No siempre los sueños son poSíbles

Antonio González Vázquez

Hacia el mediodía del pasado 26 de agosto, un irritado Enrique Francisco Galindo Ceballos abandonó la sesión del Consejo Político Estatal del Partido Revolucionario Institucional. El alcalde, estaba muy molesto con la recién ungida presidenta del Comité Directivo Estatal, Sara Rocha Medina.

Según él, había alcanzado un acuerdo con ella para que Martín Francisco Javier Reyna Puente, fuese designado Secretario Técnico del Consejo, sin embargo, fue electo Alberto Rojo Zavaleta.

Al sentirse traicionado, el presuntamente blasonado como el primer priista del estado, se retiró de la asamblea y quienes lo seguían lanzaban la consigna: “¡Galindo es el PRI!”. Las y los priistas afines a Galindo, arrojaron al piso sus acreditaciones como asambleístas.

Galindo y Rocha matizaron que lo sucedido no implicaba ruptura. El incidente que derivó en rabieta del alcalde, dejó en claro que en el PRI no manda él.

Tras meses de distanciamiento, Galindo y Rocha reaparecieron en un evento. Coincidieron en la toma de protesta de la nueva dirigencia del Comité Municipal priista de Soledad de Graciano Sánchez.

En ese acto, Sara Rocha se refirió a Galindo como “mi compañero”, y nada más.

Luego posaron para las fotografías en grupos, no se tomaron ninguna en pareja. La imagen principal los muestra, juntos en primera fila y atrás las y los asistentes a la reunión; él levanta el dedo pulgar y ella, el índice. No lucen cómodos. Galindo serio y ceñudo, mientras Rocha muestra la tímida sonrisa del protocolo.

Parecería minucia, pero no lo es.

El alcalde posteó imágenes en sus redes sociales y las acompañó con un mensaje en el que no apareció el nombre de la presidenta de su partido.

Un día antes Galindo Ceballos había anunciado que iría por su reelección como presidente municipal de San Luis Potosí.

Rocha Medina no se refirió a él como el primer priista del estado.

En las redes sociales del partido, tampoco fue exaltada la figura de Galindo, de quien solo se refirió como “nuestro alcalde”.

El evento en Soledad era propicio para que la dirigencia se sumara al anuncio del edil, pero no lo hicieron.  Sara no le levantó el brazo a Enrique.

Está a la vista que Galindo y Rocha no han limado asperezas.

Según él, ha venido dialogando con las dirigencias del PAN, PRI y PRD; “creo que las cosas van bien”, asegura.

Se sabe de una reunión con la plana mayor de Acción Nacional en la que Galindo solicitó apoyo para su precandidatura. En el tricolor no ha ocurrido eso.

De hecho, dijo que había reflexionado sobre su participación en la contienda electoral municipal y que de ello conversó con su familia y colaboradores. No mencionó al partido, es decir, a su familia partidista.

Lo natural sería poner en primer lugar al partido que lo postuló en 2021. Lo políticamente correcto, era informar su decisión a su dirigencia.

Lo que sucede es que no tiene comunicación directa con la presidenta del partido, a la que está devolviendo el ninguneo del que ha sido objeto desde que fue impuesta.

Galindo se siente indispensable, se cree el único activo político priista para la capital y que, por ello, las fuerzas vivas y la dirigencia del partido ya deberían haberse volcado para ungirlo.

Desafortunadamente para él, la realidad es otra: ni controla al partido, ni lo quiere la dirigencia. No la tiene nada fácil: el comité de postulaciones que impondrá el Comité Estatal, será el que defina la candidatura.

Bien visto, el PRI no tiene un perfil que le compita a Galindo, pese a ello, al sostenerse una relación tóxica como la imperante, la cúpula priista podría avalar una candidatura siglada por el PAN.

El alcalde enfrentará complicaciones serias en su partido, pero más aún en el blanquiazul.

Hace unos días, el ex alcalde capitalino, ex senador y ex candidato a la gubernatura, Alejandro Zapata Perogordo advirtió que en la capital el candidato debe ser panista.

Se trata de uno de los personajes más influyentes en el PAN y es portavoz de una mayoría panista que no está dispuesta a que el PRI, con los votos del blanquiazul siga gobernando la capital.

Hace unas semanas, Enrique Galindo quedó fuera de toda posibilidad de ser candidato al Senado y no tenía otra alternativa de sobrevivencia que la reelección capitalina.

PAN y PRI habrán de lanzar sus convocatorias para la selección de candidatas y candidatos a los ayuntamientos, mientras eso ocurre, el alcalde tendrá que dedicarse a negociar con las élites partidistas su postulación.

Dijo que solicitaría licencia en el ayuntamiento “una vez que gane las batallas internas” en esos partidos.

Está en la necesidad de negociar en al menos tres niveles partidistas: en primerísimo lugar: con Alejandro Moreno Cárdenas y con Marko Cortés Mendoza. En segunda instancia, con Sara Rocha Medina y con Verónica Rodríguez Hernández y, en tercer lugar, con quienes vayan a integrar la Comisión de Designaciones del PAN y de la Comisión de Postulaciones del PRI.

Ambos partidos, fieles a sus viejas prácticas de simulación, cerraron la designación de candidatos a comisiones fantasmales que en los hechos solo obedecen órdenes de arriba, para los que no vale la pena perder el tiempo consultando a sus militantes.

El tiempo dirá qué tan hábil y sagaz puede llegar a ser el presidente municipal para convencer a las cúpulas.

Galindo Ceballos podrá buscar la reelección; el grano negro del arroz es que no será una decisión de las y los militantes del PRI y PAN, sino que será resultado de una negociación política.

Para que sea una candidatura creíble y competitiva, se requiere de algo que luce imposible: un acuerdo claro y transparente a la vista de panistas y priistas. Y más importante aún, para la sociedad y el electorado.

Puede ser que en la Capital del Sí, donde se pregona que todos los sueños son poSíbles, el del alcalde quede en completa frustración.

Especialmente en el PAN, no comparten el sueño del alcalde, mientras que en el PRI está en veremos.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha sido docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación durante 25 años. Además, durante 30 años se ha desempeñado como periodista en medios como El Heraldo, El Mañana de Ciudad Valles, Pulso, Milenio San Luis, Diario Digital San Luis, Librevía, La Jornada, Global Media y actualmente en Astrolabio Diario Digital y Periodismo Político.com. También ha sido corresponsal de medios nacionales como Agencia de noticias Notimex, La Jornada y Milenio.

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