Antonio GonzƔlez VƔzquez
Las diputadas y diputados del Congreso del Estado enfrentan un nuevo escƔndalo en su ya abultada lista de denuestos a la sociedad.
A lo mejor el caso de la Ecuación Corrupta no hubiese sido suficiente para designar como sinvergüenzas a los legisladores, el asunto de las empresas fantasma para facturar presuntas compras para ayudas sociales, es ya el colmo.
Se les puede acreditar sin asomo de duda, que son la peor de las legislaturas que han debido sufrir los potosinos.
Sin arrobo ni pena alguna, muchos de ellos andan en campaƱa en busca del voto de la misma gente a la que han defraudado. Otros, forman parte de equipos de campaƱa de sus respectivos partidos, en cuyo caso, actĆŗan con un cinismo sin lĆmites.
La acusación de Ciudadanos Observando no es poca cosa. Se trata de 25 millones de pesos facturados a través de empresas con domicilios inexistentes.
Se trata entonces, de una operación diseñada con el cuidado que imponen a sus actos los servidores públicos potencialmente corruptos.
Pero tanta suciedad acumulada en el legislativo tenĆa que caer por su propio peso y en este momento, como nunca antes en la historia del poder legislativo, se habĆan presentado tantas denuncias ante las autoridades judiciales en contra de los diputados.
Hay denuncias ante la ProcuradurĆa General de Justicia y ante la ProcuradurĆa General de la RepĆŗblica.
La gravedad del caso estÔ a la vista de todos, menos de los diputados que respondieron a la acusación con un comunicado de prensa insustancial y sin datos sólidos.
El momento en que se presenta este nuevo escÔndalo que huele a corrupción, es muy importante. En breve, los potosinos habrÔn de ir a las urnas a votar. SerÔ en ese momento cuando los ciudadanos impongan una sanción ejemplar a las diputadas y diputados que estÔn mÔs cerca de la corrupción que de la honestidad y la verdad.