“¡Me violaron!, ¡me encañonaron y me golpearon!… ¡Haga algo!”: pide esposa de político a EPN

Por Eduardo Delgado

Rosa Margarita Ortiz Macías, esposa del político potosino Adolfo Octavio Micalco Méndez, denunció y lanzó un llamado a través de redes sociales al Presidente de México, Enrique Peña Nieto, así como a la Procuradora General de la República, Arely Gómez, luego de que fue abusada sexualmente y lesionada en un autobús foráneo de la línea Enlaces Terrestres Nacionales (ETN).

En el vídeo, publicado en el perfil de facebook del político local, la victima aparece con un collarín en el cuello y con un hematoma en su pómulo izquierdo, y describe lo acontecido la semana anterior.

Tras presentarse y dirigirse al mandatario nacional y a la Procuradora General de la República, en especial a esta “porque es mujer”, entre sollozos la victima les pide a ambos: “¡Basta!, ¡Por favor señor Presidente!… ¡haga algo!…, procuradora se lo suplico”.

Relató que aquel día fue violada, encañonada y golpeada por uno de dos delincuentes que abordaron la unidad armados. Refirió que por fortuna su hija “estaba encerrada en el baño”.

Infiere que el conductor estaba en contubernio con los delincuentes porque “no hizo nada; por el amor de Dios, ¿Qué pasa en México?…por el amor de Dios…basta”, añadió al punto del llanto.

Convocó a unirse las mujeres que han sido víctimas de la inseguridad y de la injusticia, “por mí y por las que vienen…porque tiene que parar esto…”.

Refiere que “el martes 8 de junio”, (cabe precisar que el martes de la semana pasada fue 7), su hija, una sobrina y ella, abordaron un autobús en la ciudad de México en la central a las 21 horas.

La unidad la identificó con el número 5270, aunque su marido, Adolfo Micalco, quien fue dirigente estatal del PRI y diputado local durante la LVIII Legislatura (2006-2009), publicó en su perfil de facebook -que lleva su primer nombre y apellidos- una imagen de la unidad 5271.

“Teníamos una hora de camino y pasamos la caseta de Tepozotlán, (lo que hace suponer que viajaban en dirección al Estado de Morelos) tuvimos que detenernos porque había un tráfico vehicular tremendo”.

Repentinamente “se suben dos sujetos armados”, uno de los cuales les ordenó a los pasajeros pasarse hacia la parte de atrás de la unidad.

“Mi sobrina y yo nos queremos ir atrás, a ella le pegan con la mano, a mí con la cacha de la pistola y me dicen que me quede allí. Se queda el otro delincuente en la puerta mientras el otro sigue asaltando, me pide todas mis cosas, se las doy… nunca opuse resistencia porque sabía que si lo hacía me iban a matar”.

“Se regresa el otro delincuente y me jala al asiento de adelante y me empieza a violar con la pistola en la cabeza, amenazándome que me va a matar si digo algo, que no oponga resistencia, que me va a bajar y me va a llevar con él…termina de violarme y se vuelve a los pasajeros…el otro delincuente me habla y me dice que me quite toda la ropa…yo pienso que me va a violar otra vez…”, finaliza el relato narrado entre sollozos.

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