde el tres de mayo de 2022, vive un doble proceso: el que transcurre en el ámbito estrictamente penal por las imputaciones en su contra de la Fiscalía General del Estado; y el otro, un “proceso espiritual” que vive en un ámbito interno, alimentado con preceptos y reflexiones religiosas. Dice que este último ha sido “sorprendente, aleccionador, duro, pero gratificante” y con él ha ganado más de lo que ha perdido.

Del proceso penal, afirma que la Fiscalía General del Estado se ha empeñado en mantenerlo recluido pese a que — advierte— no hay pruebas en su contra para inculparlo de los delitos de uso abusivo de funciones y asociación delictuosa por su posible participación (según la Fiscalía) como coautor en una supuesta compra simulada de un plaguicida para combatir el dengue, en la época en que fue director de Salud Pública, y que generó una afectación al erario por más de 32 millones de pesos.

“La Fiscalía ha contado con el acompañamiento de una parte del sistema judicial del estado (jueces y magistrados parciales), que sin autonomía y sin independencia actúan en favor de intereses oscuros, perversos y crueles que me mantienen a mí y a cientos de personas presos, pero inocentes, ya sea por el uso faccioso, pernicioso y perverso de los recovecos que tiene el sistema actual, retrasando todo para desgastar física, emocional y económicamente a las personas y a las familias”, denuncia.

A través de dos cartas (la primera fechada en diciembre y la segunda el pasado domingo siete de enero) que me hizo llegar con sus familiares, Lutzow Steiner expone lo que ha sido para él este tiempo en que ha estado recluido (“este lugar pasó de ser una maldición a un lugar de bendición”, sostiene), así como las anomalías que ha enfrentado en el proceso penal.

El ex titular de la Secretaría de Salud en el estado fue vinculado a proceso desde el nueve de mayo de 2022 por su presunta responsabilidad en la compra de dicho plaguicida, pese a que —como ha reconocido el Juez de Control que lleva la causa— no hay un dato de prueba que acredite que firmó documento alguno para la compra del plaguicida a la empresa Public Health Supply and Equipment de México S.A, o que obtuvo un beneficio económico; tampoco hay más exfuncionarios procesados por ese caso, no obstante que para la configuración del tipo penal de asociación delictuosa que se le imputa se requiere, de acuerdo con el Código Penal Federal, de la existencia de un grupo de tres o más personas que se reúnan de manera formal o no con el propósito de delinquir.

Por considerarlo de interés público, se reproduce a continuación la parte esencial de ambos textos.

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Fechado el 10 de diciembre, el primer documento en buena parte está dedicado a exponer la importancia que le confiere al aspecto espiritual y a preceptos religiosos en los que ha encontrado respuestas para enfrentar su situación; la segunda parte es un resumen del proceso penal y de la situación en la que se encuentra.

En esencia, expone lo siguiente:

“…Ha sido y sigue siendo un proceso complejo, difícil por momentos, pero lejos de ser una pérdida ha sido una panacea para mí. Este lugar pasó de ser una maldición a un lugar de bendición (…) Cristo en su amor y misericordia convierte el llanto en gozo, la tristeza en alegría y en este lugar ha iniciado un proceso de transformación de mi vida, mi esposa y de mi familia en general (…) en este proceso yo y mi familia hemos salido ganando”.

 “la Fiscalía se ha empeñado en mantenerme recluido a pesar de que no hay pruebas en mi contra, a pesar de que saben perfectamente que yo no cometí ese delito, ni ayude, ni firme, ni autoricé nada para que se cometiera.

Gracias a Dios y a mis padres soy un hombre íntegro, con principios y valores firmes (…) Ese delito por el que se me acusa yo no lo cometí, tengo a Dios, a mi familia, a mi esposa y a mis cercanos como testigos.

(…) La Fiscalía ha contado con el acompañamiento de una parte del sistema judicial del estado (jueces y magistrados parciales), que sin autonomía y sin independencia, actúan en favor de intereses oscuros, perversos y crueles que me mantienen a mí y a cientos de personas presos, pero inocentes, ya sea por el uso faccioso, pernicioso y perverso de los recovecos que tiene el sistema actual, retrasando todo para desgastar física, emocional y económicamente a las personas y a las familias.

Te puedo constatar con mi caso y el de muchas personas que el sistema ha sido usado para forzar al acusado a inclinarse por un procedimiento abreviado, tenga o no tenga la culpa, sea inocente o culpable. El sistema actual, incluidos Fiscalía, jueces, abogados (sin generalizar en ningún caso) está enfocado en que al paso de los meses y los años te inclines a aceptar una salida, ya que así el sistema tendrá sentenciados, culpables o inocentes, el sistema genera números de personas sentenciadas, por eso los procesos se van alargando. He visto en este tiempo personas absueltas después de cuatro e incluso hasta nueve años presas, recluidas con todo lo que implica y salen con el famoso usted disculpe.

En mi caso en particular y gracias a Dios y a los abogados que nos envió hemos tenido respuesta en las instancias federales, en tribunales federales prácticamente todo se ha resuelto a nuestro favor porque nos hemos conducido con respeto a las instituciones, con legalidad y sobre todo con la verdad, y a pesar de todos los atropellos seguimos adelante, actualmente esperando una resolución de un tribunal colegiado.

Hemos iniciado una queja ante Derechos Humanos a nivel federal, entiendo que esta autoridad, la Comisión Nacional de Derechos Humanos tiene la facultad y la obligación de velar por nuestros derechos, en nuestro caso la Fiscalía ha violado de manera reiterada mis derechos con el fin de torcer el proceso. Así que también en este tema estamos esperando la respuesta y el proceso de investigación correspondiente”.

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El segundo texto fechado este siete de enero, es un documento extenso en el que más que una exposición del proceso penal que enfrenta es una reflexión general sobre problemas a nivel social, en la que hace énfasis en la corrupción, la avaricia o la pérdida de valores, entre otros aspectos.

“Como bien sabes, en estos últimos días mi familia y yo, gracias a Dios que nos sostiene, hemos cumplido ya un año ocho meses en esta prisión, viviendo intensamente y lo mejor posible a pesar de las circunstancias y los efectos de estar recluidos injustamente con todo lo que implican los dos procesos que ahora observo con toda claridad, el más evidente, el penal, y desde luego el espiritual, el cual no deja de ser, gracias a Dios, sorprendente, emocionante, aleccionador, duro, pero gratificante”.

“…Somos una sociedad enferma, nuestra tierra, es decir, nuestro pueblo, por diferentes razones que no son motivo de esta reflexión, se encuentra muy enfermo, agonizante, espiritual, física y emocionalmente.

Antes de avanzar es necesario definir claramente esta enfermedad que azota a nuestro país, la cual para ser francos nos tiene sumidos en una gran crisis social, económica, de seguridad, de violencia, de falta o ausencia del estado de derecho, la cual afecta directa e indirectamente, todos los aspectos de nuestras familias, somos un país enfermo de codicia y de avaricia, los cuales de la mano nos han sumido en una espiral descendente hacia un abismo que parece no tener retorno, sin embargo, sí lo tiene.

De esta enfermedad avaricia/codicia, todos sabemos, todos vivimos sus efectos, muchos la padecen directa o indirectamente, pero nadie habla de ella; todos sabemos que existe, pero nadie la reconoce o al menos ningún gobierno realmente y de fondo ha establecido políticas públicas o acciones aisladas para contenerla, si acaso, como casi todo, en apariencia, como maquillaje, por encimita, en algún plan de estudios para inculcar valores en nuestra sociedad a través de la infancia, esfuerzos que son minúsculos ante el gigante que estamos enfrentando, es como tratar de atender el cáncer con dos aspirinas cada ocho horas por tres días. Por lo tanto, el primer paso, quizá el más difícil, es el diagnóstico, reconocer la enfermedad, reconocer sus causas, sus síntomas, sus consecuencias en todos los niveles y sectores”.

“Vivimos pues en una sociedad muy enferma, agonizante, física, emocional y espiritualmente hablando, ya que como dice la palabra de Dios, “raíz de todos los males es el amor por el dinero”, la codicia y la avaricia, es decir, el deseo y la práctica de obtener ganancia a costa de lo que sea, de acumular riquezas a costa de lo que sea, es quizá el más grande mal que afecta a nuestro país, a nuestra sociedad, a nuestras familias.

Como muestra de ello, en este penal viven un promedio fluctuante de dos mil personas las cuales en un porcentaje bastante alto se encuentran aquí o permanecen aquí más tiempo del debido, porque esta codicia/avaricia, esta enfermedad, los afecta directa o indirectamente (como es mi caso, vale la pena la aclaración). Es decir, en otras palabras, muchos sino la gran mayoría de los procesos penales su trasfondo es el deseo imperioso o el acto como tal de ganar y obtener ilícitamente recursos económicos, así mismo, porque nadie escapa, el sistema judicial o de justicia si le puede llamar así, se ve también inmerso en actos de corrupción, cohechos, sobornos, extorsiones y otras tantas cosas que afectan a todos los actores, sin importar el delito o tu verdadero estatus, inocente o culpable”.

El texto termina con una reflexión sobre su experiencia en la cárcel y sobre el componente espiritual, para él parte indivisible del mismo proceso que enfrenta y que vive todos los días en el Centro de Reinserción Social de La Pila, un “lugar complicado, doloroso, pero enriquecedor”. Concluye: “hoy en día gracias a Dios en su misericordia, he ganado yo y mi familia (aunque muchos no lo estén viendo como yo y mis más cercanos), hemos ganado mucho más de lo que hemos perdido porque Dios es grande, bueno, maravilloso, todo lo restaura y todo, tarde o temprano, lo acomodará en su lugar”.

El proceso penal en contra de Lutzow Steiner se encuentra aún en la fase inicial de investigación que no ha sido cerrada pese a que lleva ya 18 meses en prisión preventiva.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Fue reportero fundador de los diarios El Ciudadano Potosino y La Jornada San Luis, así como la revista Transición. Participó como becario de la Fundación Prensa y Democracia para realizar un programa académico en la Universidad Iberoamericana. Es autor del libro La batalla por Cerro de San Pedro, sobre la lucha social contra la Minera San Xavier. Actualmente se desempeña como profesor en la Universidad Mesoamericana y la Universidad Interamericana para el Desarrollo.

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