Para hacer consciencia sobre efectos del bullying padres publican diario tras suicidio de su hija

 

Francia (29 de septiembre de 2016).- Emilie tenía 17 años cuando se quitó la vida.

Fue hace apenas unos meses, en diciembre de 2015, aunque su angustia y sus ganas de desaparecer del mundo venían de lejos.

Al menos eso es lo que aprendemos al leer algunos de los fragmentos de su diario novelado que sus padres acaban de hacer públicos.

En las últimas 24 horas, desde que la familia de la que fue una estudiante modelo en un instituto privado de Lille (Francia) difundiera sus escritos, el nombre de Emilie ha resonado con fuerza en toda la prensa francesa.

La polémica estaba servida: ¿Es lícito que unos padres, tras descubrir las palabras que su hija escribió en secreto, se las enseñen a todo el mundo?

¿Supone un atentado contra su intimidad?

¿O quizá es una manera de dar ejemplo a otros jóvenes, de romper el silencio sobre el bullying y el acoso en las instituciones de enseñanza?

«El baño era el único sitio de este maldito colegio en el que yo me sentía segura. Pero ese momento de paz no duraba demasiado tiempo.»

Los padres de Emilie quieren pensar que con su decisión lograrán esto último.

De hecho, ellos pretenden que lo relatado por su hija pueda generar un debate y resulte inspirador para quienes están en la misma situación: quizá para todos ellos aún no sea demasiado tarde.

Porque si Emilie se quitó la vida, fue por hartazgo.

Estaba harta de ser la diana de los insultos de los demás en clase

Harta de esconderse todos los recreos en los lavabos.

Harta de ser criticada por la espalda.

Harta del maltrato.

Harta de la envidia.

Y harta de que ningún adulto en todo el centro tuviera los ojos lo suficientemente abiertos como para poder ver qué estaba pasando.

“No quería que mis padres se enteren de lo patética que era”, escribe Emilie.

“No quería que se preocuparan . Además, sabía que si eso pasaba irían a visitar al director del instituto y se lo contarían todo. Eso empeoraría la situación.”

Según declaraciones del padre de Emilie para NouvelObs, en un principio ellos no querían publicar el diario. Sin embargo, la ausencia de respuestas por parte del que fue el instituto de su hija, les obligó a hacerlo.

«Aguantar las lágrimas. Una y otra vez. Durante minutos infinitos».

Sorprendidos por la dejadez de la dirección del centro y por su rechazo a asumir su parte de responsabilidad al haber obviado el acoso, los padres de la adolescente sabían que la única manera de hacerles ver el daño que habían causado era a través de ese diario.

Están convencidos de que esta intromisión en la intimidad de su hija servirá de ayuda para otros niños o adolescentes en la misma situación, y de que la difusión también hará reflexionar a los propios acosadores.

Entre la ternura y la crudeza de quien escribe rendido , Emilie rellenó páginas y páginas de experiencias que a cualquiera nos resultarían violentas y desesperantes.

Por eso muchos de los que ahora se acercan a su historia lo hacen como si esta se tratara de una novela de terror.

Aunque quizá lo más terrorífico de todo sea saber que nada de esto es ficción, sino la peor y más común de las realidades.

Fuente: Playground.

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