Los alcances del acoso a los ejidos de la vía a Matehuala

Por Victoriano Martínez

Los proyectos empresariales que buscan aprovechar el territorio de varios ejidos ubicados en la ruta San Luis Potosí-Matehuala, desde Corcovada en Villa Hidalgo hasta El Peyote en Guadalcázar, han mostrado su urgencia por disponer de las tierras ejidales con acciones irregulares y hasta actos que han provocado daños ecológicos.

Este fin de semana será determinante en el avance que haya logrado el acoso empresarial sobre el territorio en tanto que en los dos ejidos mencionados se realizarán asambleas que tienen que ver con ceder a la presión empresarial o adoptar una defensa de su tierra.

En el Ejido La Tapona la invasión a su territorio por parte de la empresa Infraestructura Potosina de Carreteras que sin permiso del comisariado ejidal comenzó a realizar obras de desmonte sobre el pretendido trazo de la autopista de cuota a Matehuala con daño a más de 100 especies protegidas provocó el rechazo a la aportación de tierras para esa obra.

Esta misma semana, se dio un agravio similar en el Ejido El Peyote, donde encontraron trabajos de exploración no sólo sobre el trazo carretero, sino en zonas añejadas como si buscaran localizar bancos de materiales para usar en la obra.

A esa agresión se sumó la asistencia de un representante del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Víctor Hugo Valdovinos Pérez, quien se presentó a una asamblea informativa en el ejido El Peyote para pedir autorización para realizar un estudio arqueológico previo a la realización de la obra carretera.

Intrigados por el interés del INAH en el caso, los ejidatarios preguntaron al funcionario quién les había pedido ese estudio. Valdovinos Pérez señaló que lo hacían a petición de Infraestructura Potosina de Carreteras, lo que provocó la sospecha de los asistentes a la asamblea, quienes optaron por no autorizar el estudio y remitirlo a la sesión que tendrán hoy.

Los ejidatarios fueron advertidos por parte de los Guardianes de la Sierra de San Miguelito de tener cuidado con las labores de los representantes del INAH, porque se han especializado en detectar zonas arqueológicas, pero no para defenderlas sino esconderlas para facilitar la depredación por parte de proyectos empresariales.

Así, en el Ejido El Peyote hoy habrá determinaciones directamente relacionadas con la construcción de la autopista a Matehuala, con las repercusiones que se han tenido en otros ejidos, como La Tapona, Peotillos y San Lorenzo, que se mantienen al pendiente de las maniobras de la empresa a la que le han perdido toda la confianza.

Para mañana domingo, en el Ejido Corcovada se citó a los ejidatarios a una asamblea en la que destacan dos puntos en la agenda.

“4. Informe, discusión y, en su caso, aprobación de la propuesta para enajenar, en términos de ley, una superficie de aproximadamente 426-76-74.953 hectáreas de las tierras de uso común del Ejido en favor de la persona moral CEMAT CONSTRUCTION, SA. DE C.V.

“5. En su caso, autorización al Comisariado Ejidal ejecutar la propuesta aprobada por la Asamblea para enajenar una superficie de aproximadamente 426-76 74.953 hectáreas de las tierras de uso común del Ejido, incluyendo las facultades suficientes y necesarias para celebrar cualquier acto jurídico”.

La convocatoria a sesión para tratar esos dos puntos confirma que la empresa que pretende, según la manifestación de impacto ambiental presentada a la SEMARNAT, desarrollar el proyecto Banco de Material Castillos en 92 hectáreas busca adquirir más de 426 hectáreas, como si ese proyecto no fuera el único que pretenden desarrollar en ese territorio.

El grupo Comunidad de San Juan de Guadalupe en Resistencia lanzó una alerta sobre lo que se pretende aprobar en la asamblea ejidal, además de que señalan un error en la convocatoria que los ejidatarios ya impugnaron desde este viernes en el Tribunal Agrario.

“Torpes e irresponsables hablan de enajenar, cuando este término implica cambiar el destino de la tierra, que sólo una asamblea de formalidades especiales puede hacer y esto a su vez con la vigilancia y aval de la Procuraduría Agraria y Semarnat”, señalaron en una publicación vía Facebook.

Las sospechas que ha despertado la información imprecisa y hasta contradictoria por parte de la empresa entre el grupo de ejidatarios que rechaza el proyecto ha generado tal clima de incertidumbre y temor, que entre quienes encabezan el movimiento han surgido temores por su seguridad y por que se rompa la paz en el Ejido.

El acoso empresarial a los ejidos ubicados en torno a la vía carretera a Matehuala ha llegado a tal desaseo, que acumula daños ecológicos con invasiones de territorio y también el incumplimiento o alteración de formalidades legales para apropiarse de las tierras de los ejidatarios. Prácticas irregulares que, todo indica, seguirán en aumento.

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