Nueve homicidios desde que Jaime Ernesto Pineda tomó la SSPE

Por Antonio González Vázquez

Hasta ayer lunes, cuatro días después de que el gobernador Juan Manuel Carreras nombró y dio posesión al nuevo Secretario de Seguridad Pública, Jaime Ernesto Pineda Arteaga, sumaron nueve homicidios. Es la misma tendencia criminal que había con Arturo Gutiérrez.

Este es el fatídico recuento.

En una cuneta del camino que conduce a la comunidad de Dique Leal, en el municipio de Ébano, fue abandonada una camioneta PickUp en color negra y con placas del estado de Tamaulipas. En su caja trasera que tenía la puerta abierta, yacía el cadáver de un hombre de unos 40 años de edad. Presentaba lesiones en la mayor parte del cuerpo ocasionadas por actos de tortura; fue ultimado con un disparo de arma de fuego en la cabeza. El vehículo fue avistado por unos jornaleros durante el amanecer del 30 de noviembre.

Rozaban ya las nueve de la noche del 30 de noviembre y don Víctor estaba a punto de entrar a su casa en la colonia San Antonio del municipio de Matehuala, pero unos sujetos se lo impidieron a balazos: lo acribillaron y quedó abatido en el umbral de su vivienda.

Una mujer que había sido secuestrada hace unos días fue asesinada por sus captores en el municipio de Charcas. El cuerpo de la mujer, una señora de 65 años de edad fue localizada en un camino rural de ese municipio que comunica a la localidad de Santo Domingo en la zona del altiplano. La mujer de nombre Eva, tenía domicilio en la cabecera municipal de Charcas y fue secuestrada el pasado lunes 27 de noviembre. La policía estatal localizó el cuerpo la mañana del dos de diciembre, estaba maniatado de pies y manos y presentaba una herida en la cabeza. De acuerdo con datos de la Procuraduría General de Justicia, familiares de la víctima dijeron que les habían solicitado una fuerte cantidad de dinero que no lograron reunir.

En la madrugada del 3 de diciembre, alguien encontró un cuerpo sangrante en un solar en despoblado de la comunidad de La Loma en el municipio de Tanquián de Escobedo. Se llamaba Quirino y tenía 26 años de edad. Murió desangrado. Le asestaron al menos siete cuchilladas en distintas partes del cuerpo. Sus familiares lo lloraron mucho porque lo habían dejado irreconocible.

Hacia el anochecer del 3 de diciembre, en el fraccionamiento Hacienda Los Morales en la capital del estado, acribillaron desde un vehículo en movimiento a otro donde murió un hombre que recibió al menos cinco disparos de armas de alto poder. En la esquina de las avenidas El Sauz y del Sol, una camioneta hizo alto junto a un auto Bora de color azul y al identificar al conductor de inmediato abrieron fuego. La víctima intentó huir pero unos metros más adelante se estrelló contra un poste.

En una parcela abandonada del ejido El Refugio del municipio de Ciudad Fernández, fue localizado el cuerpo decapitado de un hombre de unos 25 años de edad. La Policía Ministerial reportó que se trataba de un desconocido, aunque testigos lo habían reconocido como un empleado del departamento de Aseo Público del Ayuntamiento de Ciudad Fernández. La tragedia fue el domingo 4 de diciembre.

Unos lugareños descubrieron en el municipio de Mexquitic de Carmona el cuerpo carbonizado de un hombre. Los campesinos de la comunidad de Río Paisanos reportaron al Servicio de Emergencia el hallazgo en un despoblado de ese lugar donde el suceso causó terror. En el lugar, ese día 4 de diciembre, la policía encontró abandonados casquillos percutidos de arma de fuego; el cuerpo no pudo ser identificado.

El día 4 de diciembre, en la colonia Imperio Azteca en la capital potosina, fue localizado el cuerpo de un hombre de aproximadamente 63 años de edad. Según el reporte de la policía se recibió aviso de que en un lote abandonado en la calle Francisco I. Madero había un cadáver, lo cual se confirmó luego; el cuerpo presentaba golpes contundentes en todo el cuero y heridas múltiples provocadas por arma blanca, también lo laceraron con alambres de púas.

Por la tarde del 4 de diciembre, en la comunidad de San Juan del Barro del municipio de Soledad de Graciano Sánchez, causó extrañeza un olor como a carne quemada. Resulta que en un solar convertido en un basural le prendieron fuego a un hombre, ardió hasta que la mitad del cuerpo se convirtió en cenizas.

Y eso que el Secretario Pineda había asegurado que pronto de sería su mano, que pronto habría resultados.  Pues ahí están los resultados, no hace falta mayor explicación.

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