Ciudad de México (05 de agosto de 2016).- La vida y obra de la actriz estadounidense Marilyn Monroe (1926-1962) ha inspirado decenas de libros, piezas teatrales, películas, canciones, óperas, obras de arte y diseños de imagen en otras mujeres.
Acerca de ella se han tejido infinidad de mitos y verdades. Aunque sólo ella sabía la verdad, también es cierto que buscaba conocerse mejor: “Estoy intentando encontrarme como persona. A veces no es fácil de hacerlo, sobre todo porque millones de personas viven toda su vida sin encontrarse”.
Norma Jeane Mortenson, bautizada como Norma Jeane Baker y tiempo después bajo el nombre artístico de Marilyn Monroe, nació el 1 de julio de 1926 en Los Ángeles, California y murió el 5 de agosto de 1962.
Al inicio se informó que había sido suicidio a causa de una sobredosis de barbitúricos, pero hace dos años se publicó el libro “Marilyn Monroe: A case for Murder”, escrito por los periodistas Richard Buskin y Jay Margolis en el que aseguran que la actriz fue asesinada bajo una orden dictada por el entonces presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy.
Se dice que la rubia vivió una infancia difícil luego de que su madre Gradys la encargó con un matrimonio hasta que cumplió siete años; después la llevó a su lado, pero un año después, su madre fue internada en un sanatorio psiquiátrico, donde le diagnosticaron esquizofrenia paranoide, enfermedad que Marilyn supuso haber heredado.
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A los nueve años ingresó a un orfanato y trabajó como ayudante de cocina. Vivió con sus abuelos, pero también en la casa de varias familias que la adoptaron y en una de ellas sufrió abuso sexual por parte del padre de familia.
A los 21 años contrajo matrimonio con James Dougherty. Fue el 19 de junio de 1942 y cuatro años después se divorciaron.
En 1946, un fotógrafo de modas la descubrió y la convenció de que se hiciera modelo. La aún llamada Norma Jeane comenzó su carrera bajo la tutela de la agente Emmeline Snively, quien le sugirió cambiar el color castaño de su cabello por un rubio platino.
Realizó diversas campañas publicitarias y destacó en las que anunciaba trajes de baño. No obstante, con el objetivo de ser alguien más se inscribió en clases de arte dramático en el Actor’s Lab de Hollywood, y asistió a cursos de literatura en la Universidad de Los Ángeles (UCLA).
Su belleza cobró fuerza cuando en 1947 el magnate Howard Hughes, dueño de la empresa cinematográfica R.K.O., le ofreció hacer unas pruebas de pantalla para ver si podía dar juego ante una cámara de cine, pero ella prefirió trabajar en la 20th Century Fox como actriz de reparto.
En 1949, Marilyn dio su primer golpe en aras de la celebridad al posar para una sesión fotográfica, cuyo resultado es hoy en día una de las más genuinas imágenes de una “pin-up girl”.
La muestran en tomas cenitales desnuda sobre un cubrecamas de color rojo. Algunas de las fotos aparecieron ese mismo año en un calendario, pero en 1953, una de ellas fue portada del primer número de la famosa revista “Playboy”.
El éxito comenzó a llegarle y ese año filmó tres películas: “Niágara”, “Los caballeros las prefieren rubias”, comedia que la catapultó y la marcó como estrella y mito sexual, y “Cómo casarse con un millonario”, de Jean Negulesco.
Como consecuencia de estas participaciones, en 1954 ganó un Globo de Oro como Mejor Actriz y se convirtió en una de las más aclamadas figuras de Hollywood.
Para el 14 de enero de 1954, la estadounidense contrajo matrimonio con el jugador de béisbol, Joe DiMaggio, quien se dijo, fue al que más amó aunque su relación duró tan sólo unos meses.
Interesada en conocerse un poco más, en 1955 se inscribió en Actor’s Studio para tomar clases con Lee Strasberg. Sostuvo un romance con Marlon Brando y Frank Sinatra. Un año después, se casó de nuevo, ahora con el dramaturgo Arthur Miller, por lo que se convirtió al judaísmo.
Sus caracteres no congeniaron y se divorciaron en enero de 1961 no sin antes filmar “Vidas rebeldes”, de John Huston con guión de Arthur Miller.
“La jungla de asfalto” (1950), “Choque durante la noche” (1952), “Río sin retorno” (1954), “Bus stop” (1956), “El príncipe y la corista” (1957), “Con faldas y a lo loco” (1959) y “El millonario” (1960), fueron otras de sus películas.
Monroe se inmortalizó con la imagen del vestido blanco flotando por el aire del metro. Se dice que era una ferviente lectora, pues tenía más de 400 títulos en la biblioteca de su casa y entre sus escritores favoritos, estaban James Joyce, Walt Whitman, y el poeta Heinrich Heine.
Gracias a que antes de morir Norma Jeane dejó un amplio archivo de cartas, notas, poemas, recetas, e incluso un diario, el público conoce un poco más acerca de lo que pasaba por su mente, pues dejó varias frases entre las que destacan:
“Ríe cuando estés triste, llorar es demasiado fácil”, “Una mujer inteligente besa, pero no ama; escucha, pero no cree, y se va antes de que la dejen”, “No presumas de haber sido el primero en mi corazón, si no fuiste suficiente inteligente para ser el último”, “La felicidad está dentro de uno, no al lado de nadie”.
“Nunca me ha gustado el nombre Marilyn. A menudo he deseado que aquel día me hubiera quedado con Jean Monroe. Pero supongo que ahora es demasiado tarde para hacer nada sobre ello”, “El amor no necesita ser perfecto, solo necesita ser verdadero”, “Una carrera es una cosa maravillosa, pero no sirve para acurrucarse contra ella en una noche fría”.
En agosto de 2012 se celebraron 50 años de su muerte con la publicación del libro “Marilyn Monroe: My little secret told by Jane Lawrence”, de Tony Jerris, que reveló una supuesta relación homosexual que la actriz sostuvo con Jane Lawrence cuando tenía 16 años.
Algunas lo niegan, otras lo reconocen y lo cierto es que ha sido fuente de inspiración para otras figuras públicas como Andy Warhol, Madonna, Christina Aguilera, Hilary Clinton, Nicole Kidman, Lindsay Lohan y Kylie Minogue, por citar algunas.
Los restos de Marilyn Monroe reposan en el Cementerio Westwood Village Memorial Park de Los Ángeles, California.
Fuente: Noticias MVS.