Por Victoriano Martínez
“Hoy le pregunté al Gabinete, estaba el ministro Zaldívar: si ¿esto viola o no la Constitución?, el que un Estado decida que el próximo gobernador tiene que ser mujer —o gobernadora— tiene que ser mujer. Entonces, hay que ver si eso está dentro de la Constitución, eso en primer lugar”.
Cuando en La Mañanera de este lunes 15 de diciembre le preguntaron a Claudia Sheinbaum Pardo sobre lo que han dado en llamar Ley Gobernadora, e incluso Ley Ruth, la presidenta exhibió abiertamente el interés especial que tiene en el tema al revelar que lo había consultado con el Gabinete.
Le preguntó al Gabinete, pero a la hora de responder a la pregunta de Javier Pérez, de HCTV Noticias, Sheinbaum Pardo evitó comentar lo que le respondieron para limitarse a decir que “entonces, hay que ver si eso está dentro de la Constitución”.
O no hubo una respuesta convincente de que “esté en la Constitución” o se puso en duda que la Ley Gobernadora sea constitucional. Ambas situaciones llevaron a la forma en que Sheinbaum Pardo cerró el tema: “Pues hay que ver si es constitucional o no, esta aprobación que hizo el Congreso de San Luis Potosí”.
El hecho es que la inquietud llevada a su Gabinete indica que la presidenta somete a escrutinio una acción que a todas luces se entiende como promovida por el gobernador Ricardo Gallardo Cardona para favorecer a su esposa como aspirante a la gubernatura, con el ingrediente adicional del carácter nepotista que tendría esa postulación.
La candidatura de Ruth González Silva a la gubernatura en 2027 en sí misma marca un distanciamiento de la gallardía hacia el segundo piso de la Cuarta Transformación por el tema del nepotismo. Hacer obligatoria una candidatura femenina en la situación actual en la que se encuentra la sucesión estatal es estirar aún más la relación con la 4T.
Al salir a la defensa de esa reforma, Gallardo Cardona muestra un interés que resulta congruente con la percepción de que el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (CEEPAC) y el Congreso del Estado hicieron mancuerna de servilismo, pero además exhibe con cinismo la ventaja antidemocrática con la que emprende su nepotismo: las críticas se deben a falta de perfiles preparados.
Poco faltó para que Gallardo Cardona expresara que él no tiene la culpa de que las mujeres que pudieran aspirar desde otros partidos distintos al suyo no se hubieran hecho de estructuras electoreras, campañas de ayudas sociales clientelares y demás esquemas de manipulación politiquera-electoral como lo pudo hacer su esposa con el erario.
No hay mujer en el estado, pues, que le pueda competir a su esposa. Una reforma con disfraz de acción afirmativa a favor de la paridad que tiene como resultado garantizar el nepotismo en la sucesión de la gubernatura, por si hubiera alguna intención cuatroteísta de evitarlo en el estado.
Resulte apegada o no a la Constitución, la Ley Gobernadora inquietó de tal manera a Sheinbaum Pardo que si la llevó a consultar a su Gabinete sobre su constitucionalidad deja ver, una vez más, que no existe total confianza en Gallardo Cardona como presunto aliado de la 4T.
Casos que los diferencian y distancian se han acumulado: la declaratoria de Área Natural Protegida para la Sierra de San Miguelito, la construcción de la Vía Alterna sin Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), el apoyo de Gallardo Cardona al proyecto extractivista en Corcovada y el freno puesto desde la Federación, la autopista de cuota a Matehuala concesionada por Gallardo Cardona hoy con una MIA suspendida…
No son pocos los temas en los que gallardía y 4T difieren en sus posturas e intereses, pero sin duda el caso del nepotismo con una reforma a modo que pueda garantizar su resultado podría tener el efecto de visibilizar todos aquellos intereses por los que gallardía y 4T difícilmente pueden verse como aliados… por mucho que Gallardo Cardona pretenda simularlo.





