No logran reunión para dictaminar programas municipales de desarrollo urbano

  • Regidores se confrontan por amparos y falta de información sobre los proyectos
  • Activista fotografía documento que presuntamente se sometería a discusión

Por Victoriano Martínez

La mesa de trabajo de las comisiones unidas del Cabildo en la que se pretendía elaborar un proyecto de dictamen para aprobar los programas municipales de desarrollo urbano terminó en una confrontación entre los regidores, por desacuerdos sobre el contenido del documento que muchos conocieron hasta ese momento, y por no contar con la garantía de que violarían dos amparos.

La reunión que desde el mediodía de ayer convocaron las comisiones de Gobernación, de Alumbrado y Obras Públicas, de Desarrollo, Equipamiento Urbano y Catastro y de Derechos Humanos y Participación Ciudadana en la sala de juntas del Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN) no logró realizarse.

De acuerdo con la versión de varios regidores, el mayor punto de confrontación fue la imposibilidad que tuvo la síndico Alicia Nayeli Vázquez Martínez para garantizarles que al realizar la reunión no incurrirían en una violación a las suspensiones de plano decretadas por dos juzgados federales.

A pesar de que la síndico les pidió que confiaran en ella porque las suspensiones eran producto de “triquiñuelas de grupillos” y ella tenía todo bajo control, no pudo explicar sus afirmaciones ni mostrar documentos que convencieran a los regidores de que no existía la posibilidad de ser sancionados.

En tanto se desarrolló la discusión sobre la viabilidad de la reunión, un engargolado que estaba expuesto a la entrada y supuestamente sería el tema de la mesa de trabajo, fue detectado por uno de los activistas en defensa de la Sierra de San Miguelito que acudió para tratar de ser testigo de la sesión. Logró fotografiar 25 páginas del documento.

En cuanto Fernando Torre Silva, director del IMPLAN, se percató de que había personas que revisaban el documento hizo un reclamo a la responsable de su custodia. Cuando regidores del PAN y del PVEM lo cuestionaron y pidieron conocer el contenido del documento, Torre Silva se los negó por ser “confidencial” y les pidió que se lo solicitaran por vías formales.

Las fotografías del engargolado ya comenzaron a circular a través de las redes de los activistas que defienden la Sierra de San Miguelito e, incluso, se le ha bautizado como el engargolado maldito.

El contenido del engargolado pasó a ser un tema más de confrontación, dado que –quienes alcanzaron a revisar parte de su información, especialmente algunos empresarios de la zona industrial que estuvieron presentes– se detectaron en él situaciones que provocaron inconformidad.

Entre la información que generó disgusto fue que alcanzaron a detectar grandes áreas declaradas como urbanizables en la zona industrial, así como un sinnúmero de interconexiones con la Vía Alterna, que los presentes desconocían.

El regidor Alfredo Lujambio Cataño, en los momentos más álgidos de la confrontación en los que parecía que se llegaría a los golpes, trató de llamar a la unidad para atender a los tiempos nuevos, pero en su intento reveló que se habían tenido 12 reuniones para tratar el tema de los programas de desarrollo urbano.

Para muchos de los regidores, especialmente del PAN y del PVEM, la revelación de tantas reuniones fue un motivo más de protestas, dado que hasta la de este jueves, no habían sido convocados a ninguna.

Finalmente la mesa de trabajo no logró establecerse, por lo que las comisiones unidas de Gobernación, de Alumbrado y Obras Públicas, de Desarrollo, Equipamiento Urbano y Catastro y de Derechos Humanos y Participación Ciudadana tendrán que ser convocadas posteriormente.

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