Mucha politiquería, cero soluciones

Antonio González Vázquez

A una semana del “día cero”, anunciado cual trompetas del juicio final, la única catástrofe cayó sobre una clase gobernante dedicada a la politiquería.

El interés superior que es el de la sociedad fue ampliamente pisoteado por ese afán de politizar un problema tan delicado como el del agua potable.

El “día cero” marcó el inicio de una semana de abierto encono y confrontación de los palacios de gobierno y municipal.

José Ricardo Gallardo Cardona y Enrique Francisco Ceballos utilizaron la “crisis hídrica” como pretexto para ahondar sus diferencias, alimentadas con un protagonismo sin límites.

Lejos de la política y montados en la politiquería, cada quien pretendió llevar agua a su molino a través de actos de propaganda que ofenden a la ciudadanía.

El alcalde, con su programa emergente respaldado en una campaña de publicidad tumultuaria se instaló como el gran salvador de una crisis mal atendida por su propio gobierno. Lo que no hizo en 20 meses, empezó a hacerlo al llegar el “día cero”.

El gobernador no se quedó atrás y empezó a hacer lo único que realmente sabe: regalar miles de ventiladores y tinacos para almacenar agua.

En los hechos, ambos aprovecharon la coyuntura para posicionarse ante la opinión pública como gobernantes preocupados y ocupados por su pueblo, aunque en el fondo, sus ambiciones político electorales quedaron a la vista.

Día tras día, Gallardo y Galindo utilizaron el factor agua para jactarse de las acciones que emprendían.

El alcalde apareció en la prensa como el gran Mariscal que encabeza un ejército para salvar a la patria y reforzaba esa idea con un llamado tan dramático como hueco: “hoy más que nunca necesito que me apoyen”.

El gobernador, a su vez, en desventaja frente al presuntuoso programa emergente municipal, se lanzó al ataque con críticas y advertencias de un fracaso por venir, sembró la idea de que los recursos de ese programa se obtuvieron de manera irregular y que el municipio nunca solicitó el apoyo estatal.

Ya habían roto lanzas desde hace tiempo, pero a partir del “día cero” profundizaron la pugna sin importarles el costo que eso acarrearía a la población.

La pretendida crisis que en realidad no lo es, porque la presa El Realito solo contribuye con el 15 por ciento del abasto de agua, resultó ser milagrosa ya que hasta la Universidad Autónoma de San Luis Potosí rompió el silencio.

En una acción que en los hechos fue de abierto respaldo al alcalde, presentó un primer estudio con soluciones a la problemática.

La llamada sectorización de la red de distribución tampoco se puede decir fue algo para provocar asombro, pues esa propuesta es tan vieja que se le ha presentado a los gobiernos estatal y capitalino desde hace veinte años.

No le han habían hecho caso, pero Galindo y Gallardo juran que ellos sí lo harán.

Por lo pronto, el gobernador convocó a la UASLP y al Colegio de San Luis a sumarse al Comité Hídrico Estatal que sesionará este lunes “para tomar las decisiones necesarias y resolver el problema de fondo para los próximos 50 años”.

Ese es un claro ejemplo de politiquería, baste recordar que hace meses al presentar un presunto acuerdo con la empresa AQUALIA para reparar el ducto de la presa con el que se garantizaría agua para los próximos cien años. Eso no ocurrió.

Empieza la segunda semana de la crisis y no hay señal que indique un cambio de actitud del gobernador y el alcalde.

Ninguno ha generado las condiciones para un cese de hostilidades, en favor de unir esfuerzos en atención a la difícil circunstancia que enfrenta medio millón de personas a las que abastecen agua a cuenta gotas.

El resto de la ciudad no tiene problemas más severos de los que han enfrentado por años, pues se demostró que, en el fondo, el asunto es la ineficiencia del organismo operador.

A cuatro meses del arranque del proceso electoral 2023-2024 el clima político se enrarece con la disputa entre Gallardo y Galindo.

Como primer priista del estado que es, el alcalde utiliza la crisis hídrica para demostrar que la oposición está presente y se mueve, que “sí hay tiro”.

Sin embargo, parece que están reaccionando muy tarde pues hasta antes de la coyuntura del agua estuvieron virtualmente desaparecidos y dejaron hacer y deshacer al gobernador. Guardaron silencio en distintos momentos en los que urgía que levantaran la voz.

Andaban detrás del mandatario en los eventos oficiales y le festejaban todo, pero ahora resulta que es muy perverso: Galindo el bueno y Gallardo el malo.

El presidente municipal repetía cuantas veces fuera necesario que su mayor éxito al frente del ayuntamiento era llevarla muy bien con el gobernador porque, decía, al margen de partidos el interés común eran las y los potosinos.

Eso ya no existe y es probable que no vuelva a presentarse: los arrumacos y diatriba elocuente que los unía es cosa del pasado.

Lo predecible entonces, es que la politiquería continúe imparable y que las problemáticas de la ciudad se politicen hasta el hartazgo. Apenas inicie el proceso electoral el 30 de octubre y se desatarán las fuerzas partidistas para desacreditar al adversario.

Aun en los momentos en que la llevaban bien Galindo y Gallardo, éste y sus principales colaboradores no dejaban pasar la oportunidad para criticar al gobierno municipal, no solo en el caso del agua, sino también respecto de la inseguridad, la desastrosa movilidad y los baches.

De hecho, el gobernador llegó a sugerir la destitución de Juan Antonio de Jesús Villa Gutiérrez, jefe de la policía y del entonces director del Interapas, José Enrique Torres López. Ni Galindo, ni el PRI o PAN no decían nada.

Es por demás lamentable que los servidores públicos electos por el voto de la gente sean incapaces de entender que deben trabajar más allá de intereses de partido; son omisos en la obligación de mantener una relación civilizada y de respeto en favor de atender y resolver los problemas de la gente.

Son simples politiqueros guiados por sus vulgares ambiciones: Galindo busca resucitar al PRI o al menos levantarlo un poco de sus ruinas y Gallardo desea fundar un cacicazgo.

Acción Nacional está a la espera del saldo que deje la pugna: el blanquiazul quiere la candidatura a la alcaldía para el 2024 y puede que así sea porque Galindo saldrá muy desgastado del desigual enfrentamiento con el gobernador.

Por lo pronto, empieza otra semana más de la crisis hídrica entre el lodazal de la politiquería.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha sido docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación durante 25 años. Además, durante 30 años se ha desempeñado como periodista en medios como El Heraldo, El Mañana de Ciudad Valles, Pulso, Milenio San Luis, Diario Digital San Luis, Librevía, La Jornada, Global Media y actualmente en Astrolabio Diario Digital y Periodismo Político.com. También ha sido corresponsal de medios nacionales como Agencia de noticias Notimex, La Jornada y Milenio.

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